Las señales de Mauricio Macri en favor de Javier Milei preocupan a un sector de Juntos por el Cambio

Las señales de Mauricio Macri en favor de Javier Milei preocupan a un sector de Juntos por el Cambio

El ex presidente hizo nuevos guiños al líder libertario tras su triunfo en las PASO y abrió especulaciones sobre sus intenciones. Su pase de facturas en el búnker y el pedido que le hizo a Jorge Macri. Cómo puede afectar a Patricia Bullrich

Por Ricardo Carpena

¿A qué juega Mauricio Macri? La pregunta recorre el andamiaje de Juntos por el Cambio luego de las PASO: el ex presidente se mostró tan entusiasmado por el triunfo de Javier Milei y le hizo tantos guiños que dio a entender a sus colegas de la coalición opositora que está más dispuesto a un acuerdo con el líder libertario antes que a reforzar lazos con aliados como la UCR o la Coalición Cívica.

“Yo les dije lo que iba a pasar”, reprochó Macri el domingo en el búnker de JxC a los larretistas con los que se cruzó. Con aire victorioso, no se privó de recordarles a los partidarios del jefe de Gobierno que fue un error haber apostado al centro y que él vio “lo que le estaba pasando a la gente”. El ex mandatario nunca disimuló su afinidad con el estilo duro de Patricia Bullrich antes que la impronta dialoguista de Horacio Rodríguez Larreta y desde hace mucho demuestra sentirse más cómodo con las ideas liberales a ultranza de Milei que con “el instinto populista” de sus socios del radicalismo.

Por algo encendió las luces de alerta en muchos dirigentes opositores cuando, en su discurso en el escenario de Parque Norte, invitado por Bullrich, habló de un “cambio de era” y, tras felicitar a la ganadora de la interna de JxC, resaltó que “sumando los resultados de Javier Milei y los nuestros es enorme esta mayoría de argentinos que planteamos un cambio profundo como no existió en décadas”. Allí no sólo le dio entidad al triunfo del candidato de La Libertad Avanza sino que agigantó la figura del rival de Bullrich con un llamado para felicitarlo (el único que tuvo ese gesto, según Milei).

¿Macri apuesta a algún acuerdo con Milei en forma previa a las elecciones o en uno posterior, gane quien gane en las urnas? Las señales no están tan claras, aunque en Juntos por el Cambio están convencidos de que el ex presidente está decidido a radicalizarse y a tomar distancia del radicalismo y la Coalición Cívica. Por algo, aseguran, Macri le habría pedido a su primo que no elija a nadie de la UCR como candidato a vicejefe de gobierno porteño y empuja para que Jorge Macri esté secundado por alguien del PRO como Soledad Acuña o del liberalismo como Roberto García Moritán.

Macri enrareció aún más el clima interno en Juntos por el Cambio cuando en abril pasado, en el almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) en La Rural, vaticinó que el líder libertario iba a estar en el ballotage: “Es obvio que pienso que vamos a ir a la segunda vuelta contra esta nueva expresión más liberal, más rupturista, de más enojo con la frustración que se arrastra durante décadas”, dijo, en un pronóstico que fue criticado hasta por algunos de sus amigos como Francisco Cabrera, ex ministro de Cambiemos. Allí hubo otras señales hacia el flamante ganador de las PASO: se mostró a favor de “semidinamitar todo” si JxC volvía al poder y, sobre todo, destacó que “el día después de las elecciones va a haber que trabajar juntos con Milei”.

Por entonces, Macri ya había dejado de ir a las reuniones de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, en sintonía con lo que les había pedido en mayo de 2022 a los líderes del PRO en uno de sus almuerzos políticos en Puerto Madero: que el partido tenía que diferenciarse de algunos proyectos impulsados por el radicalismo en el Congreso (habló de “una trampa”) que implicaban nuevos impuestos o más estructura en el Estado. Si no, según advirtió, “terminamos beneficiando a Milei”.

Mauricio Macri, unido a Patricia Bullrich y Jorge Macri, y a distancia de Horacio Rodríguez Larreta (Foto Nicolás Stulberg)

Esa postura alejó desde entonces a Macri de la conducción nacional de JxC y lo acercó al jefe de La Libertad Avanza. Se hicieron habituales los llamados y las coincidencias en muchos temas. La buena relación derivó, por ejemplo, en inusuales elogios de Milei al ex presidente en el cierre de su campaña, donde habló de que en 2015 “un outsider llegó al poder con una premisa muy clara, Cambiemos”, pero aseguró que “la clase política se puso en el medio, no sólo desde afuera, sino también desde adentro; los propios integrantes de la coalición se opusieron a los cambios que el país necesita”.

Luego de las PASO, Macri analizó los resultados en una reunión con sus colaboradores más íntimos. Estaba exultante. Transmitió la sensación de que era el gran ganador de las primarias. Tanto por la caída de Larreta como por el triunfo de Bullrich, más el tercer puesto de Sergio Massa y la victoria de su primo ante Martín Lousteau en la ciudad de Buenos Aires, en un combo en el que los votos en favor de Milei confirmaban sus presunciones de que la gente quería mayoritariamente un cambio.

En público, el ex jefe del Estado dijo hace 24 horas que “la motosierra es fundamental”, en alusión al plan drástico que propone Milei, pero aclaró que “tiene que ser parte de una caja de herramientas”. Y fue enfático al ponderar a Bullrich: “Los libertarios son una realidad, pero Patricia y su equipo son experiencia. Sabe lo que hizo bien y mal. Ahora tenemos volumen”.

Javier Milei y Patricia Bullrich, en uno de los "banderazos" de 2020

El problema para el tablero diseñado por Macri es que Milei empezó a apuntar en forma directa contra Bullrich, pese a que la propia candidata presidencial de JxC lo felicitó el domingo por “la elección enorme que hizo”. Sin embargo, pocas horas después de haber alcanzado el 30% de los votos, el postulante de La Libertad Avanza dejó en claro que para ganar en octubre buscará castigar a Bullrich en procura de lograr más apoyos en el electorado “halcón”. “Es menos que mi segunda marca”, dijo Milei sobre su rival de JxC, a quien acusó, además, de haber vuelto “a su época de montonera”.

Más allá de las declaraciones, el debate que se instaló en el bullrichismo es cómo afrontar la campaña que viene: ¿hay que disputarle a Milei su electorado o salir en busca del voto moderado? Los estrategas que rodean a la ex ministra de Seguridad creen hoy que, además del 100% de los sufragios de Larreta, Bullrich debe captar el “voto blando” del libertario, es decir, ese elector que no está tan alineado con él, pero que se decidió a apoyarlo a último momento ante la sucesión de crímenes que hubo en conurbano antes de las PASO. Eso la obligaría a mostrarse dura, pero con sensación de gobernabilidad, algo que Milei puede poner en riesgo con algunas de sus ideas extremas.

Cerca de Macri desestiman en forma enérgica cualquier intento de acordar con Milei, mucho menos antes de las elecciones. Luego del 22 de octubre, o del posible ballotage, en el entorno del ex presidente admiten que los legisladores del libertario serán aliados de un gobierno de Bullrich para las reformas de shock que hacen falta. ¿Y si fuera al revés? Por ahora, en las filas de la candidata de JxC recalculan la estrategia electoral y nadie quiere ni pensar en ese escenario tan temido.

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