Todos los actos, desde el más trascendente al menos significativo, lo tienen ahora al gobernador Torres en el centro de la escena y a Romero a su izquierda y Menna a su derecha.
Por Carlos Guajardo.
“Me voy a meter de lleno en la campaña, el desafío es romper con la polarización entre el kirchnerismo y La Libertad Avanza. Algunos lo plantean como una utopía, pero lo vamos a hacer”.
Algo cambió. Hubo hechos que durante estos meses del 2025 hicieron darle un giro a su convicción y por eso, el gobernador de Chubut Ignacio Torres convirtió en propia una elección que, cuando comenzaban a sentirse los primeros ruidos, le era ajena.
Por aquellos meses de un otoño naciente, Torres sentía que los comicios de octubre eran un plebiscito a la gestión presidencial de Javier Milei y que poco o nada arriesgaba sea cual fuere el resultado de las urnas. Le confesó a un periodista de diario RÍO NEGRO cuando por aquel entonces lo consultó sobre posibles candidatos: “Esta es una elección que tiene que ver más con los dos años del presidente que con lo provincial. Por eso veremos quien mejor mide y de ahí saldrán los candidatos”.
Pero no fue tan así. Nadie midió a ningún posible candidato y Torres decidió sin consulta previa que la actual diputada nacional Ana Clara Romero y el vicegobernador Gustavo Menna sean los que encabecen la boleta. No le importó que ambos sean de la misma ciudad (Comodoro Rivadavia) en una provincia donde siempre se busca que los candidatos otorguen una representación regional.
El gobierno de Chubut, desde el primero al último de sus funcionarios hace del silencio su mejor manera de gobernar. Por eso, resultó infructuoso en estas últimas horas conocer el o los motivos que hicieron cambiar de idea al mandatario que ahora reconoce públicamente que esta es una elección que también le importa y por eso “se la pone al hombro”.
De todas maneras, sería demasiado inocente pensar que para Torres era lo mismo ganar que perder en las urnas en esta elección de medio término. Quizá, la victoria contundente del peronismo en la provincia de Buenos Aires haya sido un detonante. Kicillof pasó de ser petiso y chueco a ser alto y elegante.
Quizá el desmoronamiento inesperado en un corto tiempo de la imagen del presidente Javier Milei por las sospechas de corrupción, el repudio a los vetos o los insultos a los mandriles que antes eran música para los oídos y ahora se convirtieron en un ruido ensordecedor de bombas cayendo sobre hospitales, hicieron parte del cambio de rumbo del gobernador chubutense.
Todos “quizá” que aportan los últimos acontecimientos pero que no tuvieron una explicación de alguna voz autorizada del gobierno ni del propio Torres.
Todos los actos, desde el más trascendente al menos significativo, lo tiene al gobernador Torres en el centro de la escena y a Romero a su izquierda y Menna a su derecha. Así cuantas veces se quieran contar, en los últimos tiempos.
Este viernes, Torres no concurrió al encuentro de “Provincias Unidas” en Córdoba pese a ser uno de sus “fundadores” junto a sus pares Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Carlos Sadir y Claudio Vidal. Junto a ellos estuvo desde el principio Juan Schiaretti y se sumó Gustavo Valdés, actual gobernador de Corrientes. La puerta está abierta para que sigan entrando.
La ausencia de Torres fue justificada como “cuestiones de agenda”. Mucho se especuló con alguna esquirla de su encuentro con el ministro de Economía de la Nación Luis Caputo, donde firmó beneficiosos convenios para la provincia. Pero la foto con el funcionario, con las manos enlazadas y una sonrisa creciente en medio del veto de los ATN pudo no haber caído muy bien y con su ausencia Torres pensó en bajar las aguas. Nada se supo porque nada se sabe desde el silencio.
Torres consiguió la confirmación respecto a que la segunda reunión de “Provincias Unidas” se realizará en Chubut el próximo 30 de septiembre. Con eso aventó por ahora, las especulaciones.
“Ana Clara y Gustavo van a defender nuestros intereses mientras otros cachivaches que tiene el Congreso se tiran con botellas, piñas y se tratan de gatos”, agregó Torres. Es lo que pasa en Nación, no en la provincia. Más señales del cambio y que esta elección importa. Al menos, mucho más que antes.
Comentá la nota