Jugar con la paciencia

Jugar con la paciencia

Por: Nelson Castro. Es lo que siguen haciendo tanto el oficialismo como la oposición. No han aprendido la lección.

“Creíamos que no llegaríamos al viernes”. Esta confesión hecha por Andrés “Cuervo” Larroque ilustra el verdadero aquelarre que se vivió al interior del Gobierno durante la primera mitad de la semana que pasó. Es un clima de desasosiego y falta de autoridad que aún no ha cesado. Sobre el final del viernes, el dólar paralelo cerró en alza.

El problema que representa la corrida cambiaria es su impacto en el nivel de precios de todos los productos, desde el kilo de pan, pasando por una tuerca y llegando hasta los artículos de mayor sofisticación. Las consultoras que se dedican a medir el índice de precios al consumidor están pronosticando un nivel de inflación cuando menos similar al de marzo, con un piso a partir del 7%.

La herramienta que utilizó el Gobierno para poner freno al desenfreno de la divisa estadounidense fue muy simple y tosca: el apriete. El miércoles a primera hora, Cleri, que es el hombre de Sergio Massa en el Banco Central, tenía sobre su mesa de trabajo la lista de todas las “cuevas” en las que se comercializa el “blue”, algunas de las cuales son regenteadas por personajes con afinidad por el kirchnerismo.

A cada una de ellas se le hizo sentir el apriete. Fue entonces que “esos cuatro vivos”, según los dichos de Massa, hicieron aparecer los dólares que hicieron que su cotización bajara de 495 a 474. También es preciso hacer dos reflexiones: la primera, que el dólar no se puede “bajar a las trompadas” por mucho tiempo. La historia argentina es prolífica en ejemplos que fracasaron. Pero las urgencias del Gobierno tienen que ver con ganar semanas y, en algunos casos, se conforman con 24 horas. La segunda, el triste papel al que fue relegado Miguel Pesce, presidente del BCRA, cuando los rumores de que Sergio Massa había intervenido el Banco Central comenzaron a circular. La diferencia fue sutil. El ministro no lo intervino pero operó directamente a través de su hombre de confianza para bajar la divisa. A esta altura, Pesce es un sobreviviente al que poco le importa lo que puedan pensar de él.

Aunque parezca increíble, el tigrense se sintió ganador al terminar la semana.

¿Es acaso un logro para destacar que durante el mes de abril el dólar blue haya incrementado su valor 76 pesos? Es parte del plan “llegar como sea”, total la bomba deberá desactivarla el próximo gobierno.

La falta de los dólares aportados por el campo se hace sentir. La brutal sequía que afecta al país nos privó de exportaciones por más de 15 mil millones de dólares. Nos toca ser testigos de una verdadera paradoja: el kirchnerismo, que desde la Resolución 125 tanto hizo por trabar las exportaciones agrícolas, hoy lamenta la caída que han experimentado. Tanto vilipendio K a los exportadores de granos parecería haberse vuelto en contra del oficialismo.

Los dichos de Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner aportaron poco de nuevo. Llamar “clase magistral” a esa larga perorata carente de substancia y poder de fuego es una exageración superlativa. Lo más llamativo de la alocución autorreferencial y abundante en contradicciones y falacias de la expresidenta en funciones fueron los dardos que lanzó contra Javier Milei.

Discurso de barricada, gritos y corporalidad exacerbada. Disfruta tanto hacer el papel de mala y maestra ciruela que cada aparición le causa un enorme placer. Subir al ring en el rincón del enemigo al candidato libertario no fue casual, sino parte de una estrategia que busca minar las posibilidades electorales de Juntos por el Cambio.

Milei capta votos desde ambos lados de la grieta pero, en el número final, termina perjudicando las chances de victoria de JxC. Prueba de ello es la decisión tomada por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, de no desdoblar las elecciones provinciales. La maniobra tiene un motivo netamente electoral de muy simple explicación: hacer que la boleta con la candidatura presidencial de Milei traccione a sus votantes a meter en la urna la boleta completa que incluya a su candidato a gobernador, quitándole así votos al candidato de JxC. Todo esto no haría más que consolidar las chances de Axel Kicillof para lograr la reelección.

La acechanza que representa Milei tuvo mucho que ver en la concreción de la reunión convocada por Mauricio Macri con los principales precandidatos del PRO. Se diría que los unió el espanto. Es un espanto que experimentan también varios intendentes bonaerenses que pertenecen a JxC. Lo que varios de ellos están viendo es que, si se votara hoy, la elección para gobernador la estaría ganando Kicillof.

Entre tanta incertidumbre, María Eugenia Vidal vuelve a bailar el minué de la indecisión.

En PRO evalúan bajar al primo Jorge para competir en la Ciudad y encolumnarse tras la ex orgullosamente bonaerense.

Es una decisión que podría provocar otro tembladeral a las ya agitadas aguas del equipo amarillo. Vidal tampoco descarta ir por la presidencia.

Todo vale en campaña pero hay cosas que rozan el ridículo: aparecer en un programa de televisión –netamente periodístico– junto a su pareja, Quique Sacco, compartiendo su mes de casados es propio de un candidato que recién comienza y necesita apelar a este tipo de artimañas para mostrar su humanidad.

 La etapa de “conociendo al candidato” ya pasó. Alguien debería hacérselo notar. Vidal es una mujer valiosa pero busca desesperadamente volver a cubrirse del manto de cercanía que supo tener con el votante.

 Una cosa es cierta, de un lado y del otro, aún no han aprendido que no se puede jugar con la paciencia de la gente.

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