El eje anti Macri prepara un segundo capítulo y busca sumar al PJ territorial

El eje anti Macri prepara un segundo capítulo y busca sumar al PJ territorial

Será en provincia de Buenos Aires y enviará gestos al massismo y al randazzismo. Tesis sobre los gobernadores.

Sin el tumulto ni los flashes del viernes, Alberto Rodríguez Saá clausuró este sábado la cumbre anti Macri de La Pedrera, sínodo peronista que mostró supremacía K pero anudó a Hugo Moyano en un esquema que completa el puntano.

Ese conglomerado, que oficiosamente puso en la carrera del 2019 a Rodríguez Saá, Agustín Rossi y Jorge Capitanich, bosquejó una hoja de ruta: programar el próximo capítulo (de una temporada de 6) y salir a seducir al PJ territorial.

La sequía de gobernadores fue, en la cuenta final, el dato más negativo. Habían anunciado a Sergio Uñac (San Juan), Sergio Casas (La Rioja) y al formoseño Gildo Insfrán. Cero de tres. El plan es salir en busca de esos aliados "imprescindibles", según un armador.

"En San Luis estuvieron el kirchnerismo, Moyano y el Alberto. Después de mostrarse juntos y gritar no a Macri y unidad peronista, ahora ninguno puede irse", interpretó, optimista, un dirigente que construyó la juntada de La Pedrera.

Falta, en esa foto de familia, peronismo territorial: sobre todo gobernadores, actores que pueden darle más volumen al armado. Hasta acá, el mantra #hay2019, no permeó entre los jefes de provincias. Los más osados, para no cerrar la puerta, mandaron delegados.

Palabra más, palabra menos, confluyeron dos razones, opuestas pero a la vez sumatorias: no romper el diálogo con la Casa Rosada y no aparecer en fotos que creen "tóxicas" con dirigentes K.

"El gobierno apretó porque está preocupado", repitió Rodríguez Saá en el VIP de La Pedrera, cuando los dirigentes preguntaban por los faltazos de gobernadores y ningún visitante logró sacarle una palabra sobre los dichos de su hermano Adolfo.

"Está dolido, no están peleados pero tienen enfoques diferentes sobre lo que hay que hacer", lo tradujo un dirigente no puntano que integra al planeta Saa.

Traducción: Adolfo irá a pelear la gobernación porque es el único, admiten en el saismo, que garantiza un triunfo ante Claudio Poggi, y en esa aventura la marca K le resta. El Alberto se anotó en la maratón nacional y en San Luis reprocuden la teoría, casi como un hecho irrevocable, que será "vice de Cristina o de Capitanich". Micrófono en mano, Saá dijo que no hay que hablar de candidatos.

La ampliación del eje anti Macri, que repite como abracadabras que "hay 2019" y que "el limite es Macri", supone la admisión de que con lo que se reunió en San Luis, la perspectiva electoral sigue, en el mejor de los diagnósticos, borrosa.

"Ningún gobernador va a mover ahora. Van a esperar. Si se arma algo competitivo acá, por ahí se suman pero mientras tanto no se van a pelear con el gobierno", sintetiza un dirigente que está on line con varios gobernadores.

El próximo encuentro -aun sin fecha- será en provincia de Buenos Aires: Saá habló de Avellaneda, pero ese destino se tachó a las horas porque es un dominio ultra K, lo que incomoda a varios. Detalle: a San Luis fueron los intendentes bonaerenses Menéndez, Gray, Nardelli, Sujarchuk, Echarren, Descalzo, Festa, Secco y Durañona pero entre los diez oradores, no hubo espacio para ninguno. "Nos quedamos sin tiempo, muchachos", Gabriel Mariotto, uno de los coordinadores del encuentro.

Hablaron, además del trio de precandidatos y Moyano, Cristina Alvarez Rodríguez, Teresa García, Vanesa Siley, la camporista Anabel Fernández Sagasti, Hugo Yasky y José Luis Gioja, el jefe del PJ nacional que esta semana tratará de reunir al consejo del partido. 

No será Avellaneda. Podría ser La Plata, Mar del Plata o, hasta ayer lo más probable, Escobar. Ahí, además de sentar a caciques del conurbano como Martín Insaurralde (Lomas) y Verónica Magario (Matanza), que no fueron a San Luis, invitarán a dirigentes del massismo y el randazzismo que aunque vienen dando gestos unionistas, no viajaron a La Pedrera.

El acuerdo en el Congreso del PJ bonaerense ayer en Hurlingham (ver nota aparte), que sumó a referentes de esos espacios, podría servir como una canal para que se arrimen al eje anti Macri.

 

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