Unidos y Organizados enfrenta una crisis terminal

Unidos y Organizados enfrenta una crisis terminal
El espacio que se creó para englobar a todas las agrupaciones kirchneristas dejó de realizar sus reuniones de los lunes por las diferencias entre La Cámpora y los aliados. El acuerdo de Cabandié con el PRO generó la fractura del interbloque en la Legislatura.
Unidos y Organizados, el espacio creado para aglutinar a todos las agrupaciones kirchneristas atraviesa su momento de mayor división y podría dejar de existir en la práctica.

Ya nadie quiere ir a las reuniones que solían celebrarse todos los lunes en San Telmo y en las que se hacían presentes los funcionarios de primera línea del Gobierno nacional junto a los líderes de agrupaciones K como La Cámpora, el Movimiento Evita, Nuevo Encuentro y otros aliados.

La debacle de UyO se hizo más visible en la Capital, tras la floja elección de octubre. “Antes peleábamos para ser segundos y ahora ya nos ganó Pino”, señaló a LPO uno de los dirigentes que iba religiosamente a las reuniones de los lunes y ahora ya no tiene más ganas.

La ruina de esta aglomeración de agrupaciones K es tal, que el lunes de la semana pasada debió suspenderse el brindis que había organizado el camporista Juan Cabandié para despedir a Guillermo Moreno, que ese día dejó de ser el secretario de Comercio Interior y ocupará un lugar como agregado de la embajada argentina en Italia. Nadie quiso ir.

Fractura en la Legislatura

Pero si hay un ejemplo que pinte de cuerpo entero la división entre las agrupaciones que integran UyO, es la división que se generó en el kirchnerismo en la Legislatura porteña en las últimas sesiones del año.

El interbloque K que hasta la sesión del último lunes encabezó Juan Cabandié, se partió en varios pedazos durante las votaciones más importantes. El camporista ordenó votar junto al PRO en varias leyes polémicas, como la extensión de los parquímetros a media Ciudad, el plan maestro de la Comuna 8 y el convenio del juego por el que Mauricio Macri le perdonará a Cristóbal López una deuda de 2000 millones de pesos.

Cabandié incluso acompañó al PRO en la extensión del estado de emergencia del subte por 4 años, pese a que el líder de los metrodelegados, Roberto Pianelli (otro de los integrantes de Unidos y Organizados), había pedido a los legisladores que se opusieran. En el kirchnerismo no podían creer que se votara esa ley que le permitirá a la empresa Metrovías continuar operando el servicio por otros cuatro años, pese a que la Auditoría General de la Ciudad, cuya presidenta es la esposa de Cabandié, había elevado un informe durísimo contra la empresa.

Incluso los militantes de La Cámpora llamaban desde las comunas a los legisladores del resto del bloque para pedirles que no votaran las leyes.

“Sos el nuevo Kravetz”, le dijo un legislador de su propio bloque a Cabandié en las últimas semanas, cuando el camporista le comunicó al interbloque las leyes que había que votar junto al macrismo.

Todos estos movimientos de Cabandié hicieron estallar al resto del interbloque, conformado por las bancadas de Nuevo Encuentro, cuya presidenta es Gabriela Cerruti, y el Frente Progresista y Popular, de Aníbal Ibarra.

Los bloques de Cerruti e Ibarra no acompañaron a Cabandié en casi ninguna de esas votaciones e incluso hicieron fuertes campañas contra las leyes en las últimas semanas. No acompañaron ni siquiera la desginación del legislador kirchnerista Alejandro Amor como nuevo Defensor del Pueblo.

Pelea con el Evita

Otra de las razones de la crisis de UyO es la pelea entre La Cámpora y el Movimiento Evita, que la semana pasada tuvo su punto más caliente en la Legislatura porteña.

Hace diez días, un día antes de que se conformaran los nuevos bloques de la Legislatura, el ex canciller Jorge Taiana quería romper con el bloque del Frente para la Victoria puesto que Cabandié quería imponer a Gabriela Alegre como su sucesora en la jefatura de bloque.

Taiana consideraba que por su trayectoria y por haber encabezado la lista merecía como mínimo la jefatura de bloque y por eso amenazaba con armar un bloque del Movimiento Evita junto a María Rachid. Por su parte, Cabandié les advertía a todos los legisladores que si no votaban a Alegre, era como si lo estuvieran traicionando a él mismo.

La solución vino de afuera: el diputado bonaerense Fernando “Chino” Navarro, que es el número dos del Evita que encabeza Emilio Pérsico, bajó la orden de que se plegaran al bloque del Frente para la Victoria sin chistar. Es que de lo contrario, el Chino no iba a ser electo presidente de la bancada kirchnerista en la Legislatura provincial.

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