Patricia Bullrich y Sergio Massa, ballotage o nada

Patricia Bullrich y Sergio Massa, ballotage o nada

La candidata de JxC y el aspirante oficialista queman sus naves en la pelea por meterse en la segunda vuelta con Milei. Las armas que utilizan y todo lo que arriesgan.

Por Marcelo Falak

El radical Leandro Zdero dio el batacazo en Chaco y le dio a Juntos por el Cambio (JxC) el sexto triunfo provincial del actual ciclo electoral –Santa Cruz, donde la alianza fue dividida, Chubut, San Juan, San Luis, Santa Fe y Chaco–, imponiéndose en primera vuelta sobre Jorge Capitanich y despojando al dividido peronismo de lo que había sido un bastión durante 16 años.

El resultado es fuerte porque consolida una tendencia amplia de retracción del justicialismo y porque apunta a causas más estructurales que el shock por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, que había tenido una influencia decisiva en las PASO provinciales y que, se suponía, había amainado en términos políticos. Lo ocurrido es otro mal augurio para el peronismo nacional.

A 34 días de las elecciones del 22 de octubre, el impacto tonifica la campaña nacional de JxC, que venía de un éxito resonante en Santa Fe y se dirige ahora a uno previsible en Mendoza. Puede esperarse que esto refuerce la idea que se ha impuesto en torno a la "mujer coraje", Patricia Bullrich, de apuntar todos los cañones a la recuperación del monopolio del voto antikirchnerista de modo de evitar que parte de él migre hacia las filas de Javier Milei por considerarlo una opción de poder y de cambio más concreta. Eso, sin embargo, podría implicar para la candidata un modo de hipotecar el futuro, cosa que acaso no pueda evitar.

 

 

Otro que parece no tener mañana, especialmente después de este golpazo, es Sergio Massa, para quien el sacrificio del porvenir en el altar del corto plazo podría adoptar otras formas.

Milei, que negó a su gente más de tres veces, una vez más no salió en la foto federal. ¿Cómo se entiende esto, más allá de que el economista encarna un fenómeno primordialmente individual? Se entiende pensando que, tanto en varias provincias como a nivel nacional, crece el eje del cambio por encima del de la continuidad, con diferentes expresiones disponibles según los contextos.

El futuro, tan cerca y tan lejos

Más allá de las mencionadas dinámicas locales, según ese mal necesario que son las encuestas, Milei mantiene la delantera que obtuvo en las PASO, seguido por Massa y con Bullrich algo rezagada, pero no fuera de carrera, sobre todo ahora que viene con viento de cola desde el interior. Valga como muestra la última medición divulgada por Opina Argentina –2.359 entrevistas nacionales, 2.073 telefónicas y 286 presenciales, realizadas en la primera semana del mes–, que arroja un escenario que, por el momento, apunta a la necesidad de una segunda vuelta el 19 de noviembre.

El sondeo, que vale citar por arrojar un panorama similar a los que circulan en los tres comandos de campaña, prolonga la incertidumbre, ya que no cierra la puerta ni a un triunfo del paleolibertario en primera vuelta ni a un ballotage que lo enfrente al candidato de Unión por la Patria (UP) o, incluso, a la de Juntos por el Cambio. Sí parece difícil que aquel pierda su lugar en un eventual segundo turno.

¿Puede realmente Milei ganar el 22-O? "En términos de intención de voto, el dirigente no ha encontrado aún su techo; resta saber si lo encontrará antes o después del 40%", resume el suspenso Zuban, Córdoba y Asociados.

Semejante situación explica que Massa y Bullrich actúen, como se señaló más arriba, como si no hubiera mañana, hipotecando, de maneras diferentes, sus perspectivas de futuro.

Mañana es tarde

Si, por lo dicho, la tarea de Milei es buscar su techo y tratar de empujarlo hacia arriba, la de Massa y la de Bullrich pasa por sumar todo lo posible para seguir en carrera el lunes 23 del mes que viene. Para eso, el ministro de Economía se ha rodeado de una nube de nuevos asesores –argentinos, brasileños y estadounidenses–, trabajo que se tradujo en un nuevo spot que entrega una cierta visión de futuro. No es poco.

Con todo, el presidenciable no se engaña: esta elección no se disputa con una pieza de propaganda ingeniosa, sino abordando la problemática económica.

Como ya no tiene tiempo ni condiciones de contener los precios, en el corto plazo busca emparchar los salarios, los planes sociales y las jubilaciones a través de diversas vías. A la eliminación del impuesto a las Ganancias para alrededor de 800.000 personas asalariadas, y a la devolución del IVA a las compras de alimentos, este domingo añadió un refuerzo de 15.000 pesos en octubre, noviembre y diciembre a personas jubiladasque perciban hasta un haber y medio y estén afiliados al PAMI.

El rojo fiscal se pone más intenso. Sin considerar los alivios y promesas del domingo y las que se conocerán para autónomos y autónomas en estas horas, "los dos paquetes de medidas (anteriores) anunciados desde las PASO tienen para el gobierno nacional un costo fiscal total de 0,6% del PBI. Pese a que el acuerdo con el FMI estipula un rojo máximo de 1,9% del PBI, este año el déficit primario treparía –al menos– hasta 2,7%", dijo en su último informe la consultora Equilibra. A eso habrá que sumar lo que aporten las provincias vía pérdida de coparticipación.

Lo dicho, con la aclaración que otras consultoras privadas estiran más la proyección del bache presupuestario, no solo comprometería a quien suceda a Alberto Fernández, sino el propio final de la actual administración. En principio, cualquier alivio es bienvenido, pero no puede decirse que el agravamiento de los desequilibrios macro dados por este nuevo sorpasso en la carrera entre los precios y los ingresos presagie, precisamente, una atenuación del IPC.

Esto hace que los pronósticos de la inflación anual se hagan más sombríos, apuntando ya casi a un 200% en el año, y que "en la visita de los emisarios económicos libertarios Juan Nápoli y Darío Epstein a Wall Street hace una semana, reconocieran que si Milei triunfa en primera vuelta, podría sobrevenir una híper –más del 50% de inflación mensual– que licúe todo antes de asumir el poder el 10 de diciembre", recordó Alejandro Rebossio en el DiarioAr.

Raspando el fondo de la olla de las buenas noticias, el Ministerio de Economía comenzó a divulgar la evolución semanal de la inflación, un intento in extremis de mostrar que la misma comienza a ceder después del fogonazo inmediatamente posterior a la devaluación del tipo de cambio oficial "impuesta por el Fondo Monetario Internacional" (FMI).

Un escenario de híper en caso de que una victoria de Milei pudiera desatar un movimiento anticipatorio de abandono del peso, facilitaría la dolarización de la economía. El desenlace podría ampliar sus componentes caóticos si se confirmaran los temores a una interrupción de la asistencia crediticia del Fondo Monetario Internacional (FMI) en noviembre debido al enojo del organismo con las decisiones de Massa, contrarias a la aplicación del ajuste recientemente ratificado.

El candidato Massa sonríe cuando se le dice que no cumple los mandatos del Fondo, pero el ministro debería preocuparse. Para él no hay mañana, pero el juego es riesgoso para el país.

Bullrich: ¿no future?

La postulante de JxC, en tanto, sorprende con una apelación old fashioned a la grieta K-anti-K. Esta, que interpela a una sociedad que ya no existe y que desconoce que la ultraderecha ha impuesto otra –casta-anticasta– que puede barrerla también a ella, hace bilardismo apostando a retener lo que se supone que le pide el núcleo duro de la alianza y a evitar que se vaya a La Libertad Avanza (LLA).

Con un antikirchnerismo recalcitrante que incluye spot, discursos, y hasta libro, la Dama de Hierro implosiona sus chances de sumar voluntades en la segunda vuelta a la que intenta llegar con desesperación: ¿por qué deberían ir a votarla simpatizantes de la plaga que pretende "erradicar"? Ella, bajo amenaza de desaparición política en beneficio de Mauricio Macri, tampoco tiene margen para imaginar el futuro.

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