Horas decisivas para el dólar y la inflación: Massa, entre presiones cruzadas de empresas, el FMI y la política

Horas decisivas para el dólar y la inflación: Massa, entre presiones cruzadas de empresas, el FMI y la política

Mientras apura la búsqueda de dólares, el ministro manda un mensaje claro a los supermercados y Cristina Kirchner cuestiona al Fondo

 

Antes del fin de semana largo, el mensaje a supermercados y empresas líderes de la alimentación fue clara y concisa: de ahora en más nadie puede subir los precios más del 5% mensual cuando se trate de productos de la canasta básica. Y, además, esos ajustes deben producirse en la segunda quincena de cada mes, con el objetivo de diferir subas y que no haya una avalancha en la primera parte.

Los empresarios, además, sospechan que el Gobierno pretende llegar a las PASO -pautadas para el 13 de agosto- con una dosis menor de inflación.

Como sea, el reclamo a los empresarios -firme, sin espacio para el debate- es una muestra más de las presiones a las que está sometido Sergio Massa. La más relevante se relaciona con la escasez de divisas. Una falta que no compensará el acuerdo que el ministro termine de sellar en Washington, con el Fondo Monetario.

La administración de las divisas se ha vuelto crítica y -se sabe- los últimos acuerdos con empresas exportadoras tampoco alcanzan para equilibrar las cuentas, dañadas en forma irreversible por la histórica sequía.

Empresarios y supermercados: entre el desabastecimiento y los precios atrasados

 

Las empresas formadoras de precios saben a la perfección la debilidad de la macro, pero decidieron acompañar a Massa en la gesta. No quieren sacar "los pies del plato".

Eso no quiere decir que la incertidumbre no tenga otros costos. El más notorio se ve en las góndolas, pero no en los precios sino en los faltantes de productos. Las compañías redujeron la producción a un punto crítico: faltan variedades de productos, ya que sólo se elaboran los más baratos, que cierre con sus costos.

Massa envió un rotundo mensaje a empresarios y supermercados: no pueden aumentar más que un 5% mensual.Massa, ante la presión del kirchnerismo por el FMI

 

Cristina Kirchner lo volvió a decir con todas las letras, en su última aparición pública. "El FMI te pone una pistola en la cabeza", sentenció. "El país es uno solo, pero el FMI también es uno solo, porque no van a decir que (Kristalina) Georgieva no tiene nada que ver con (Christine) Lagarde. Es una responsabilidad compartida, que siempre tienen que pagar los más vulnerables", concluyó la vicepresidenta.

Para CFK, el Fondo Monetario se mueve básicamente según sus intereses políticos.

El grupo de economistas del kirchnerismo coordinados por Roberto Feletti, exsecretario de Comercio, acaba de publicar un informe en el que sustenta la misma hipótesis. "El FMI está interviniendo políticamente en contra del Gobierno para perjudicar las chances electorales del peronismo, impidiendo otorgar las herramientas que le permitan superar una coyuntura adversa transitoria", denuncian los economistas.

Según Feletti, el FMI debería aceptar una renegociación del acuerdo basado en el quebranto provocado por la sequía, de u$s20.000 millones, y habilitar "un puente financiero hacia fin de año que otorgue estabilidad y permita transitar el escenario impuesto por la sequía".

De acuerdo a las estimaciones de Feletti, superado el trance climático, la Argentina tendrá un superávit comercial de u$s18.000 millones el próximo año.

El argumento para llegar a esa conclusión, se basa en tres puntos:

La continuidad del nivel de precios internacionales elevados en alimentos y energía;El récord de exportaciones anuales alcanzado en 2022 de u$s88.500 millones, que, proyectado en el nuevo escenario, puede aproximarse a los u$s 100.000 millones;Las importaciones en 2022 también tocaron un techo de u$s81.500 millones, pero, si a esa cifra se la corrige por la disminución de las compras externas de energía y la reducción de exceso de acumulación de stocks por parte de las empresas (con un control adecuado como se realiza en la actualidad), pueden estabilizarse en torno a los u$s82.000 millones.Desde el kirchnerismo culpan al FMI y a la sequía por la falta de reservas y la crisis económica.Dólar: llegar a las elecciones "con muletas"

 

En 1976, el líder radical Ricardo Balbín había pedido llegar a las elecciones de aquel año aunque sea "con muletas". Faltaban apenas nueve meses y Balbín rechazaba las presiones de las Fuerzas Armadas para imponer un golpe de Estado. La historia es conocida. Ni Balbín ni las fuerzas democráticas de la época pudieron impedir la toma del poder por parte de los militares.

Ahora la situación política es bien distinta, pero la que atraviesa una zozobra es la economía. No tanto la actividad, que se sostiene a pesar de una inflación interanual que se acerca al 120%.

La clave son los dólares. Está claro que la refinanciación de los vencimientos con el Fondo Monetario aparece como una necesidad, pero para nada suficiente a la hora de evaluar si sobrevendrá una explosión cambiaria.

La última semana fue una muestra contundente de la dinámica en la que está metida la Argentina: tras acuerdos puntuales con empresas exportadoras, Massa consiguió que entren dólares a las reservas. Fueron tres jornadas consecutivas. Pero cuando se acabó ese efecto, reaparecieron las ventas del Banco Central.

Las principales consultoras económicas coinciden en el dato: al Banco Central ya no le quedan "dólares propios" en las reservas. Dicho de otro modo: las reservas netas quedaron en negativo. Las divisas con las que cuenta son "prestadas" o "alquiladas".

Para la consultora Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto, las reservas netas ya se encuentran negativas en unos u$s1.400 millones.

Ya sin el programa "dólar soja" en funcionamiento, el BCRA vende divisas a diario para sostener el tipo de cambio, sin necesidad de un salto disruptivo. Es decir, la posibilidad de continuar ampliando aquel número negativo se da prácticamente por descontado.

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