Milei, sus verdaderos soldados y el riesgo de acortar distancias con Medio Oriente

Milei, sus verdaderos soldados y el riesgo de acortar distancias con Medio Oriente

La novela Menem-Zago-Pagano determinó una nueva ruptura en LLA, ahora en la Cámara de Diputados. ¿Por qué se alejan los libertarios de la primera hora? El conflicto Irán-Israel y los indeseables (y temidos) fantasmas de los noventa.

Por Ariel Basile.

El gobierno libertario no deja nunca de sorprender. Tras una semana intensa, otra vez, que dejó expuestas las internas en La Libertad Avanza (LLA), el foco de análisis viró rápidamente a la agenda internacional, por la interrupción de Javier Milei de su gira para formar un “comité de crisis” por la tensión bélica en una región tan lejana para la Argentina como Medio Oriente, pero que el Presidente, de forma peligrosa, se encargó de acercar.

El frente interno no le da respiro a Milei. En momentos donde la Casa Rosada generó mayores avances en términos de consensos con la oposición, ahora debe sumar a la captación de votos ajenos la tarea de contención de los propios. El ministro del Interior Guillermo Francos y el jefe de Gabinete Nicolás Posse recibieron a legisladores, mandatarios provinciales e incluso lograron sentar en la mesa, por primera vez, a miembros de la cúpula de la CGT (sin éxito: no habrá homologaciones de paritarias y la central obrera convocó a un nuevo paro general). Pero el magma subterráneo de un armado endeble generó erupciones: la novela de Martín Menem vs la dupla Oscar Zago-Marcela Pagano terminó rompiendo el bloque de LLA en Diputados. Eran pocos, quedan menos.

Los verdaderos soldados de Milei

“¿Cómo narrar una guerra en la que todos se matan y mueren invocando a un Ausente?”, mencionaba José Pablo Feinmann en el prólogo de una novela de Osvaldo Soriano, No habrá más penas ni olvido. Un análisis de esa obra, un clásico de la literatura argentina, donde un pueblo ficcional, Colonia Vela (escenario también de Cuarteles de invierno, otra gran novela de Soriano), de pronto se ve envuelto en una guerra con dos bandos que dicen ser los representantes del mismo líder. Por supuesto, una metáfora del peronismo de los setenta. De uno y otro lado se invocan a sí mismos como los verdaderos soldados de Perón. Y se enfrentan con armas, aunque también queda la imagen memorable de un ataque final con un avión que descarga estiercol sobre sus enemigos (más simbólico, aunque menos letal, que los drones iraníes que hicieron volver a Milei).

Zago dejó de ser el jefe del bloque de LLA. Se abrió con otros dos legisladores: Eduardo Falcone y María Cecilia Ibáñez. Será el bloque MID - Movimiento de Integración y Desarrollo. No se sabe cuál será el futuro de Pagano, bloqueada por Menem para presidir la comisión de Juicio Político, tras levantar la reunión que él mismo había convocado y que continuó con una votación a mano alzada finalmente inválida. La curiosidad es que Zago, al igual que la experiodista, dice responder a Milei. Directamente a Milei. Pero Menem también. Y el bloque oficialista ahora comandado por el cordobés Gabriel Bornoroni, también. Es decir, la duda que se sembró, con Milei ausente, como anticipaba el prólogo de Feinmann, es: ¿quiénes son, entonces, los verdaderos soldados de Milei?

Aquí aparece otra figura, clave, que es Karina. El Jefe. La funcionaria y hermana del Presidente emerge como divisora de aguas. Y aunque muchos busquen sembrar un potencial doble comando que empieza a tener fricciones, otros dirigentes que conocen el movimiento libertario desde su gestación aseguran que se mueven en bloque, indivisibles. Siameses, acaso. “Karina busca frenar ahora a los dirigentes que puedan tener aspiraciones a usufructuar el sello LLA”, mencionaba un dirigente del ala liberal. Así, no parece casual, bajo esa interpretación, que los soldados de la tropa inicial empiecen a tener menos relevancia: Zago, Pagano, Ramiro Marra y antes el armador Carlos Kikuchi o el asesor económico Carlos Rodríguez fueron corridos. Mismo destierro al que también peregrinó la excandidata a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo.

La dinámica libertaria tiene bajo grado de cohesión. Sin ser trincheras nutridas, se dividen. Una fragilidad que antes se había experimentado en la Legislatura bonaerense, donde cohabitan dos microbloques en Diputados y tres microbloques en el Senado. En la Cámara Baja: mientras el grupo minoritario de seis escaños, bajo la jefatura de Nahuel Sotelo, se arroga la “oficialidad” de pertenecer a La Libertad Avanza, un segundo grupo mayoritario de nueve bancas, bajo el mando de Gustavo Cuervo y con Constanza Moragues Santos en rol protagónico, camina en paralelo. En el Senado provincial hay tres bloques. Dos de un senador: el de Betina Riva (responde a Píparo) y el "oficial" de Sebastián Pareja. El último, que comanda Kikuchi, también integra a Sergio Vargas y a Silvana Ventura. De nuevo: no habrá más penas ni olvido.

En la legislatura porteña, en tanto, sigue el sismo luego de que Marra dejara la jefatura del bloque a Pilar Ramírez. No obstante, se mantienen, por ahora, los nueve miembros (un “por ahora” que vale la pena aclarar).

Cancillería cedió la iniciativa a la Oficina del Presidente

Los ataques de Irán a Israel obligaron al Presidente a cancelar su viaje a Dinamarca, donde de todos modos la delegación argentina “firmará el próximo martes en Copenhague el acuerdo para la adquisición de los aviones de caza F-16", señaló el comunicado de la vocería. La compra de esos aviones marcó una vez más el posicionamiento del país en la era Milei, ya que se trata de aviones norteamericanos que hicieron descartar a la opción de los chinos. Lazos que quedaron evidentes con la visita al país de hace una semana de la jefa del Comando Sur y el anuncio de una base naval conjunta con los Estados Unidos.

No obstante, el retorno precipitado de Milei para conformar un comité de crisis genera un nuevo temor. La postura abiertamente a favor de Israel del Gobierno, en un conflicto con consecuencias inciertas, reflota fantasmas (y temores) de los noventa y de los atentados en el país, perpetrados presuntamente con participación iraní según la determinó días atrás la Cámara de Casación. Ya había sido alertado el Presidente con exponer al país si avanza en el proyecto de mudar la embajada argentina en Israel a Jerusalén, que significaría tomar partido en una disputa de la cual Argentina fue neutral históricamente. Una neutralidad que también ha tenido, por caso, en las guerras mundiales. Y que salvó vidas en los hechos.

Los comunicados de Presidencia y de los voceros antecedieron a los de Cancillería, que cedió la iniciativa y las interpretaciones. “Regímenes que promocionan el terror y buscan la destrucción de la civilización occidental”, menciona el texto de la Oficina del Presidente sobre Irán, que luego menciona que “como ha dicho el Presidente de la Nación, la Argentina ha adoptado una nueva política exterior que se basa en la defensa de los valores de Occidente”. Y mezcla de yapa la defensa de la “propiedad privada”.

Lo de Cancillería fue escuetísimo, casi por obligación. Una condena “categórica” al ataque “sin precedentes” de Irán contra Israel. “El Gobierno argentino insta a Irán a cesar sus ataques injustificados y evitar una crisis de alcance global”, dice el segundo y último párrafo de la misiva. Pocas palabras y bien medidas. Nada de la canciller Diana Mondino.

A diferencia de Milei, que realizó una toma de postura sin grises, acaso innecesaria de calificativos, para un país que no parece preparado para terciar en el conflicto, y que no tiene por qué hacerlo. Menos cuando quedan tantos problemas por resolver en el frente interno.

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