Auténtico ‘gladiador mediático’ en tiempos de furiosa prensa anti K, Jorge Milton Capitanich nunca dudo en tomar licencia como gobernador para asumir la Jefatura de Gabinete, inmolarse por la causa en su pelea a diario con los medios opositores, para finalmente regresar a tiempo a Chaco vestido de héroe y ganar ampliamente las Paso para el Frente para la Victoria.
Inquieto, vertiginoso, El Coqui combina una gran formación universitaria con su adicción al trabajo y a la política. Tres veces puso su sello de administrador eficiente en su provincia y antes, integró el gabinete del presidente interino Eduardo Duhalde. Pero toda su dimensión de batallador todo terreno apareció cuando Cristina Kirchner lo nombró Jefe de Gabinete.
La presidente, que lo conocía de su paso por el Senado, apreció aquellas virtudes y lo entrenó para destinos mayores, tal vez la presidencia. En otro contexto para el oficialismo, su prédica diaria en la Sala de Prensa de la Casa Rosada le fue alejando y todo terminó con su regreso a Chaco, donde su vice a cargo, Bacileff Ivanoff se había convertido en un Julio Cobos norteño.
Ya en el pago se puso la administración al hombro, retomó la actividad a su estilo que no excluye la aspereza, trabajó a full con la legislatura y decidió dar pelea como candidato a intendente de Resistencia, mientras veía como Mauricio Macri, Ernesto Sanz, Sergio Massa, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer apoyaban a Aída Ayala, candidata a gobernadora y líder de la Alianza Vamos Chaco.
Aunque no era de su agrado, aceptó la candidatura a gobernador de Domingo Peppo, pero le puso como vice a su hermano Daniel Capitanich, fórmula ampliamente ganadora. Haciendo suyas las palabras de la presidente, Coqui reservó para su gloria el triunfo en Resistencia, donde el radicalismo ejerce la intendencia desde hace dieciséis años. No hay cargos menores.
Mientras espera el mes de septiembre para la pelea definitiva, el caso Capitanich pone luz sobre la vitalidad política del FPV, que además del liderazgo y conducción de la presidente, cuenta con cuadros dirigentes jóvenes o maduros, todos con probados currículum en la gestión que, con sus más y sus menos, expresan altos índices de convicción y lealtad al ’modelo’.
Allí pueden sumarse al de Capitanich, los nombres del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, del rionegrino Miguel Angel Pichetto o el propio Aníbal Fernández, presente en el festejo chaqueño. A veces arriba, otras abajo, cuando les toca entrar dejan todo y a la larga, la diferencia empieza a notarse.
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