Las palabras del gobernador no trajeron sorpresas, estuvo presente el diagnóstico de la provincia heredada que suele utilizar cada vez que puede, con un necesario hincapié en la situación sanitaria y el fortalecimiento del sistema de salud que desarrolló su gobierno durante el 2020, y en el plano de los anuncios se destacó el plan de obras públicas, caballito de batalla de la reactivación económica desde mediados del año pasado.

Desde la oposición hicieron la esperable interpretación del discurso minimizando los anuncios y resaltando la falta de autocrítica, e incluso algunos llevaron las críticas más allá y aseguraron que se trató de una apertura de sesiones más digna de un pequeño pueblo que de la provincia más importante del país. Y no faltó quien, como el senador Andrés de Leo, afirmara que fue un discurso "de campaña".

Es decir que todo funcionó dentro de los carriles normales con un oficialismo aprovechando el escenario para realizar una evaluación positiva de su gestión, mientras la oposición desnuda las deudas pendientes y estira las críticas en medio de un año en el que la rosca política empieza a calentar motores de cara a las legislativas.

Pero además esta semana hubo una segunda puesta en escena, la declaración ante la justicia de Cristina Kirchner y Kicillof por la causa dólar futuro, que al menos a nivel nacional fue casi tan importante como la apertura de sesiones, y que tuvo a la vicepresidenta como figura excluyente, pero que también le permitió al mandatario bonaerense desplegar parte de su potencial argumental y ratificar su pertenencia al sector "duro" del cristinismo, más allá de las versiones sobre un supuesto distanciamiento con "la jefa".

Tras la apertura de sesiones, la cámara de diputados se puso en marcha para reactivar algunos proyectos de consenso, como el que crea una capacitación en materia ambiental para todos los funcionarios de los tres poderes del Estado, y demostrar así que hay voluntad política de realizar sesiones a buen ritmo a pesar del año electoral.

La ventaja es que no se advierte en el horizonte inmediato ningún proyecto que pueda generar encontronazos, lo que en parte se debe a una decisión del ejecutivo de retacear la información sobre las iniciativas que va a promover con cambios de fondo en la estructura del Estado y que podrían incluir una discusión sobre alguna de las leyes que regulan al personal de la provincia.

Además, oficialismo y oposición comienzan a medirse en el primer turno electoral en el que tendrá efecto el "límite" a las reelecciones de los legisladores, una interpretación de la ley no del todo cómoda para aquellos diputados y senadores que terminan el 10 de diciembre el que sería su segundo mandato consecutivo y por lo tanto no tendrían chances de presentarse nuevamente.

La situación hace prever que hasta que no se resuelva esa cuestión, ya que algunos pretenden forzar la ley y poder volver a ser reelegidos, no habrá grandes tensiones a nivel legislativo y tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio hay legisladores que en off aseguran que “es posible” que los que terminen su mandato en diciembre puedan buscar un nuevo período.

Tercera vía... intravenosa

El ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, reapareció esta semana con críticas al gobierno y la propuesta de generar una “tercera vía” que se constituya en alternativa a Juntos por el Cambio y al Frente de Todos.

Todavía con las heridas que le provocó la paliza electoral del 2017, el malogrado candidato a senador del PJ, se mostró cercano al espacio “SUMAR”, que encabeza Hilda “Chiche” Duhalde, y que parece más bien una estación del tren fantasma que un espacio con chances de entusiasmar realmente a los bonaerenses.

El ex ministro se suma así a Guillermo Moreno, otro integrante del primer kirchnerismo que hoy no ahorra críticas contra Alberto Fernández y promueve una vuelta al peronismo puro, sin acercamientos con sectores del ala dura del macrismo y pretenden entusiasmar a los intendentes bonaerenses que como Fernando Gray de Esteban Echeverría, sufren los embates K, y corren el riesgo de quedarse fuera del juego.

En ese sentido vale recordar que el PJ bonaerense va a consagrar a Máximo Kirchner como su nuevo presidente, rompiendo los acuerdos territoriales existentes y prácticamente expulsando a Gray y a su par de Merlo, Gustavo Menéndez, que se venían alternando al frente del partido.

Claro que la estrategia de CFK cuenta con que la alternativa al Frente de Todos, sean las caras de la derrota que hoy representan Randazzo, Moreno y compañía, un cuadro poco atractivo para cualquier jefe comunal que busque este año ratificar su poder.

La tercera vía que propone el ex ministro de Cristina, parece más bien una vía intravenosa, para mantener con vida a algunos dinosaurios del peronismo histórico.

Por Maxi Pérez