Los tenientes de CFK rodearán a Boudou

Cristina le delegó el poder a su vice sólo en lo formal. Por las dudas, encargó a sus hombres de mayor confianza que lo cerquen para evitar sobresaltos durante su ausencia.
Firmar decretos o resoluciones será la única actividad del vicepresidente Amado Boudou mientras quede a cargo del Poder Ejecutivo. El ex ministro de Economía estará en principio veinte días al frente del Gobierno, por la operación de Cristina Kirchner.

El papel que tendrá que jugar en ese período le quedó más que claro tras reunirse dos veces con ella en la quinta de Olivos el jueves. Será meramente administrativo. Pasó más de tres horas cara a cara con la mandataria que, en público, le advirtió: “Ojo con lo que hacés”. El vice sabe las consecuencias de levantar la cabeza en la dinámica kirchnerista. Le impusieron casi dos meses lo que en la jerga política se conoce como “freezer” para que entendiera que tener ambiciones sin el aval de CFK se paga.

Ella lo sacó de la penitencia cuando asumió. Lo elogió en público y, por piedad, dejó que en su cargo en Economía lo reemplazará un delfín suyo, Hernán Lorenzino. Pese a que los hilos económicos los maneja el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. “Si no lo ponía, lo sepultaba”, graficó un funcionario.

Boudou atenderá en el Senado, pese a que en el Banco Nación le reservan una oficina que está ubicada en el primer piso, donde funciona el directorio y donde tiene su despacho el presidente, Juan Carlos Fábrega. “Es una oficina que no es de acceso a cualquiera. Pero la están preparando, porque hay que adaptar los sistemas informáticos”, precisaron fuentes oficiales.

La columna vertebral del Gobierno será la de siempre. El ministro de Planificación, Julio de Vido; el secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga; y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, harán de sostén de Boudou. En el entorno del vice están alertas: temen que durante sus obligaciones como presidente provisional ocurra algo, como un paro de camioneros, que sobresalte la tranquilidad de enero. Pero de todos modos aseguran que el vice está emocionado con su rol.

Está dando señales de que pretende ser un buen alumno. Desde que asumió en el Senado no dejó de ir ni un día. El jueves estuvo hasta las 21. No se tomará vacaciones, tal como se lo pidió la Presidenta. Trabaja con su mano derecha, el secretario administrativo Juan Zabaleta; el subsecretario del Ministerio de Economía, Miguel Cuberos; y otro de sus asesores que tiene base en Anses, Juan Laxagueborde. Sigue sin vocero, aunque todos especulan que terminará nombrando a quien lo acompañó en los últimos años, Sergio Poggi. En la actualidad Poggi está asesorando a Lorenzino.

La única actividad que Cristina tenía prevista de antemano en los primeros días de enero era un viaje a Chile, que no hará Boudou. Se postergará para el futuro. La jefa de Estado dejó instrucciones a todos sus ministros antes de irse, para que quede claro que la que manda es ella y que a ella deben reportarle. El último día tuvo reuniones con varios funcionarios. A todos les dejó recados para que trabajen en su ausencia. Se prevé que CFK esté unos días sin voz, por lo que no podrá dar instrucciones por teléfono.

La Liga de Gobernadores

El peronismo está acostumbrado a los liderazgos fuertes, desde la época de su fundador. Pero también debió atravesar momentos de debilidad política de sus conductores, ocasiones en las que apeló a esquemas más o menos colegiados. En definitiva, lo que preparó Cristina para el período de su licencia por la operación.

El antecedentes más reciente fue el de la denominada Liga de los Gobernadores que acompañó a Eduardo Duhalde en el tortuoso camino de 2002-2003. Habiendo asumido por elección del Congreso, Duhalde se apoyó en ellos para lograr respaldo a cada una de sus medidas decisivas. Periódicamente se reunían en Olivos en largas sesiones. Así se ejerció el poder hasta que llegó Néstor Kirchner.

Comentá la nota