Se vienen dos semanas críticas para cerrar el acuerdo con el FMI: reservas y dólar, en la mira

Se vienen dos semanas críticas para cerrar el acuerdo con el FMI: reservas y dólar, en la mira

La semana que viene Guzmán tendrá un resultado que le jugará en contra: el INDEC dará a conocer el IPC de enero, que podría estar muy cerca del 4% mensual

Luego de anunciar un principio de acuerdo con el FMI el 28 de enero pasado FMI, Guzmán se sumó a la primera parte de la gira presidencial del presidente Alberto Fernández. El ministro de Economía se quedó en Rusia tres días más para participar de varias reuniones con integrantes del gobierno de Vladimir Putin para tratar de conseguir el apoyo de Rusia la negociación con el FMI.

La semana que viene Guzmán tendrá un resultado que probablemente juegue en contra del ministro. El próximo martes, el INDEC dará a conocer el IPC de enero que de acuerdo a los últimos sondeos estaría muy cerca del 4 por ciento mensual.

Los datos del último informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de 2022 publicado por el Banco Central (BCRA) que se realizó entre el 26 y 31 de enero mostró un aumento de precios esperado de 55% para el acumulado de este año, que quedo 0,2 puntos porcentuales por encima respecto de la estimación previa.

Esas estimaciones realizadas por unas 39 consultoras económicas y bancos para principales variables macroeconómicas mostraron que se prevé una tasa mensual cercana al 4% de acá hasta abril, para luego comenzar a desacelerarse muy lentamente. Por otro lado, los consultados esperan que el tipo de cambio oficial mayorista llegue a $160 para diciembre, lo cual implicaría una tasa de devaluación anual del 57%, inferior al 60,7% que se esperaba en diciembre. En cuanto a la actividad económica, proyectan un crecimiento del PBI del 3%, una cifra similar a la del REM anterior. Hubo correcciones al alza en las estimaciones sobre la tasa de interés para plazos fijos mayoristas (Badlar), que se espera que supere el 40% en abril, en términos nominales y anuales de cara a un futuro acuerdo con el FMI.

La mayoría de los analistas del mercado financiero y de Wall Street descuentan que las próximas dos semanas serán clave para que el equipo económico termine de cerrar los números con el FMI. En ese aspecto será importante el viaje del ministro de Economía Martin Guzmán a la Cumbre de Finanzas del G20 en Yakarta que se desarrollará en Indonesia desde el 14 hasta el 18 de febrero.

Todavía desde el Ministerio de Economía no tienen la confirmación, pero luego Guzmán podría trasladarse a Washington para terminar los últimos detalles del acuerdo con el FMI. En esa cumbre Guzmán tendría reuniones bilaterales con ministros de Economía y Finanzas de otros países y es probable que explique algunos detalles del futuro acuerdo. Existe también la posibilidad que en caso de complicarse la situación por el Covid en Indonesia gran parte del encuentro se realice en forma virtual.

El encuentro que se realizará en Yakarta, capital de Indonesia, aparece como un escenario relevante para que el equipo económico argentino de detalles del avance de las negociaciones con el FMI para renegociar una deuda de unos u$s45.000 millones. El G20 está integrado por países con poder de voto en el directorio del Fondo Monetario Internacional. Entre ellos, varios de los que muestran posturas más fiscalistas y son reacios a los programas sin reformas estructurales, como Estados Unidos, Japón y Alemania, entre otros.

Es probable que Guzmán pida nuevamente frente a la comunidad financiera internacional que el FMI no le cobre a la Argentina los sobrecargos en las tasas de interés por haber tomado deuda con ese organismo por encima de la cuota que le corresponde y probablemente también pedirá la creación de un nuevo instrumento financiero para aliviar la situación económica financiera y social de los países de ingresos bajos y medios.

El evento comenzará el lunes 14 donde habrá una reunión del B20, que es la plataforma de diálogo entre la política, las empresas y la sociedad civil. Luego desde el martes 15 y hasta el viernes 18, se desarrollarán los encuentros de titulares de carteras de Finanzas y de bancos centrales, donde Argentina estará representada por el Ministerio de Economía. Hay que destacar que en la última reunión del bloque del G20, el Gobierno consiguió que se incluya en el documento consensuado un pedido al FMI de revisar su política de sobrecargos, un aspecto que Guzmán viene impulsando desde el 2020 para aliviar la deuda de los países más comprometidos. En el caso de Argentina, podría significar un ahorro cercano a los u$s1.000 millones de dólares anuales.

Es probable también que Guzmán vuelva a peticionar por el armado del llamado Fondo de Resiliencia (FDR) que viene solicitando Argentina en el contexto financiero mundial para que se active definitivamente este año. La idea es que un grupo de países de economías fuertes cedan parte del equivalente a unos u$s650.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro DEGs que recibieron el año pasado para afrontar las consecuencias de la pandemia. La intención del gobierno argentino es que esos recursos se utilicen para armar ese FDR que serviría para ayudar financieramente a los países de ingresos bajos. Es probable que el Guzmán aprovecha esta nueva cumbre financiera del G20 para impulsar esta política global.

Dólar y resrvas, en la mira

 

Otra de las grandes dudas de aquí hasta fines de marzo es qué pasará con el dólar. Un estudio de la consultora Invec explica que "el 2021 fue el año en el cual la estrategia cambiaria fue la de atrasar el tipo de cambio para poder contener, sin ningún logro, la inflación. El atraso del tipo de cambio multilateral medido en términos reales fue superior al 17% anualmente hacia diciembre a lo que se sumó una tasa de interés real negativa que afectó la demanda especulativa de pesos y financió la compra de dólares o de bienes dolarizados. La inconsistencia de financiar el déficit fiscal a través de emisión monetaria por encima de 4 puntos del PBI generó cada vez más presión sobre la brecha cambiaria, que el gobierno decidió salir a controlar como estrategia para reducirla".

A través de esa estrategia el BCRA y con un espectacular salto exportador de unos u$s10.000 millones el Central debería haber acumulado un buen volumen de reservas internacionales, pero cerró el año con el mismo nivel de reservas brutas (u$s39.000 millones) y netas (u$s2.700 millones). En tanto que ahora, con los recientes pagos de vencimientos al FMI la situación se tornó aún más límite ya que luego del último pago al FMI, las reservas netas son cercanas a u$s300 millones.

El informe de Invec destaca además que "la premisa principal que tiene el gobierno es la de no devaluar. Una devaluación es considerada de carácter recesivo por el impacto que tiene sobre los salarios en un contexto en el cual la inflación no cede y el avance de los alimentos sigue siendo la principal preocupación. Además, la devaluación implicará un mayor gasto relacionado a los subsidios energéticos, que ya de por sí se encuentran nuevamente en valores internacionales máximos de los últimos años".

En ese aspecto señala que los futuros de gas se encuentran en niveles de 4,8 dólares por BTU, nivel que no ocurría desde el año 2013, mientras que, en el caso del petróleo, los futuros cierran esta semana con un valor de 93 dólares el barril, valor que no se veían desde el año 2014. Sin embargo, en aquel mismo año, con Axel Kicillof como ministro de Economía, evitar la devaluación también era un objetivo central. Durante el primer trimestre del año 2013, la devaluación fue a un ritmo promedio del 1,8% mensual, mientras que ascendió a 3,2% en el segundo tramo del año. Finalmente, en enero, pasó de $6,5 a $8, ejecutando una devaluación del orden del 23% en un solo mes. Algo indeseado.

"Cuando observamos el mercado de cambios, que contempla la entrada y salida de divisas que pasan por el MULC en todas sus formas, y proyectamos la entrada y salida de dólares de este año, la situación que hubiera implicado pagarle al FMI culminaría en un saldo negativo superior a la del 2019, muy cercana a un resultado deficitario por u$s28.000 millones, principalmente por los u$s19.000 millones que el Tesoro de la Nación debería comprar para poder pagar" explica el informe.

En un escenario de un acuerdo en el cual se postergue la totalidad de los pagos a la entidad, la situación en el mercado de cambios tampoco se muestra holgada, incluso, arrojaría un balance negativo. El escenario implica que los precios de las commodities agrícolas se mantengan por debajo de lo que ocurrió en el período de cosecha gruesa en el año 2021, aunque aún se estiman precios elevados respecto de la media histórica. Un escenario de sequía estresaría aún más este contexto.

A su vez, una recuperación de la actividad económica sumado a un atraso cambiario que aún persiste en el esquema cambiario podría generar un aumento de las importaciones de bienes, por aproximadamente 5%, que implicaría un aumento de más de US$ 3.000 millones. A esto, se suma el pago de deudas de empresas privadas que al momento continúa con la misma dinámica que el año pasado. Para quienes hayan reestructurado el 60% durante el año 2021, tendrán acceso al MULC de manera libre para el repago de los compromisos. Si es una deuda menor a US$ 2 millones, habrá libre acceso y si hubiera vencimientos, pero no se reestructuró la deuda en el año previo, solamente podrá ingresar al MULC por un 40%.

El otro punto es que, según el pedido del FMI, y si el acuerdo se sostiene, el BCRA debe empezar a recomponer reservas. En particular, pide una acumulación de u$s5.000 millones, monto levemente superior a lo que será la devolución de los pagos ya realizados al FMI por u$s4.500 millones. Es decir, estos últimos deberán ser destinados exclusivamente a la acumulación de Reservas Internacionales netas.

"Este escenario nos deja dos opciones: mayor ritmo de devaluación, que deprima la actividad económica y reduzca la presión sobre las importaciones o bajar la demanda de dólares a través de nuevos cierres en las cantidades. Esto podría darse por una combinación de una nueva postergación u obligatoriedad de reestructuración de pagos de las empresas privadas y públicas, así como también un cierre mayor a los bienes de consumo finales, que aportan casi 13% al total de bienes importados, llevándolo a prácticamente la mitad. Cualquiera de las dos opciones elegirá ganadores y perdedores en este esquema, que a través del excedente de pesos, se refleja inconsistente" dice el informe.

Esto coincide con la última mirada del FMI de la economía argentina. Hace una semana la Directora Gerente Kristalina Giorgieva volvió a poner arriba de la mesa una reducción más rápida del déficit fiscal con control del gasto particular de los subsidios. Por ahora existe la necesidad de algún entendimiento mínimo para salir del paso y que este gobierno dure y llegue tranquilo al 10 de diciembre de 2023.

A diferencia de lo que pide el FMI, este modelo tiene como objetivo buscar una reducción muy lenta del déficit fiscal y sin esfuerzo en el gasto para no trabar rebote de PBI (cero recién en 2027) mientras que el Fondo pide una baja acelerada del déficit (cero en 2024) con baja real (e importante) de subsidios. Para el FMI es central la corrección de los precios relativos (tarifas), donde todavía el gobierno aspira a congelar lo más posible y desacoplar precios internos de exportación.

Al respecto, un reciente estudio de la consultora MS explica que "este modelo insiste con un financiamiento monetario del BCRA holgado (y rollover de deuda en el mercado local como en el 2021) mientras que el FMI busca que se recorte fuertemente ese financiamiento del BCRA y que el cierre fiscal dependa de una mayor colocación de deuda neta en pesos, lo que seguro impactará en las tasas de interés y el crédito al sector privado. En 2021, el BCRA ya redujo la tenencia de Leliq a los bancos para que compren Bonos del Tesoro con el consiguiente efecto monetario adicional a la emisión directa. En el sector externo, la discusión está centrada en hacer o no un saltito del tipo de cambio".

Lo más importante es que este modelo busca muchas cosas al mismo tiempo, como evitar un salto devaluatorio, mantener el control de cambios, regular importaciones, minimizar pagos de deuda externa (pública y privada) y resignarse a la brecha que resulte algo muy difícil de mantener en caso que se logre un acuerdo con el FMI. En las próximas semanas puede haber novedades que ayuden, pero el modelo actual no se muestra como uno para lograr un gran crecimiento económico en este año a pesar que se cierre el acuerdo con el FMI.

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