¿Sí, se puede? Paso deslucido de Patricia Bullrich por Mar del Plata, sin palomas a la vista

¿Sí, se puede? Paso deslucido de Patricia Bullrich por Mar del Plata, sin palomas a la vista

Caminó por el microcentro rodeada de halcones incondicionales. Mínima militancia y un puñado de curiosos. "La gente está podrida; el clima no está para grandes cosas", se excusaron en su entorno.

Por Pablo Lapuente

 La precandidata presidencial por Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, fracasó este viernes en esta ciudad en su primer intento de relanzar su campaña copiando la épica que Mauricio Macri tuvo en 2019, en el marco de las multitudinarias marchas del “Sí, se puede”, que le permitieron al por entonces presidente consolidarse como el líder del espacio aun en la derrota. De todos modos, rodeada sólo de los incondicionales que la acompañaron en la boleta en las primarias, la jefa de los halcones siguió el manual clásico de recorridas proselitistas y se negó a larretizarse de cara a las generales: “No tengo ninguna moderación, voy con todo”, dijo a Letra P pese a que necesita contener los votos que fueron al derrotado Horacio Rodríguez Larreta.

Con la vestimenta austera y prolija que la caracteriza, la jefa en construcción de JxC se bajó de un lustroso Fiat Cronos gris cerca de las 18.20, una hora después de lo previsto, y caminó con soltura unos 100 metros por el centro comercial de esta ciudad. Sin las multitudes de los tiempos previos a las PASO, se tomó el tiempo necesario para dialogar y fotografiarse con cada militante y persona curiosa que la paró en su cortísimo trayecto. La mayoría de quienes se acercaron visiblemente entusiasmados la alentó a seguir y ganar las elecciones en primera vuelta y, sobre todo, enfrentar al kirchnerismo “a fondo”, en el gobierno y en las calles.

Su recorrido comenzó en la intersección San Juan y San Martín y duró cerca de 50 minutos hasta llegar al emblemático café Sugar, ubicado en la esquina siguiente, en la Avenida Pedro Luro. Entró junto a la reducida comitiva política que la escoltaba, tomó un café y cerró su agenda, que continuará este sábado en Santa Fe, la provincia a la que llegará para respaldar al candidato a gobernador Maximiliano Pullaro, el radical que se encamina a tomar el control de La Bota.

“No tengo ninguna moderación. Quiero un cambio profundo. Voy contra todos los que impiden que Argentina crezca”, le dijo a Letra P, minutos antes de terminar la jornada en la que estuvo con Hernán Lombardi, uno de sus coordinadores nacionales y el coach encargado de bajar línea dura; Cristian Ritondo, primer candidato a diputado; Maximiliano Abad, primer candidato a senador; y Guillermo Montenegro, el intendente anfitrión que busca su segundo mandato.

La frase que la candidata a presidenta le dijo en exclusiva a este medio se ratificó en distintos diálogos con comerciantes y vecinos, a quienes les propuso seguir con sus ideas de implementar reformas de shock. Sucede que, al menos hasta ahora, parece no encontrar el marco electoral que esperaba para retener al votante que en la interna eligió al alcalde porteño, mientras intenta ampliar su influencia en el margen izquierdo de Javier Milei, si es que ese margen existiera.

Sus estrategas políticos atribuyen la escasa convocatoria y la ausencia de banderas argentinas o cánticos militantes que sí se percibieron en el pasado a que decidieron postergar el relanzamiento de la campaña. “La gente está podrida, no está el clima para hacer grandes cosas”, dijeron dirigentes de su entorno y anticiparon que la jefa de los halcones podría encabezar un acto de “grandes dimensiones” el cinco de octubre en la sede del Club Peñarol.

Además de Lombardi, la mesa chica que planifica los próximos pasos de la candidata está integrada por Sebastián García de Luca, flamante coordinador nacional de la campaña; Damián Arabia, armador en el interior del país; Juan Pablo Arenaza, jefe de campaña; y Derek Hampton, el consultor estrella de la escuela de Jaime Durán Barba, quien sería la mente detrás de la idea de frenar el huracán Patricia y buscar en el centro.

Todavía persiste entre el bullrichismo la confianza de meterse en una segunda vuelta a fuerza de mostrar un equipo del que -machacan- carece Milei y repetir consignas similares a las que Macri usó en 2019. El pedido del voto, las movilizaciones inorgánicas -que por ahora sólo protagoniza la agrupación digital La Bullrichmanía- y la épica de mostrarse como la única alternativa para enfrentar al kichnerismo con gobernabilidad es piedra fundacional de un discurso que esta tarde careció de plafón en esta ciudad balnearia.

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