La Secretaria de Comercio Interior, a cargo de Roberto Feletti, ya tiene acordado el congelamiento de precios de 1150 productos y Fe. También avanza con la regulación de los precios de los medicamentos. El martes habrá una reunión clave entre la Secretaría y los laboratorios. Se apunta al congelamiento de 85 drogas genéricas.

El congelamiento de precio de los alimentos resultó un instrumento exitoso para morigerar el impacto de la inflación en noviembre y probablemente también durante el último mes de 2021 aunque los guarismos indican que se ubicaría por encima del 3 por ciento por la suba de otros rubros.

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Entre octubre y noviembre del año pasado aumentó la ponderación de los precios cuidados de los alimentos dentro de la medición del IPC-Indec. En septiembre, la incidencia de los precios regulados era del 4,9 por ciento y pasó al 7,3 por ciento en octubre. En noviembre fue del 13 por ciento.

La nueva canasta les reconocería a los fabricantes un reajuste, en promedio, del 3 por ciento. Sin embargo, las principales industrias alimenticias reclaman una recomposición que va del 10 al 15 por ciento. En el fondo, las empresas nucleadas en la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), rechazan este instrumento.

De hecho, el pasado 22 de diciembre le enviaron una nueva carta a Feletti en la que le cuestionaron un supuesto “abuso de autoridad” y “pérdida de rentabilidad” para sus empresas.

Si bien el Gobierno apuesta al consenso, la beligerancia de los privados existe. Las más duras son Unilever, Arcor y Procter & Gamble. Por ejemplo, Unilever tenía 83 productos dentro del acuerdo vigente. Cuando se inició la renegociación para la nueva canasta los redujo a 26. Ahora están en 77.

“Son rudos los muchachos. La nueva canasta debería ser de orden público y salir por resolución. Hay una inflación monopólica que tiene que ser controlada”, indicaron a BAE Negocios desde el Ministerio de Desarrollo Productivo.

Consenso o no consenso, esa es la cuestión. El ministro Matías Kulfas brindó su apoyo a Feletti para avanzar con la nueva canasta aunque relativiza el efecto concreto sobre la inflación.

“No sirve si no se controla al mismo tiempo que no suban los insumos de esas mismas compañías”, enfatizan cerca del ministro.

Fideicomisos

Ahí es donde entrarían a tallar los Fideicomisos al maíz y trigo, una especie de subsidios cruzados desde los exportadores a los productores para abaratar el precio interno de estos insumos claves para la fabricación de harinas, fideos, forraje para carne vacuna y aviar.  

La semana pasada, el ministro de Economía Martín Guzmán le aseguró a Feletti que ambos instrumentos estaban listos aunque faltaba lo más importante: que los exportadores pusieran la plata. Sin embargo, los fideicomisos cosechan rechazados.

Según adelantaron a BAE Negocios desde el Consejo Agroindustrial Argentino, este martes habrá una reunión en Agricultura con las cadenas de maíz, trigo, los harineros, avícolas, las entidades de productores, corredores y los feed lot.

“La gran mayoría está con una posición dura porque no creen que tengan una incidencia directa sobre el precio final de los alimentos”, aseveró Gustavo Idígoras, presidente de la CIARA. Rechazada la posibilidad de aumentar las retenciones, los Fideicomisos quedaron como única opción para desacoplar los precios internacionales de los locales.

Los integrantes del CAA son los mismos que pugnan para que el Congreso les apruebe un proyecto de promoción agroindustrial para aumentar exportaciones, en línea con la necesidad gubernamental de reunir dólares para garantizarle al FMI el repago de la deuda adquirida por el macrismo. La discusión aumento de las exportaciones –alimentos a precios accesibles no parece estar resuelta.  

Este mismo martes también habrá una reunión con los laboratorios. Desde la cartera de Salud se propuso el congelamiento de 85 drogas genéricas, con un posible esquema de actualización en base a las fluctuaciones del IPC y el ritmo de crecimiento de los salarios.