El trasfondo de la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta

El trasfondo de la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta

Alberto Fernández inicialmente había convencido a la ahora  exfuncionaria para que siguiera al frente del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, pese a su rechazo al operativo que desalojó a una comunidad mapuche. Pero los trascendidos generaron malestar en Gómez Alcorta, que terminó resolviendo su salida. Desde la Casa Rosada aseguraron que aún no está definido quién será su reemplazante.

 

Después de rumores, idas y vueltas, Alberto Fernández terminó aceptando la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta, la primera ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Argentina. La ahora exfuncionaria, de todos modos, remarcó que presentó su renuncia en forma “indeclinable”, tras casi tres años de gestión, en rechazo al violento operativo con que fuerzas federales desalojaron a una comunidad mapuche en Río Negro, donde --denunció-- se cometieron "violaciones evidentes a los derechos humanos". El Presidente y Gómez Alcorta hablaron en varias oportunidades antes de que se concretara la salida, e incluso ella accedió en un momento a continuar en el cargo, convencida por Fernández. Pero luego terminó retomando su decisión inicial. Desde la Casa Rosada aseguraron que aún no está definido quién será su reemplazante.

En una carta dirigida al primer mandatario y al jefe de Gabinete, Juan Manzur, Gómez Alcorta remarcó que el conflicto territorial con pueblos originarios en Villa Mascardi ameritaba “una respuesta política contundente” del Gobierno. La abogada y militante feminista, última sobreviviente de las cuatro mujeres que integraron el gabinete que asumió en 2019, defendió, a su vez, la “transformación histórica y cultural que nuestro gobierno produjo en materia de visibilización y jerarquización de la agenda de género y diversidad”.

Los trascendidos sobre la renuncia de Gómez Alcorta comenzaron el jueves por la tarde. Cerca de ella explicaron que la entonces ministra ya había tomado la decisión de dejar el gabinete y se reunió alrededor de las 15 con Fernández, en la Quinta de Olivos. El Presidente intentó convencerla para que cambiara de opinión y lo consiguió. A poco de dejar la residencia presidencial, Gómez Alcorta comenzó a recibir llamados de periodistas que la consultaban sobre su dimisión --contaron desde su entorno-- y ella interpretó que las versiones surgían de la propia Casa Rosada. Llamó nuevamente a Fernández para expresarle su malestar y quedaron en hablar más tarde. El nuevo diálogo no llegó a concretarse. Después de saber que el Presidente se había ido a recorrer la Fiesta Nacional de la Flor y a ver con estudiantes la película Argentina, 1985, Gómez Alcorta resolvió renunciar en forma indeclinable. Así se lo informó por la noche a Fernández.

La salida de la funcionaria fue oficializada en la mañana del viernes por la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, con un escueto comunicado.

"No hay reemplazo ni nombres en danza", explicaron fuentes del gobierno nacional a Página/12. "Seguramente", añadieron, durante el fin de semana largo podría haber novedades. Uno de los nombres que circuló ni bien se conoció la salida de Gómez Alcorta fue el de María Cristina Perceval, exsenadora por Mendoza, exembajadora argentina ante Naciones Unidas y actual secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad en la cartera de Mujeres. Desde el entorno de Perceval aseguraron desconocer la información.

La carta

La cartera que conducía Gómez Alcorta intervino apenas se conocieron las detenciones en Villa Mascardi de mujeres mapuches con sus hijos, pese a que no tenía acceso al expediente en el que se ordenó el desalojo de las tierras que la comunidad Lafken Winkul Mapu reivindica como ancestrales y ocupa desde 2017. En línea con los organismos de derechos humanos, el ministerio cuestionó públicamente el rechazo de las excarcelaciones, la incomunicación de las detenidas, que no habían tenido contacto con un/a abogadx y ni siquiera sabían de qué se las acusaba cuando las trasladaron al penal de mujeres de Ezeiza. La contracara de ese cuadro, que Gómez Alcorta definió como “sumamente preocupante” eran las declaraciones de Aníbal Fernández, defendiendo al operativo porque “no hubo agresiones de ninguna característica, ni un rasguño”.

“Los hechos de público conocimiento desatados en Villa Mascardi por el desalojo ordenado contra la comunidad Lafken Winkul Mapu, en el que se produjeron detenciones de mujeres y niñxs con participación de fuerzas federales, me resultan incompatibles con los valores que defiendo como proyecto político”, argumentó Gómez Alcorta en su renuncia. Cuestionó que “el encarcelamiento, la denegatoria de la excarcelación para todas ellas y aún más a una mujer embarazada de 40 semanas, la incomunicación y el traslado a más de 1500 kilómetros de su lugar de residencia constituyen violaciones evidentes a los derechos humanos”, y destacó que “independientemente de la responsabilidad directa” de la jueza Silvina Domínguez, la situación “amerita una respuesta política contundente por parte del Ejecutivo Nacional”, que nunca llegó. “En lo personal, siento que con este hecho se ha traspuesto un límite, por lo que debo dar un paso al costado para que otra persona tome a su cargo la importante responsabilidad de estar al frente de este Ministerio”, sostuvo.

La ahora ex ministra añadió que “nada de lo expuesto elimina todo lo realizado por este gobierno en políticas de género y diversidad hasta la actualidad”, y destacó que el Ministerio es “reconocido internacionalmente por los logros y las políticas innovadoras impulsadas en tan poco tiempo”.

Repercusiones

Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, expresó su respeto por la decisión de Gómez Alcorta y coincidió en que la detención de las mujeres mapuches en Villa Mascardi y su traslado al penal de Ezeiza “viola derechos humanos que nuestro país defiende”. El traslado de las detenidas a más de 1500 kilómetros de su territorio “representa un castigo y tortura para estas mujeres, que las mantiene aisladas y alejadas de sus vínculos por orden de una justicia patriarcal, que defiende los intereses de una minoría”, destacó. La funcionaria del gobierno de Axel Kicillof enmarcó el operativo y la renuncia en “un tiempo de crecimiento espiralado y vertiginoso de la violencia política, que además tiene un componente clave que es la violencia de género”.

 

La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, confesó que le generó “una sensación de satisfacción que por fin en un hecho así alguien renunciara”. Frente a “esta brutalidad con que se ve que se actúa, ella tiene la dignidad de decir ‘esto yo no lo soporto’. Me pareció un buen gesto. Ella está en un Ministerio para proteger a las mujeres, aunque todos los ministerios son para proteger a todo el pueblo”, subrayó. “Uno dice: ‘¿Y tal ministro no renuncia?’ Por ejemplo Aníbal Fernández, diciendo que no habían reprimido y sí lo habían hecho. Negar que hubo represión es realmente un acto fallido”, afirmó, y lamentó que la Argentina se está “transformando en un país de salvajes, donde la policía sólo es instruida para matar, para reprimir”.

“Lamento la decisión de Eli, tuve un trabajo con ella cotidiano. El gabinete pierde una funcionaria y una militante muy capaz y comprometida”, declaró Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas. Sobre el operativo que derivó en la renuncia, dijo entender que Gómez Alcorta “tiene una posición sobre lo que ocurrió”, supuso que “debe tener más información que yo sobre detalles del procedimiento y de la actuación de la justicia”, y diferenció los “procedimientos violentos con saldos de muerte” durante el macrismo del desalojo del martes porque “en lo general se garantizó un proceso con responsabilidad”. “Son situaciones siempre complejas pero el gobierno y el peronismo siempre van a ser un garante de derechos”, sostuvo Katopodis.

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