La crisis política que el Gobierno se autogeneró con la fallida decisión del Gobierno de bajar las jubilaciones tuvo su primer correlato esta mañana: Cambiemos no logró sumar a otras fuerzas políticas a su dictamen sobre el decreto de reforma migratoria, que de todas maneras seguirá firme mientras ambas Cámaras del Congreso no lo rechacen.

El dato inesperado es que el respaldo público que Miguel Pichetto y Sergio Massa le dieron a la medida no se vio reflejado eta mañana en la bicameral de trámite parlamentario, encargada de dictaminar sobre cada decreto de necesidad y urgencia.

Tras más de tres horas de expositores, Cambiemos sólo pudo reunir las 6 firmas de sus miembros: los diputados Nicolás Massot, Pablo Tonelli (PRO), Luis Petri, Martín Hernández (UCR); y los senadores Luis Naidenoff y Silvia Giacoppo (UCR).

Massa y Pichetto no acercaron votos para completar las 9 necesarias para tener dictamen de mayoría.

El presidente de la bicameral, el diputado camporista Marcos Cleri, juntó 5 para rechazarlas pero no presentó el dictamen para dejar expuesta una inesperada minoría de Cambiemos. Lo acompañaron los senadores Anabel Fernández Sagasti, Mario Pais y los diputaos Juliana Di Tullio y Diana Conti.

Nunca llegaron a la reunión los senadores Juan Irrazabal, Graciela De la Rosa (FPV-PJ) y Adolfo Rodríguez Saá y el pampeano Daniel Lovera, cercano a Carlos Verna y recientemente incorporado a la bicameral, en reemplazo de Juan Manuel Abal Medina.

Tampoco estuvo el diputado del Frente Renovador Raúl Pérez, quien pese a las declaraciones de su jefe no estaría tan de acuerdo con aplicar la reforma migratoria por DNU. Y Massa no parece con ganas de moverse demasiado para ayudar al Gobierno.

Lo que siguió fue un debate reglamentario sobre si en esta comisión, que tiene la misión de evaluar los DNU, también es necesario que la mitad más uno de sus miembros firmen un dictamen para que todos tengan validez.

Será el debate para la reunión del martes próximo, cuando está previsto discutirse el decreto sobre el calendario de feriados y otro que transfiere al Ministerio de Desarrollo Social un conjunto de containers incautados en la Aduana. 

A Cambiemos le alcanza con que Pichetto y Massa no se sumen a ninguna embestida contra este DNU en los recintos, como pidieron decenas de organizaciones durante varias horas.

Cleri, que impuso la dinámica de invitar expositores a una bicameral que solía destacarse por su solemnidad, había anunciado una lista de 18 expositores pero la fue agrandando para sorpresa de sus pares.

La mayoría coincidió en que el DNU va mucho más allá que en el objetivo de combatir el narcotráfico, porque toca derechos de residentes extranjeros.

Diego Morales, del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), pidió que temas vinculados a procesos penales "sean tratados por ley" y no por DNU, postura compartida por Ana Paula Penchaszadeh, del Instituto Gino Germani.

Mariela Belski, de Amnistía Internacional, recordó que sólo 4,479 inmigrantes sobre 70 mil están detenidos. "Nosotros aportamos a este país, aportamos con nuestro trabajo, venimos a aportar en los mejores años de nuestra vida a Argentina porque también la amamos", se defendió luego Lourdes Rivadeneyra, de la Red Migrantes Argentina.

El diputado del Parlasur Oscar Laborde (FpV) anticipó que pedirá dar marcha atrás con el DNU y anticipó sanciones internacionales. "Vamos a batallar fuertemente desde el Parlasur para que esto no se lleve a cabo", lo respaldó su par Julia Perié.

Los legisladores de cambiemos insistieron en que la ley es sólo para cumplir el procedimiento para expulsar extranjeros que ahora no se puede aplicar fácilmente.

"No estamos tipificando el delito del migrante irregular, estamos estableciendo mayores controles. La ley actual preveía expulsiones, pero no se materializaban", insistió Petri. "No busca perseguir a la migración; lo que no queremos es permitir el ingreso de extranjeros delincuentes". 

"El Ejecutivo no puede legislar en materia penal. Debemos nosotros debatir en profundidad los cambios en la política migratoria. El señor presidente está equivocado, necesita que lo aconsejen bien y algún secretario que le marque los límites", sugirió País.