La Libertad Avanza busca acelerar los trámites y lograr acuerdos en el Senado con los bloques dialoguistas que le permitan aprobar la reforma laboral en la última semana de diciembre, junto con el Presupuesto 2026, mientras el peronismo herido analiza opciones para impedir la llegada a puerto del proyecto del Gobierno que apunta a cambiar la Ley de Contrato de Trabajo.

Según está previsto, hay poco margen de negociación para la Casa Rosada y sus alfiles parlamentarios. La vicepresidenta Victoria Villarruel convocó para el próximo martes a las 11 a los presidentes de bloques para acordar el armado de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto, con lo cual el debate podría comenzar el miércoles.

El primer escollo que deberá enfrentar la flamante jefa del bloque libertario, Patricia Bullrich, es conseguir mayoría con propios y aliados en ambos grupos para que emitan dictamen. En ese recorrido, debe convencer a los dialoguistas de la UCR, el PRO y amigos provinciales de acortar la lista de invitados. Por su parte, el peronismo hará todo lo posible para que las exposiciones incluyan a un centenar de dirigentes de los distintos sectores sociales, con el firme propósito de extender el debate laboral.

El Presidente firmó el proyecto de la reforma laboral y lo envió "inmediatamente" al Congreso al regresar de un viaje relámpago a Oslo (Foto: @madorni).

El objetivo de Bullrich es que la medida resistida por los gremios y el PJ se debata antes de fin de año junto con el Presupuesto 2026, otro de los puntos claves para el avance del Ejecutivo hacia lo que llaman las modificaciones de "segunda generación" en el mandato de Javier Milei.

Si bien lo acompaña una cantidad de legisladores con la que apenas soñaba en septiembre y que se volvió una realidad tras las elecciones de octubre en las que los violetas obtuvieron el 40% de los votos, aún hay obstáculos por vencer para llegar a lo deseado.

El esquema diseñado por el oficialismo apunta a que el primer plenario de comisiones sea el miércoles, y se extienda al jueves y viernes -de ser necesario- para que el tratamiento en el recinto sea entre el viernes 26 y el martes 30 de diciembre.

Además de tener listos los acuerdos con los dialoguistas, para cumplir con esos plazos aspiracionales debería reducir a menos de la mitad la lista de invitados, y terminar la rueda de consultas previas al dictamen. Esa celeridad necesita de una maniobra de Bullrich que le asegure tres votos del PRO, 10 de la UCR y, por lo menos, tres legisladores de bloques provinciales.

Será clave para el avance del proyecto cuán concreto se vuelva el apoyo que algunos gobernadores le adelantaron al jefe de Gabinete, Manuel Adorni; y al ministro del Interior, Diego Santilli, quienes encabezaron la búsqueda de respaldo político federal (Foto: prensa Gobierno).

El principal problema es que muchos de los aliados son gobernadores de origen peronista que no van a querer enfrentarse a la Confederación General del Trabajo (CGT), como los casos de los mandatarios de Salta, Gustavo Sáenz; de Santa Cruz, Claudio Vidal, y de Tucumán, Osvaldo Jaldo. La expectativa apunta a contar con el respaldo de los gobernadores de Chubut, Ignacio Torres, y de Neuquén, Rolando Figueroa, quienes tienen una senadora cada uno.

Del otro lado, el interbloque peronista, que cuenta con 28 senadores, pone en la mira a siete para tumbar la ley que modifica el sector del trabajo. Para eso serán necesarios pactos con legisladores que responden a mandatarios provinciales del Partido Justicialista, probablemente muchos de los que también intenta tentar el oficialismo.

Las reuniones de comisión coincidirán con las protestas previstas por la CGT y las dos CTA, que convocaron el jueves a una marcha desde las 15 en la Plaza de Mayo para rechazar de plano la reforma laboral impulsada por el gobierno de Milei.