Elecciones: razones por las que la derrota del FDT es un hecho

Elecciones: razones por las que la derrota del FDT es un hecho

Las elecciones primarias marcaron una distancia de 360 mil votos entre el Frente de Todos y Juntos. El resultado parece irreversible, ¿lo es?

Por: Guillermo Montes.

A dos semanas de las elecciones generales legislativas, que definirán la composición de las cámaras en nación, provincia y en 135 municipios, el Frente de Todos no muestra capacidad de reacción para revertir un resultado, frente a una oposición que parece decidida a ir por todo.

En la provincia de Buenos Aires, el otrora bastión inexpugnable del peronismo, la alianza entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano obtuvo -con dos propuestas, hay que decirlo- el 38 por ciento de los votos, contra algo más de 33 que sacó el Frente de Todos. Son cinco puntos que implican 360 mil votos.

Estas son las claves que anticipan otra dura derrota del oficialismo.

1. En el Frente de Todos hay fracturas irreparables

Bonaerense versus porteños, el interior contra todos, territoriales y superestructurales. Conducir la heterogeneidad frente a ideas tan distintas no resultó tarea fácil para Alberto Fernández y tampoco para Cristina Fernández de Kirchner. Que decir de Axel kicillof que debió abrir por la fuerza su gabinete y que sostiene a Sergio Berni, un Rambo sin pelo que lucha solo contra todo el peronismo.

2. El periodismo de guerra no se rinde

Hay una paradoja de campaña: los candidatos tienen miedo de hablar. La descontextualización y banalización de las declaraciones de los políticos es más evidente y artera que nunca. Responder una pregunta significa caer en una trampa tendida por medios que más parecen unidades básicas que actores imparciales. Esta premisa vale para los dos lados de la grieta, pero es más complicado para quienes tienen que remontar el resultado.

3. Juntos tiene hambre de revancha

El principal frente opositor está en modo FDT 2019. Dejo sus discusiones internas de lado y se puso como objetivo recuperar el poder en 2023. Incluso después de una interna de pierna fuerte, radicales, amarillos y lilitos se muestran alineados y concentrados. Sólo Facundo Manes hace alguna interferencia en la sintonía de la alianza, pero no en el corto plazo: la pelea es por las elecciones de 2023.

4. No hay logros que mostrar

Aflojó el coronavirus, al menos por ahora, la mayor parte de la población adulta está vacunada y la economía no arranca. La inflación volvió a subir, el acuerdo con el FMI no llega y el horizonte muestra que otro coletazo de la crisis es inminente. La inseguridad retomó su ritmo habitual y volvió el miedo. El Frente de Todos no tiene con qué mostrar iniciativa, salvo que patee el tablero.

5. Hay incertidumbre en el territorio

Que en el Frente de Todos haya heterogeneidad o identidades diversas no es excusa para que los candidatos de una misma lista no tengan diálogo ni coordinen la campaña. Esto es especialmente evidente en algunas secciones electorales del interior como la sexta, la séptima y la cuarta, donde el oficialismo padeció las palizas más fuertes en las elecciones primarias.

6. Los librepensadores juegan la suya

Que en medio de una crisis el ministro de seguridad Sergio Berni haya sido noticia por tener un ejército de trolls o por criticar al gobierno de que es parte es un síntoma. Que un intendente como Ariel Sujarchuk, sin evidentes logros de gestión ni volumen político, extorsione al presidente y al gobernador de la provincia de Buenos Aires por un cargo, hacen evidente lo increíble: en el FDT hay jugadores que patean en contra.

7. Los antecedentes son muy negativos

El peronismo pierde todas las elecciones legislativas -en modo oficialismo u opositor- desde 2005, cuando de la mano de Cristina Fernández de Kirchner liquidó al duhaldismo en la provincia de Buenos Aires. Ahí comenzó una racha de derrotas: 2009 frente a Unión PRO (Macri – De Narváez), 2013 contra el Frente Renovador de Sergio Massa, 2017 contra Juntos por el Cambio.

8. El contexto internacional marca tendencia

A lo largo y a lo ancho del mundo, todos los Gobiernos perdieron elecciones -legislativas y ejecutivas- durante la pandemia por coronavirus. Perdió Donald Trump en los Estados Unidos, el oficialismo golpista de Bolivia, perdió Sebastián Piñera en Chile, López Obrador en México y lo mismo pasó en Perú.

9. Algunos dirigentes están escondidos.

En el Frente de Todos hay dirigentes con miedo de ponerle la cara a la campaña. El debate de candidatos que propuso INFOCIELO dejó expuestas las posturas de Walter Torchio, Eduardo Bali Bucca, Alejandro Dichiara y tantos más. ¿Para qué pidieron ser candidatos?

¿Reversible? Difícil. No tanto por la cuestión numérica sino por la realidad política. Muchos dirigentes del Frente de Todos dan por perdida la guerra y apuestan a un milagro para torcer el destino.

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