Exportadores rechazan la regulación estatal en el precio de los alimentos

Exportadores rechazan la regulación estatal en el precio de los alimentos

La cadena del trigo y el maíz rechazó la creación de Fideicomisos que el Gobierno plantea para desacoplar precios internacionales y, de esa manera, bajar el precio local de la harina, el pan, y la producción de pollos y cerdos. Luego de una reunión con el ministro Julián Domínguez, los privados cuestionaron el rol de la Secretaría de Comercio interior

Por Sebastián Premic

La lógica consensual que promueve el Gobierno nacional tiene un limitante: el sector privado corre el arco porque sabe que puede hacerlo. El diagnóstico que comparte todo el equipo económico es que hay que desacoplar los precios internacionales de las materias primas del valor local de los alimentos. Sin embargo, el oficialismo sostuvo que no aumentaría los derechos de exportación. Tampoco podría hacerlo por su condición de minoría en el Congreso.

Por lo tanto, la alternativa que maneja el Gobierno es crear fideicomisos privados para que los exportadores de maíz y trigo contribuyan a bajar el precio local de esos insumos claves para la harina, el pan, y la producción de pollos y cerdos. Pero en una reunión realizada este martes en el Ministerio de Agricultura, la cadena del trigo y el maíz rechazó cualquier intervención del Poder Ejecutivo.

“Rechazamos la propuesta del Gobierno de promover la constitución de un fideicomiso para subsidiar la harina de trigo, fideos secos y pollo. Cuestionamos la política de precios que está llevando a cabo la Secretaria de Comercio que autoriza ajustes siempre por debajo del aumento de los costos de producción y de la inflación anual”, enfatizaron desde la cadena del trigo, maíz, el sector avícola, productores y feed lot en un documento que le acercaron a Julián Domínguez, ministro de Agricultura.

Para descalificar estos instrumentos – que en la práctica funcionarían como las retenciones pero administrados entre privados – las cámaras nucleadas también en el Consejo Agroindustrial Argentino sostienen que “el impacto del trigo en el precio final del pan es del 11 por ciento y en el pollo, el maíz no supera el 20 por ciento”.

Pero desde la Secretaría de Comercio interior refutan esta mirada con números que les fueron entregados en su momento a los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas.

En 2016, el precio internacional de la tonelada de maíz se ubicaba cerca de los 180 dólares, con un tipo de cambio de 15,6 pesos. El kilo del pollo tenía un valor de 37 pesos y se exportaba el 42 por ciento del total producido. Para la campaña 2020/2021, la tonelada de maíz cotizó 243 dólares, se exportó el 64 por ciento de lo producido, y el precio del kilo de pollo se multiplicó por cinco.

En 2015, el maíz tenía una alícuota de retenciones del 20 por ciento, mientras que ahora se ubica en un 12 por ciento. El precio internacional del trigo saltó un 63 por ciento entre 2015 y 2021 y las retenciones se redujeron 11 puntos. Es decir, con menores precios internacionales había una mayor regulación y eso impactaba en los valores locales de los alimentos.

"No se puede subordinar la necesidad de una política control de precios que permita terminar con el hambre en la Argentina, a la decisión de brindar estabilidad fiscal a los poderosos. No es recomendable para una estrategia equilibrada de desarrollo concentrar estímulos en posiciones dominantes”, sostuvo a BAE el director del Banco Nación, Claudio Lozano.

“Esto es parte de las contradicciones hacia el interior del Frente de Todos, donde quieren una política de precios pero hipotecan las herramientas que se necesitan para controlarlos”, agregó el economista.

Concentración

El rechazo a los Fideicomisos proviene del mismo sector que impulsa, con el aval del Poder Ejecutivo, un proyecto de ley de promoción agroindustrial con un régimen de beneficios impositivos y estabilidad fiscal por una década.

“Si el Estado no puede incidir sobre los eslabones de la industrialización y la comercialización, con una fuerte presencia oligopólica, no se va a resolver el tema de los precios”, enfatiza a este diario Matías Strasorier, director del Centro de Estudios Agrarios (CEA). “Y esto podría lograrse con una Agencia de Alimentos que incida en toda la cadena, donde el Estado participe de manera activa como un jugador más, tal como se había propuesto originalmente con Vicetin”, agrega.

El director del CEA tiene un punto. El 87 por ciento de la molienda de harina para pan está concentrado en tres empresas (Molino Cañuelas, Morixe y Molinos Río de la Plata); el 92 por ciento de la molienda para fideos la concentran cuatro compañías (Molinos, Compañía Molinera del Sur, Molino Cañuelas, y Molinos Tres Arroyos); y el 85 por ciento de la producción de aceite también está bajo el dominio de cuatro sociedades (AGD, Molino Cañuelas, Molino Río de la Plata y Tanoni).             

Desde la Mesa del Trigo y el Maíz contrapropusieron que el Estado volcase más recursos a través de la Tarjeta Alimentar, pero fue rechazado. Por su parte, Domínguez les garantizó que seguirán estudiando el tema con Feletti y se comprometió – según las fuentes del sector privado que participaron del encuentro – a que durante el resto de la gestión no habrá ni aumento de retenciones ni cierre del registro de exportadoresLa lógica consensual en su máximo exponente.

Comentá la nota