Con enormes diferencias y sin funcionar como un bloque homogéneo, el grueso de los gobernadores del PJ siente que los primeros resultados de la negociación con la Casa Rosada por el reparto de fondos es la prueba concreta de que deben replicar la estrategia hacia futuro para temas clave. Es la contracara de lo que deseaba el Gobierno: pretendía un diálogo radial, uno por uno, para dejarlos en una posición de menor fortaleza.

La propuesta para la devolución del 15% de coparticipación que presentó anteayer el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, está siendo analizada por los equipos de todos los mandatarios y sería discutida en un encuentro el próximo miércoles, a priori, entre los ministros de Economía provinciales.

Si bien la conclusión general es que la oferta es "superadora", algunos están más conformes que otros. La alternativa de recibir este año el 3% en efectivo y un 3% opcional en una "herramienta financiera" es concebida como una verdadera salvación para varios, mientras que un sector, más bien pequeño, reclama un esfuerzo mayor.

Aunque se vislumbra que la mayoría aceptaría este plan preliminar, la mesa está abierta para ir por otros puntos: el retroactivo de lo acumulado desde 2006 y la situación previsional de aquellos distritos que no transfirieron las cajas jubilatorias. Una vez que estén definidos los ejes en común troncales, la letra chica se irá acordando entre cada provincia y el Gobierno.

Entre los gobernadores peronistas, establecieron algunas pautas de convivencia: mantenerse unidos para enfrentar asuntos relevantes y evitar los protagonismos excluyentes. Por eso, como hace diez días se había delegado en Juan Manuel Urtubey (Salta) el nexo con Frigerio, el próximo turno se designaría a otro encargado. Buscan rotar las caras. "No le vamos a regalar el estrellato a nadie", precisó uno a LA NACION.

Urtubey está en claro ascenso en su instalación pública y eso genera ruidos internos. Sobre todo, en los que además recelan de su tono "imperativo". El salteño tejió un vínculo óptimo con funcionarios macristas y ni le preocupa que le achaquen "demasiado" acercamiento. Entre los más amigables con la Casa Rosada están Rosana Bertone (Tierra del Fuego), que con Urtubey viajó en la comitiva oficial al Vaticano, y Sergio Casas (La Rioja). Ambos comandan distritos con las cuentas complicadas e impulsaron la conformación del bloque Justicialista, primera escisión del Frente para la Victoria.

La mayoría de los caciques flota en el medio. El denominador común es que casi todos asumieron en 2015 su sillón de mando: Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Sergio Uñac (San Juan), Hugo Passalacqua (Misiones) y Juan Manzur (Tucumán). Podría incluirse ahí a la radical Claudia Zamora (Santiago del Estero) y no se sabe bien a qué juega Lucía Corpacci (Catamarca), que viene de una reelección y se mantiene con perfil bajo. Esta camada de "moderados" se ancla en el pragmatismo de la gobernabilidad de "ida y vuelta". Sufre el tironeo entre halcones y palomas que buscan inclinar la cancha para su lado.

En el otro extremo, están los más "duros" en el arte de negociar, que sin embargo casi no comparten nada del contenido político entre sí. Gildo Insfrán (Formosa) se ofrendó como un servidor en las sombras para medir el pulso de las negociaciones, no quiere visibilidad, ni nada. Otro histórico en este bando es Carlos Verna (La Pampa), que lleva al dedillo las cuentas provinciales. Y, por portación de apellido, Alicia Kirchner (Santa Cruz) es la más aguerrida. "Se opone a cualquier acuerdo, pero es la que más los necesita, por eso se queda", resumió un gobernador.

Salvo su cuñada, Cristina ya no tiene influencia sobre ningún mandatario. Anteayer, Alicia fue una de las primeras en llegar a la cita en el hotel céntrico donde se hospeda Insfrán, previo paso por la Casa Rosada. Estaban el formoseño, el senador Miguel Pichetto, convertido en delegado de los gobernadores en Capital, y Guillermo Michel, mano derecha de Ricardo Echegaray, convocado por otro asunto. La santacruceña llegó sorpresivamente con Máximo, que casi no tuvo cabida para predicar en contra del acuerdo con los buitres. El jefe de La Cámpora se fue a los cinco minutos, sin cruzarse con los mandatarios que desfilaron por ahí.

¿Qué poder de fuego legislativo tienen los gobernadores del PJ? El principal bastión es el Senado, con un bloque mayoritario de 42, de los cuales por lo menos 12 se referencian en el kirchnerismo y, del resto, no todos levantarían la mano a favor de la iniciativa, pero solo necesitarían un puñado de menos de diez para garantizar la sanción.

"Hay que acceder al mercado de capitales", insistió Peppo ayer, a la vez que anticipó que los mandatarios irán a dar su opinión a la Cámara alta. Para el recuento final, hay legisladores que no responden a sus jefes territoriales. Sí tienen control absoluto sobre su tropa Urtubey, Verna, Insfrán, Alicia, Casas, Uñac y Ledesma. Los demás intentan alinear voluntades, en un ensayo puede ser bisagra.

Un bloque con perfiles diferentes

Los gobernadores del PJ y su grado de cooperación en la negociación de fondos con la Casa Rosada

Los amigables

Son los más cercanos a Macri. Apoyaron la ruptura del bloque de diputados del FPV y juegan con Urtubey como referencia

Juan Manuel Urtubey - Salta

Sergio Casas - La Rioja

Rosana Bertona - Tierra del Fuego

Los moderados

Se mueven con pragmatismo y no quieren estar tan pegados al Gobierno. En general, son mandatarios que asumieron recientemente

Gustavo Bordet - Entre Ríos

Sergio Uñac - San Juan

Domingo Peppo - Chaco

Juan Manzur - Tucumán

Hugo Passalacqua - Misiones

Lucía Corpacci - Catamarca

Los duros

Son los que más tiran de la cuerda a la hora de negociar. No tienen coincidencias entre ellos, pero cada uno condiciona el debate a su manera

Alicia Kirchner - Santa Cruz

Carlos Verna - La Pampa

Gildo Insfrán - Formosa