La producción de bienes se redujo 2% a precios constantes, mientras que la de servicios creció 3%, según datos de la UBA y el Conicet.
Por
CRISTIAN CARRILLO
El constante atraso del tipo de cambio, como herramienta cada vez menos útil para frenar la inflación, está generando una nueva metamorfosis de la actividad económica, con un crecimiento heterogéneo según los sectores alcanzados. El efecto principal en el trabajo, afectados de distinta manera según la actividad. La heterogeneidad de la recuperación, que es pujante en algunos rubros pero no llegó a todos, permite explicar que los ingresos laborales no repunten al ritmo de la actividad.
“La producción de bienes se redujo 2 por ciento a precios constantes, mientras que la de servicios creció 3 por ciento. Esta dinámica es compatible con el atraso cambiario, que disminuye la competitividad de los transables, desincentivando su oferta -mayormente bienes-, mientras que eleva el ingreso real, pudiendo aumentar la demanda por no transables -mayormente servicios”, de acuerdo con los datos del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) es un organismo de doble dependencia UBA y CONICET dedicado a la investigación académica de alto nivel en el área de la economía.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
SUSCRIBITE A EL DESTAPE
De la recesión al desequilibrio
En 2023, la sequía y la incertidumbre asociada al cambio de gobierno agravaron el panorama, impidiendo que la economía hile dos trimestres consecutivos al alza. Alternando subas y bajas, la tendencia del PBI siguió declinando. El 2024 comenzó con una importante devaluación y una reducción del gasto público, que afectaron nuevamente a la actividad. En definitiva, la recesión tardó ocho trimestres en encontrar un piso, acumulando una caída de 7 por ciento desde el pico previo.
MÁS INFO
InflaciónPrecio de la carne: los cortes populares lideran "por lejos" los aumentos de 2025Por CRISTIAN CARRILLO
Los datos del primer cuarto de este año indican que la recesión habría terminado, ya que el PBI mostró variaciones positivas por tres trimestres consecutivos. No obstante, la actividad se ubica actualmente 0,6 por ciento por debajo del máximo de 2022, según la serie expresada en el informe elaborado por Joaquín Waldman.
“La difusión de la recuperación todavía es incompleta. Mientras que el consumo privado y las exportaciones ya alcanzaron sus niveles previos a la crisis, el consumo público y la inversión todavía se ubican por debajo”, señaló el documento de IIEP.
Las importaciones a precios constantes y sin estacionalidad (aproximación a la medición por unidades) alcanzaron su máximo valor histórico, indicando que la absorción interna está creciendo a un ritmo mayor al de la producción. Esto también se refleja en un balance comercial decreciente: el saldo se redujo 79 por ciento en los primeros cinco meses del año (medido en dólares).
De acuerdo con el relevamiento por sectores, el incremento en marcha de la actividad todavía no representa un crecimiento en la capacidad productiva de la economía, sino una recuperación cíclica. “De hecho, el stock de capital y el nivel de empleo todavía no aumentan, y la utilización de la capacidad instalada de la industria se encuentra 7 puntos porcentuales por debajo de su media de 2021-23”, afirmó el documento.
Los indicadores de actividad de mayor frecuencia también reflejan una recuperación, aunque incompleta. Los vinculados a la construcción y la industria mostraron un pico simultáneo al de la actividad global en 2022, mientras que aquellos que miden ventas, empleo, despacho de cementos y producción de autos continuaron creciendo hasta mediados de 2023. En cualquier caso, todos muestran caídas hasta 2024. “Desde entonces y hasta el último dato, estos indicadores se recuperan, pero sólo las ventas en shoppings superaron el pico previo”, explicó el informe.
En abril, la flexibilización del mercado cambiario aceleró transitoriamente la inflación, causando caídas en el empleo y el salario. Sin embargo, el estimador mensual de actividad sin estacionalidad creció 2 por ciento intermensual, desandando la caída que había mostrado en marzo.
"La brecha entre la inflación de servicios y la de bienes volvió a incrementarse. En junio los primeros subieron 4 veces más que los segundos: 3,2 y 0,8 por ciento, respectivamente. Cuando esta disparidad se sostiene en el tiempo, lo más probable es que la corrección de precios relativos se dé vía una aceleración de la inflación de bienes, y no debido a deflación en servicios, lo que promete una desaceleración más lenta de la inflación en su conjunto", señaló el informe de lcg sobre la base del dato de junio que se conoció este lunes. .
Los salarios no alcanza
Los ingresos laborales no repuntan al ritmo de la actividad. No sólo el empleo sigue debajo de su pico previo, sino que también el salario real registrado se ubica 13 por ciento por debajo del de julio-2023. “Este patrón de crecimiento genera un cambio en la estructura productiva, causando que las regiones del país en donde se concentran las actividades que impulsan el PBI crezcan, pero el resto todavía no repunte”, relató el autor del informe.
La dinámica de una economía desbalanceada, con preeminencia de los servicios por encima de los bienes, es compatible con el atraso cambiario, que disminuye la competitividad de los transables, desincentivando su oferta (menos bienes), mientras que eleva el ingreso real, pudiendo aumentar la demanda por no transables (más servicios).
Dentro de la producción de bienes, contrasta la buena performance de economías extractivas ,como la Explotación de minas y canteras frente a la caída de la Industria. El primero de estos sectores creció 28 por ciento (un promedio de 9 por ciento anual), debido a la influencia creciente de Vaca Muerta. De hecho, el sector no se vio afectado por la recesión, y crece ininterrumpidamente desde la salida de la pandemia.
La industria, en cambio, se contrajo 7 por ciento, impactada por el abaratamiento de la competencia externa y la mayor disponibilidad de importaciones. Aunque algunos segmentos industriales como la refinación de petróleo evaden la caída, 12 de las 16 divisiones que identifica el INDEC están por debajo de sus valores de 2022, dando cuenta de un deterioro difundido.
Por el lado de los servicios, la Intermediación financiera y las Actividades empresariales crecieron 6 por ciento; y los Restaurantes y hoteles lo hicieron en 14 por ciento. Siempre comparando con un trimestre en el que las restricciones a la movilidad habían sido levantadas recientemente). Por el contrario, la construcción es el segmento más golpeado, con una caída acumulada del 12 por ciento.
Las actividades que lideran la recuperación tienen una distribución regional diferente a aquellas que todavía no repuntan. Esta lectura ayuda a compatibilizar el repunte de la actividad con la percepción de su insuficiencia.
Comentá la nota