La ministra de Seguridad pasó por la provincia con críticas al armado federal de los gobernadores y un mensaje contundente a su espacio en medio de la interna amarilla. “Habrá un lugar, hay un reconocimiento”, le dijo a su tropa ayer a última hora de la tarde.
Por Gabriel Silva.
Las casi seis horas en Córdoba de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich concluyeron con el fuerte mensaje que la integrante del Gabinete de Javier Milei le dejó a su tropa antes de emprender el regreso a Buenos Aires. En primer lugar, ratificó que la vertiente amarilla que le responde a ella en Córdoba debe trabajar para la lista de La Libertad Avanza en octubre, dejando así al PRO al borde del quiebre; pero, además, garantizó un espacio en la boleta para su tropa.
“Habrá un lugar para este espacio, hay un reconocimiento”, dijo Bullrich en la tarde de ayer y en una reunión cerrada a un reducido grupo de dirigentes en Córdoba. Y, si bien no le puso un nombre a la ficha, el arco PRO en su conjunto, tanto los que adhieren al espacio de la ministra como aquellos que son detractores de ella reconocieron a este diario que será para la diputada nacional Laura Rodríguez Machado.
“Patricia se va a mover por Córdoba, y por Laura, como no se movió ni pidió por alguien en otra elección”, dijo un conocedor de la interna amarilla en la provincia que, además, se animó a posicionar a la actual diputada en el cuarto escalón de la boleta.
En el encuentro reservado estuvieron, además de la diputada que debe renovar su escaño, el legislador provincial Ignacio Sala, la concejala capitalina Jéssica Rovetto Yapur, el intendente de Villa Allende, Pablo Cornet y dirigentes del interior.
En tanto, previo a esto, la presencia de Bullrich en la provincia también estuvo marcada por las definiciones que la funcionaria nacional dejó en el almuerzo de la Bolsa de Comercio donde criticó el armado federal que impulsan los gobernadores desde la semana pasada, pidió que se reduzca el gasto público tanto en provincias como municipios y ratificó la política en materia de seguridad dando ejemplos de lo realizado en el sur y el este provincial.
“Kirchnerismo de baja intensidad”
“Eso del medio no me suena. Es no tener ningún tipo de identidad, ¿cuál es el proyecto? Si el proyecto es acompañar al kirchnerismo en todas las leyes, entonces, ¿de qué medio estamos hablando?”, dijo la ministra en el mediodía de ayer en la Bolsa.
“Dicen que son del medio, pero ahí hay un kirchnerista, un radical, otro del PRO, ¿dónde están los del medio? Para mí es kirchnerismo de baja intensidad, una especie de kirchnerismo suplente”, fustigó la ministra sobre el Grito Federal en el que convergen los cordobeses Juan Schiaretti y Martín Llaryora, además y entre otros, del santafesino Maximiliano Pullaro y el chubutense ‘Nacho’ Torres.
Esta frase fue seguida por la primera línea del almuerzo que se desarrolló ayer y en las mesas en las que se encontraban, entre otros, los diputados Gabriel Bornoroni (LLA), Luis Picat y Rodríguez Machado, además del senador Luis Juez y los ministros llaryoristas Julián López y Juan Pablo Quinteros.
Al peronismo de Córdoba que monitoreó la presentación de Bullrich en la Bolsa de Comercio no le cayó bien lo de “kirchnerismo suplente” y algunos que no asistieron a la presentación de la ministra cuestionaron los zigzagueos partidarios y de sellos que tuvo en su historia la actual funcionaria mileísta. “¿En serio ella habla de falta de identidad?” se preguntó un funcionario provincial ante la consulta de este diario.
La eterna fiebre amarilla
Mientras, tanto en la previa al arribo de Bullrich como luego, una vez que la ministra ya estaba en vuelo emprendiendo su regreso a Buenos Aires, todos los teléfonos de dirigentes con peso en el PRO se activaron con una intensidad propia de la cuenta regresiva para el cierre de alianzas. Pero, con la particularidad en Córdoba de que, al cierre del jueves se le suma la orfandad que tiene la lapicera amarilla en la provincia.
“Acá el problema es que no se sabe quién carajo maneja la lapicera”, se quejaron del bullrichismo ayer atentos a lo que ocurría en el Zoom del PRO con la presencia del diputado Martín Yeza como interventor. Reunión de la que participaron los macristas cordobeses Soher El Sukaría, los intendentes Cornet, Adela Arning (Mendiolaza) y Sara Majorel (Marcos Juárez) y de la que, como siempre, hay visiones encontradas.
En el macrismo se mostraron optimistas de la mesa política, la situación de la intervención y el presente partidario; y los que rechazan la injerencia de Macri dispararon ayer que Yeza puso paños fríos a su intervención para mostrarse más como un coordinador.
Probablemente, atentos a cómo se podía destrabar el acuerdo del PRO con los libertarios en Caba que anoche tuvo mejores síntomas que los del mediodía con la frase contundente de Macri cuando dijo que los libertarios querían tomar “una posición totalmente dominante”. A última hora de la tarde el escenario cambió y se empezó a explorar una especie de acuerdo con la candidatura de María Eugenia Vidal en una lista de unidad.
En tanto, libertarios con poder de definición y de buen diálogo con los integrantes del PRO en Córdoba reconocieron que había conversaciones en Buenos Aires para ver si el sello amarillo de esta provincia entraba en la negociación porteña.
“Macri negocia Caba ofreciendo Córdoba y a los libertarios esto les cierra porque le complican el ‘plan B’ a (Rodrigo) De Loredo”, reconoció a este diario una persona al tanto de las conversaciones. Por lo que ahora, la duda que subyace en caso de un acuerdo entre el partido del Gobierno nacional y el PRO es cómo encajan las fichas de las distintas vertientes amarillas.
En simultáneo, y mientras el macrismo se aferra a la intervención para desplazar definitivamente a Agost Carreño, los detractores del diputado de Encuentro Federal reconocen que “no le quedan muchos tiros” en la instancia judicial y se acorta el camino en la Cámara Nacional Electoral. Aunque, podría haber nuevos avances antes del jueves.
Cierto es que el fuero está entretenido con la dinámica de la política cordobesa y preparando definiciones también en torno a la interna del radicalismo en la provincia. Con lo cual, la carrera contrarreloj de cara a las alianzas tiene a ambos espacios, tanto el PRO como la UCR, al aguardo de definiciones que marcarán el futuro inmediato de las fuerzas.
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