Rosario Ayerdi

 

El Presidente llamó a Aníbal Fernández para felicitarlo por el operativo desplegado en Villa Mascardi. El jefe de Estado venía de días en los que su autoridad era cuestionada por una violencia mapuche incontrolada y largas jornadas de piquetes en las calles, por lo que el desalojo de las tierras tomadas en el sur le dio un poco de aire. Las críticas de un sector del propio gobierno no importaron, sobre todo, las de una funcionaria que para muchos dirigentes del oficialismo debía estar afuera del gobierno hace tiempo. La salida de Elizabeth Gómez Alcorta se dio con advertencias a la “grave” vulneración de los derechos de las mujeres detenidas y se sumará a la renuncia del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, el funcionario que supo ser el más albertista pero que ahora quiere recuperar su distrito en manos de La Cámpora.

“El desalojo pudo hacerse sin represión”, decían en la Casa Rosada sobre el operativo en Villa Mascardi. Alberto Fernández habló con el ministro de Seguridad para evaluar de manera positiva el despliegue de las fuerzas federales con el que se desalojó a los integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi de las propiedades tomadas. Pocas horas después, la hasta ayer ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad lanzaba las primeras críticas como adelanto de su renuncia. “Es gravísimo. A estas cuatro mujeres  las trasladan a 1500 kilómetros de donde viven, sin haber tenido contacto con un abogado ni con nadie”, decía sobre el traslado al penal de Ezeiza de las jóvenes mapuches detenidas. Horas después, redactó su renuncia.

Fernández aceptó su renuncia. La figura de Gómez Alcorta en el gobierno viene siendo cuestionada desde hace tiempo. Incluso, es otra salida que el jefe de Estado pospuso hasta que, finalmente, terminó ocurriendo y por iniciativa de la propia funcionaria. La subejecución del gasto en la primera mitad del 2021 o la licitación por costosos catering son críticas menores a los últimos cuestionamientos que recibía el área por falta de acción al momento de implementar políticas públicas en materia de género y pocos resultados. Incluso, alrededor del Presidente aseguraban que si avanzaba el plan  de achicar la estructura del Estado, esta debería ser una cartera que podría pasar a ser secretaría, más allá del ala feminista del gobierno que resistía.

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La salida de Gómez Alcorta aceleró los tiempos de Juan Zabaleta, quien también quiere estar afuera del gobierno la semana próxima. Por eso habló primero con Alberto Fernández y ya se sentó con Máximo Kirchner. Los dos aceptaron su regreso a Hurlingham como intendente. Los términos y condiciones las terminará de sellar estos días. Sucede que ahora el distrito es comandado por Daniel Selci, dirigente de La Cámpora, quien le tiene que volver a dejar la intendencia a Zabaleta. Lo hará porque no puede oponerse a que el ministro deje de hacer uso de la licencia que se tomó en el distrito, pero se adelanta una pelea feroz para 2023, tal como se dio en el último cierre de listas locales en el que Zabaleta hasta llegó a inscribir su nombre en la justicia electoral para competir contra este sector.

Zabaleta se vuelve al distrito apenas un año y un mes después de haber asumido. Apurado por recuperar el municipio, se va del ministerio de Desarrollo Social sin ponerle fin a los reclamos y piquetes, abriendo auditorias de planes sociales para avanzar en su reducción, y dejando el desafío a quien lo reemplace de mostrar una verdadera conversión de la ayuda social en empleo. Su vínculo con Fernández ya no es el mismo. Al asumir la Presidencia, Zabaleta se convirtió en el ministro más albertista. Ahora hablan poco y nada. Por estas horas, el jefe de Estado está tratando de convencer a Victoria Tolosa Paz para que se haga cargo del ministerio.