En el PJ apuestan a Scioli, pero ya evalúan una posible derrota

Los gobernadores peronistas trabajarán fuerte para que gane su candidato pese a que cuestionan la estrategia de la Casa Rosada; ven un recambio generacional

Juran que ni contra las cuerdas tirarán la toalla. Gobernadores y dirigentes del peronismo planean jugar fuerte para que la Casa Rosada no cambie de color político, pero, en busca de su propia supervivencia, ya analizan cómo quedarán posicionados ante una eventual derrota en el ballottage.

La segunda vuelta entre Daniel Scioli y Mauricio Macri no sólo definirá el próximo presidente, sino también el futuro del PJ. La discusión queda zanjada con una victoria del bonaerense, pero se abre un horizonte de recambio y disputa interna si se impone el líder de Cambiemos.

El pronóstico para el 22-N es reservado. "Está difícil la situación, pero no es irreversible", sostiene un funcionario del interior. "Hay que dejar de cometer errores", se sincera un mandatario. Los caciques no estuvieron de acuerdo con gran parte de la estrategia de la campaña -sugerían una mayor diferenciación de Cristina Kirchner- y no disimulan su malestar por el "fuego amigo" en el que quedó envuelto Scioli.

A esta altura, creen que no hay demasiado margen de maniobra. El plan para conquistar votos se basa en poner el cuerpo en la calle, movilizar la estructura (para la que estarían escaseando recursos) e intentar cerrar acuerdos con dirigentes locales del Frente Renovador. Con ese propósito, el chaqueño Jorge Capitanich, que estuvo hasta ahora poco visible, recibió el martes pasado a sus colegas del Norte y el Litoral para llamar a la unidad y coordinar acciones territoriales. Al igual que Macri, van detrás de los simpatizantes de Sergio Massa y operan con intensidad en regiones donde se destacó.

Los sondeos que manejan dan a Scioli bastante abajo, pero se ilusionan con que el mano a mano en el cuarto oscuro podría ser beneficioso para el Frente para la Victoria. Es un enigma, por caso, el impacto en Buenos Aires, donde ya no estarán en la boleta ni María Eugenia Vidal, ni Aníbal Fernández.

Ninguno, claro, va a festejar si el PJ pierde la elección presidencial. Pero recuerdan que crisis puede ser también oportunidad y a los que se ven con chances los entusiasma una etapa renovadora. Así, quedarían en carrera para ejercer influencia aquellos que no hayan sido arrasados por la ola amarilla y puedan exhibir un colchón de votos a la hora de la verdad.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, emerge en ese escenario. Uno de los más activos en apoyo de Scioli, paradójicamente, puede resultar favorecido en una eventual derrota. De los gobernadores, a pesar de ser de los más jóvenes (tiene 46 años), es el más veterano en su puesto al transitar su tercer mandato, sólo superado por Gildo Insfrán, que gobierna Formosa desde 1995.

Urtubey tiene una pata en el Senado, a través de su hermano Rodolfo, un cuerpo con mayoría peronista clave ante un eventual gobierno opositor. Macri no disimula gestos hacia el mandatario. En su paso reciente por Salta, prometió trabajar "codo a codo" con él y evitó sacarse fotos que lo hubieran disgustado con sus rivales internos, como Juan Carlos Romero.

Otro gobernador que aspira a conducir el PJ es Capitanich. "Coqui" bajó el perfil después de su frenético paso por la Jefatura de Gabinete por pedido de Cristina y en diciembre asumirá como intendente de Resistencia. Lo sucederán Domingo Peppo y su vice y hermano, Daniel Capitanich.

En el tablero generacional también aparece Sergio Massa, subido a una plataforma de más de cinco millones de votos, tropa legislativa y el cordobés José Manuel de la Sota como socio. No le será fácil convertirse en el nuevo pastor del rebaño que dejó en 2013, para construir un sello propio que excede la pertenencia peronista.

Hace algo más de una semana Massa gestionó a través de un emisario mendocino un contacto con Florencio Randazzo, bonaerense como él. El ministro del Interior, candidato presidencial frustrado después de la unción de Scioli, lo rechazó, por ahora. Se va de su cargo desencantado de algunos dirigentes y con su armado raleado. Dos días después de la elección, desde La Plata notificaron que debían volver a sus puestos el personal de planta provincial que estaba "en comisión" (a préstamo) en su área. Su desafío en adelante será resurgir desde el llano absoluto.

La reconstrucción en Buenos Aires promete ser trabajosa. El PJ perdió allí su bastión histórico, pero conserva una base de sustentación en el interior: hay diez gobernaciones peronistas K, cuatro del justicialismo disidente y tres de partidos provinciales aliados. Esas tribus querrán extender su influencia si de las urnas no surge Scioli presidente. Por si acaso, están en alerta.

Tres que se anotarían en una renovaciónJuan M. Urtubey

Gobernador de Salta

Cercano a Scioli, quedaría sin embargo en una buena posición para convertirse en uno de los principales referentes nacionales del PJ en caso de que el candidato del FPV pierda el ballottage contra Mauricio Macri

Jorge Capitanich

Gobernador de Chaco

El ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner asumirá como intendente de Resistencia a partir de diciembre; desde allí y como referente del peronismo chaqueño podría aspirar a liderar una renovación del partido

Sergio Massa

Ex candidato presidencial

Se embarcó en la construcción de una fuerza propia, el Frente Renovador, con la que quedó en tercer lugar en las presidenciales, con más del 20% de los votos; desde allí podría buscar un lugar de liderazgo en el PJ ante un escenario de triunfo macrista

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