Miguel Ángel Pesce: "Tenemos chance de que Alberto Fernández sea reelecto en 2023"

Miguel Ángel Pesce:

El titular del Banco Central es además hombre de confianza en materia económica y amigo de hace muchos años del Presidente. Tras anunciarse el preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional, repasó las consecuencias económicas y políticas. El dólar, las reservas, la inflación, el gasto público, la emisión y hasta las fintech, pero también las posibilidades electorales que habría de tener éxito su implementación y se creciera dos años al 5%.

—¿Estás contento con el acuerdo con el FMI?

—Sí estoy contento, pero ahora nuestra meta no es tener un acuerdo con el Fondo sino que la Argentina crezca sustentablemente, que reduzca la pobreza y crezca el empleo. Eso es lo que nos pone verdaderamente contentos. Este acuerdo contribuye porque reduce incertidumbres y creo que es un gran paso. 

—Se comenta que Ilan Goldfajn, nuevo timonel del hemisferio occidental en el Fondo Monetario y ex titular del Banco Central de Brasil, a quien se le atribuye un carácter de duro, llegó a decir: “Bueno, no quieren hacer reforma laboral, no la hagan; no quieren hacer reforma jubilatoria, no la hagan” –que es todo lo que en Brasil se hizo mientras él era presidente del Banco Central–, hagan lo que quieran, pero finánciense solos”. 

—Bueno, no me consta que Ilan hubiera dicho eso, estuve reunido con él virtualmente y no se expresó de esa manera, tampoco sé su motivación en el Fondo. Lo cierto es que el acuerdo no contiene ningún período de reforma laboral y las jubilaciones van a seguir ajustándose por el régimen de la ley argentina y no hay un pedido de modificaciones. En ese sentido, tampoco se ha pedido que haya ajuste ni del gasto social ni del gasto en capital, que, por el contrario, durante este año lo que está previsto en el acuerdo es que crezca alrededor de un 60% real. 

—Así como cuando se le dieron a la Argentina los 44 mil millones todos juntos fue algo totalmente inusual en la historia del Fondo Monetario. ¿Este acuerdo es también inusual? 

—Si bien yo no he estudiado en profundidad todos los acuerdos de facilidades extendidas del FMI, pero indudablemente este se ajusta a un requerimiento de nuestro país, de poder sostener el crecimiento económico con el fin de reducir la pobreza y ganar al empleo. Eso seguro. No sé cuáles han sido las motivaciones del Fondo, lo que el Fondo ha cambiado de la década del 80 y de la década del 90. Hoy estamos aplicando un plan temporal que puede parecerse más al plan que se llevó adelante en Islandia. 

—¿Qué similitudes tiene el de Islandia con este de Argentina?

—Bueno, lo que uno ha visto, especialmente en el panel en el acuerdo anterior, el standby que hoy estamos sustituyendo por facilidades extendidas, es que se establecieron controles de capitales en el programa. No descansa exclusivamente en un ajuste de precios, en una fuerte devaluación o en un fuerte aumento de la tasa de interés, sino que se utilizaron mecanismos regulatorios para evitar que los balances generaran un problema macroeconómico. 

—Hace dos semanas, o una, se hablaba de una falta de acuerdo. ¿Este acuerdo actual surgió súbitamente en las últimas horas o las informaciones de hace una y dos semanas eran equivocadas?

—Llevamos muchos meses trabajando junto con el Fondo. Recordá aquella misión que hubo sobre finales del año 2020. Diría que desde hace un año estamos todas las semanas trabajando con ellos, revisando puntos de vista, revisando cuestiones referidas a nuestro balance de pagos, nuestro balance cambiario, nuestra política monetaria. La Argentina es un país complejo, y como país complejo tiene estructuras institucionales y regulatorias complejas, y no se hace fácil a alguien que viene a la Argentina entender este marco regulatorio. Así que ha habido un trabajo bastante intenso y, como ocurre en toda negociación, sobre el final es donde se pone más difícil porque hay que terminar de ajustar los números y el gobierno argentino quería la garantía de que este fuera un programa sobre el cual hubiera crecimiento, como ya dije, hubiera inversión, no se produjera el salto devaluatorio y no se produjeran saltos violentos en la tasa de interés. Ya quedó demostrada la frustración que produce en la población un salto como la política macroeconómica en los años 2018 y 2019. 

—Cuando decís que al final hay un proceso decisorio más rápido ¿es porque en las últimas horas hubo un cambio de actitud del Fondo?

—Sí, sin duda. La decisión se precipita sobre la fecha. Nosotros necesitábamos estar seguros de que estaba marchando firmemente hacia un acuerdo con el Fondo, porque hoy (viernes) pagamos 717 millones de dólares por concepto de capital al Fondo y la semana que viene tenemos otros 250 millones en concepto de intereses. Entonces, queríamos estar seguros de que estamos marchando en firme hacia un acuerdo para poder realizar estos pagos. 

—¿Que Argentina haya dicho “si no llegamos a un acuerdo, no pago” fue lo que precipitó el acuerdo? 

—No creo eso. No creo que al Fondo se lo apriete, pero indudablemente la proximidad del pago hizo que pudiéramos ponernos de acuerdo. 

—¿Hubo tironeos respecto de lo que Guzmán llamaba “estrecho sendero fiscal”? Una reducción del déficit fiscal primario para 2022 de poco más de medio punto menos del PBI es una meta fácil de cumplir para Argentina. 

—Sin duda parece favorable, pero insisto, me parece que los detalles del último cierre, especialmente en cuanto a la posibilidad de tener más margen en déficit primario y poder sostener el gasto de capital en términos reales en los próximos años, fue una discusión ardua y se pudo cerrar esta semana. 

—¿Esto abre un futuro de crecimiento para la Argentina superior al que está previsto, por ejemplo, de 5% para los próximos dos años? 

—Yo creo que estamos en un piso de crecimiento para este año del orden del 4%. La tasa de crecimiento de Argentina siempre sorprende, como sorprendió el año pasado, cuando en septiembre estábamos esperando un crecimiento del orden del 7% y terminó siendo de 10%. Es muy posible que la Argentina vuelva a sorprender con su tasa de crecimiento durante este año. El acuerdo con el Fondo es clave porque esto nos permite saltar un precipicio que había este año y el año que viene. Era absolutamente imposible que la Argentina, con su nivel de exportación, con su capacidad de generar superávit en la balanza de pagos, pudiera afrontar los 18 mil o 19 mil millones de dólares que vencían este año y que vencen el año que viene. Este acuerdo supera esos dos precipicios. Ahora tenemos que continuar reforzando lo que insistí en todos las reportajes que hemos tenido contigo: la importancia de que se incrementen las exportaciones. El año pasado exportamos prácticamente 78 mil millones de dólares. Veníamos con niveles de exportación del orden de los 64 mil millones de dólares. Es muy difícil poder sostener esa dinámica durante años, pero si la Argentina supera los 80 mil millones en el año 2022, creo que se abre un sendero de crecimiento económico muy importante. Y el acuerdo con el Fondo va a despejar no solo el precipicio que teníamos este año, el año que viene. El logro de la mayor responsabilidad sobre el diseño y la ejecución no le cabe al Fondo, sino a las autoridades argentinas de ese momento. Y coincido en lo que decís, es un sendero que podemos recorrer sin ningún lugar a dudas. Si no, no hubiéramos firmado este acuerdo. 

—Los discursos catastróficos provenían más de los libertarios y los llamados halcones del PRO. ¿Este acuerdo hace que desaparezca el escenario catástrofe que hubiese generado mejores posibilidades electorales a los sectores más cercanos a los libertarios y los halcones? Y al revés, ¿les da a Alberto Fernández y a los moderados de Cambiemos la posibilidad de llegar más competitivamente a las elecciones del año próximo? 

—Esas son consideraciones políticas. Me gusta la política, pero es compleja la respuesta a tu pregunta. Yo lo que creo es que esto nos permite poder recorrer en los próximos dos años un sendero de crecimiento económico. No todo está dentro del acuerdo, insisto, necesitamos exportar más. Necesitamos ampliar la producción para que cuando la demanda tire la oferta no responda con precios, sino con aumentos de la producción. Y, sin duda, si este sendero es de crecimiento, vamos a conseguir que crezca el empleo, que crezca al salario real, como ocurrió el año pasado. Bueno, esa respuesta tiene que traducirse electoralmente. 

—Vos conocés a Alberto Fernández hace muchos años. Sos su amigo y persona de confianza. ¿Cómo lo notaste estos días? Empoderado como después de las elecciones de noviembre? 

—Lo vi muy preocupado, no estuve el día de ayer con él, los días anteriores hemos tenido algunas reuniones planificadas por él. Lo veía verdaderamente muy preocupado tanto por la necesidad de garantizar que el acuerdo permitiera el crecimiento de la Argentina como por las consecuencias que podía traer el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario. Me imagino que estará contento después de haber alcanzado el acuerdo con el Fondo.

—¿Qué va a hacer a China Alberto en materia financiera? ¿Traería de ahí un swap, un crédito puente? 

—China es un socio comercial de la Argentina muy importante. El año pasado importamos de China 13 mil millones de dólares. Nuestro déficit comercial con China fue de más de 7 mil millones de dólares. Un elemento clave en nuestra relación con China es el swap que tiene el Banco del Pueblo de China con el Banco Central de la República Argentina. La Argentina impulsó desde un origen la posibilidad de que el yuan se incorporara a la canasta de monedas del Fondo Monetario Internacional. Hemos trabajado en ello. Por eso se firmó un primer swap del orden de los 10 mil millones de dólares, que ahora es de 20 mil millones de dólares. Y la idea es que podamos utilizar el swap para sostener el crecimiento de la Argentina y de alguna manera también trabajar para que este desbalance comercial que tenemos con China tenga una respuesta a través de ese financiamiento. Eso es lo que hemos venido trabajando permanentemente con los colegas del Banco de China. En la visita del presidente es imposible que este instrumento tan importante no esté presente en una charla. Se dio hace tiempo un paso importante porque China eligió al ICBC, al banco que tiene representación aquí en la Argentina, para desarrollar la play in house de yuanes en nuestro país. Lo aprobamos durante mi gestión anterior aquí en el Banco Central y hemos dado un nuevo paso en este sentido. Recientemente he permitido que los bancos tengan cuentas en yuanes en el Banco Central de la República Argentina y también que con el banco ICBC puedan tener el usufructo local para sus empresas, lo cual fortalece al yuan como moneda global. Todo este contexto tiene que ver el acuerdo de swap que tenemos con China. 

—Este viaje presidencial generaba mucha inquietud porque al ser dos países con fronteras muy difusas entre el rol del Estado y el rol del privado, preocupaba que fuera un espejo para los próximos dos años de gobierno. ¿El viaje de Alberto Fernández en plena negociación con el FMI fue una forma de presión al organismo?

—China y Rusia son miembros del Fondo Monetario Internacional, especialmente China es uno de los mayores accionistas dentro del Fondo, donde tiene una representación importante también en el orden gerencial. Argentina es miembro del G20, del FMI, del Comité de Basilea, es un país importante en el orden internacional. Hemos tenido conversaciones con los responsables de las áreas económicas y de los bancos centrales de muchos países, explicándoles la situación de la Argentina. Y yo creo que esto en general ha contribuido. La visita del Presidente a China estaba programada desde mucho antes de que supiéramos que el acuerdo con el Fondo se iba a desencadenar en estos días. 

—La primera reacción fue una baja de los tipos de cambio alternativos. ¿Qué vas a hacer con los fondos que quieren ir, si están dispuestos a pagar cualquier precio? 

—Estamos en un escenario donde para ese tipo de instituciones el acuerdo con el Fondo tiene un rol muy importante, vamos a ver si esto le da suficiente credibilidad como para mantenerse dentro del nuestro mercado. Creo que esto también va a abrir las posibilidades de un crecimiento en otro mercado de capitales. Hemos hablado ya en otras ocasiones de la importancia de desarrollar nuestro mercado de capitales, y si logramos que crezca se abrirá la oferta a estos fondos para que cuando tengan vencimientos, en vez de intentar dolarizarse continúen invirtiendo en nuestro país. Esta es la primera apuesta que hacemos en este sentido. Veremos si continúa la presión sobre el mercado de cambios que se genera a través de nuestro mercado de títulos si es necesario tomar medidas adicionales. 

—Se dijo que el crédito extraordinario que dio el Fondo desembolsando todo el dinero junto y no, como era habitual, por etapas fue resultado de la relación especial que tenía Trump con el ex presidente Macri. Otra mirada es que simplemente Estados Unidos forzó al Fondo a dar ese crédito especial para darles salida los fondos norteamericanos que habían quedado dentro de la Argentina y no pudieron salir. De hecho, el presidente Macri en un reportaje dijo que la plata del Fondo era para pagarles a los bancos. ¿Qué pasó con los que se quedaron? 

—Los que se quedaron fueron fundamentalmente aquellos que habían comprado títulos en pesos bajo la ley de Argentina porque los que habían comprado títulos en dólares bajo ley extranjera entraron en el proceso de canje de deuda que se cerró el año 2020. Entonces no hubo un canje de deuda para los bonos bajo la ley argentina y quedaron con esos activos dentro de nuestro propio mercado, que es una situación novedosa. Siempre hemos hablado de que hay que tener cuidado con las inversiones especulativas en el mercado de capital de nuestro país, allí, por estrategia del gobierno anterior y por estrategia de los propios fondos quedaron con estos títulos en su cartera, y al no haber la oferta de canje están tratando de realizarlo a través del mercado de títulos. 

—¿Es plausible que EE.UU. haya presionado al Fondo para que prestara a Argentina así sus inversores podrían salir con esos dólares?

 —Salieron, pero fundamentalmente para los vencimientos que tenían los fondos extranjeros. En nuestro país también para el proceso de dolarización que se dio en el año 2018 y 2019, donde se fugaron 23 mil millones de dólares. Es una cifra récord en el año 2018 y llevado a 19 mil millones al año 2019 porque se estableció la restricción cambiaria en septiembre del año 2019, si no posiblemente o seguramente hubiera superado los 23 mil millones de dólares. No se ve el endeudamiento del gobierno del presidente Macri en obras de infraestructura o de desarrollo social. Sirvió para permitir la salida de aquellos inversores extranjeros que habían entrado en los primeros años, 2016, 2017. Y también para permitir las maniobras especulativas de los residentes argentinos 

—¿Eran en su mayoría de capital norteamericano o con gerenciamiento de ese país? 

—Son fondos, muchas de las residencias están en paraísos fiscales, la verdad es que no lo tengo identificado. La localización de estos fondos de inversión muy posiblemente será gerencial o de Estados Unidos, pero no debe tener su asiento legal en Estados Unidos.

—¿Cómo impacta el acuerdo en la fortaleza de las reservas? ¿Cuántas son hoy? ¿Cómo imaginás que va a evolucionar? 

—Estábamos en el orden de los 38 mil millones de dólares de reservas. Y según lo que explicó también el ministro, lo que estamos esperando es que haya un desembolso importante al inicio del programa que involucre los vencimientos del año 2022. 

—Además de los 2 mil millones de marzo. 

—Todos los vencimientos de este ejercicio o una parte sustancial de los vencimientos de este ejercicio y los 4.300 millones que ya pagó la Argentina con los DEGs que ya había obtenido de la ampliación de capital del Fondo y que pagamos en septiembre, en diciembre del año pasado; ahora tenemos los vencimientos de 717 millones y con marzo tenemos un crecimiento del orden de los 3 mil millones. Así que yo creo que el acuerdo se va a cerrar antes del pago y recibiremos un desembolso que va a cubrir sustancialmente los vencimientos del año 2022 más los pagos que ya se realizaron al Fondo. 

“El logro de la mayor responsabilidad sobre el diseño y la ejecución no le cabe al Fondo, sino a las autoridades argentinas.”

—¿Cómo imaginás que van a terminar las reservas en diciembre de 2022? 

—Nosotros estamos trabajando para que haya un incremento de las reservas, es un punto de discusión que tenemos con el Fondo Monetario Internacional. No solo depende de nuestro excedente en el mercado cambiario, sino también de este aporte que va a hacer el Fondo Monetario. Pensá que tenemos un mes de vencimiento de intereses por delante de 1.500 millones de dólares por año, pero vamos a recibir este desembolso de alrededor de 4.300 millones. Así que ahí tenemos un incremento de reservas y también estamos esperando un incremento de reservas por el resultado de las tratativas con los organismos multilaterales de crédito con los cuales estamos trabajando bilateralmente y también en cooperación con el Fondo Monetario Internacional, para que este año tengamos un resultado neto positivo. Pero estamos esperando un incremento de las reservas para el final de cierre, cuando se habla del orden de los 5 mil millones de dólares, pero esto es algo sobre lo cual estamos trabajando y afinando números porque tenemos discusiones todavía con el Fondo respecto de esta cifra. 

—¿Cómo imaginás que será el saldo comercial entre importaciones y exportaciones? 

—Se va a mantener el saldo comercial de este año con un incremento tanto de las exportaciones como de las importaciones. Creemos que es muy posible que las exportaciones superen los 80 mil millones de este año. Siguiendo la tendencia del año pasado en una escala más moderada. Y también estamos esperando un incremento de las importaciones, pero no tan fuerte como la de este año, especialmente insumos intermedios donde alcanzamos un récord histórico de importaciones de bienes intermedios en 2021. 

—Si se creciera al 5%, habrá un crecimiento de las importaciones también muy alto. 

—Sí, pero tenés que tener presente lo que te estoy mencionando. Este año el crecimiento de las importaciones ha sido más alto que el que correspondería al crecimiento del producto público. 50% del crecimiento de las importaciones contra 10% de crecimiento del producto, 

—Si se creciera 5% igual las importaciones se incrementarían más. 

—Por eso, insisto, me parece que ha habido una estrategia de cobertura que se ha hecho el año pasado con las importaciones y esperamos que no ocurra. Esperamos que no ocurra en 2022. Y por otro lado, también bajo el acuerdo con el Fondo estamos esperando que se recupere el crédito comercial. No el crédito financiero, pero sí el crédito ligado a las importaciones y las exportaciones que están en un piso histórico. El rol habitual que tienen las empresas argentinas con el exterior es desde el 75% que se abre al 25% que se paga y en estos momentos estamos en una relación de 40 con 60, así que también ahí creemos que puede haber un buen resultado. 

—¿Las empresas argentinas sobreestoquearon comprando más insumos intermedios porque imaginaban un salto devaluatorio?

—Sí, haciendo cobertura a través de las importaciones. Ocurrió bajo el mismo concepto una reducción de la deuda comercial, no al vencimiento que hubo de financiamiento de importaciones. Nosotros creemos que se va a recuperar el financiamiento comercial como de importaciones. 

“Ampliar la producción para que cuando la demanda tire la oferta no responda con precios, sino con más producción.”

—Se desconfiaba de un acuerdo con el Fondo, expectativas que ahora cambian en sentido contrario. 

—Sí, eso es lo que creemos que va a suceder. Vamos a ver en qué orden de magnitud, eso es lo que tenemos que terminar de ajustar en nuestra estimación. 

—¿Aquellos que apostaron a un dólar de 220, finalmente van a terminar perdiendo dinero? ¿Se repetirá la situación de diciembre no pasado, sino del año anterior?

—Ese tipo de frases son las que siempre dan lugar a errores. Yo no voy a hacer ese tipo de afirmaciones, pero nuestras estimaciones son que de hecho el Fondo no está pidiendo un salto devaluatorio en el marco del acuerdo. Nosotros coincidimos en que es necesario obtener un tipo de cambio competitivo, pero sin lugar a dudas un tipo de cambio de 220 pesos no se condice con la historia de la Argentina, ni con un país de ingreso medio como es como es la Argentina. 

—¿Cómo evolucionará el dólar este año a partir del acuerdo con el Fondo? ¿Qué harás para que la brecha se reduzca? 

—Nosotros creemos que la brecha se va a reducir. E insisto, quienes hacen ese tipo de apuestas en esos mercados prestan atención a señales como este acuerdo que hemos logrado con el Fondo Monetario Internacional. Nosotros tenemos un compromiso que lo hemos expresado desde que comenzamos nuestra gestión de evitar atrasos en el tipo de cambio. Y eso lo seguimos, lo seguimos sosteniendo en este contexto. No creemos que los precios que se han fijado en esos mercados, que mercados pequeños en el mercado de cambios oficial operan entre 800 y mil millones de dólares diarios y el contado con liquidación, los dólares que se operan entre 40 y 60 millones de dólares diarios y el dólar ilegal no queremos que opere mucho más que algunos millones de dólares diarios. Entonces cualquier apuesta que se haga en esos mercados tan pequeños que genera movimientos de tipos de cambio importantes. Lo cierto es que hemos logrado sostener nuestra estrategia cambiaria tanto en el año 2020 como en el año 2021, en todos los contextos hemos necesitado a veces herramientas regulatorias, pero hemos tratado que estas herramientas regulatorias afecten lo menos posible al proceso productivo argentino. Creo que lo hemos logrado porque estamos por niveles de importaciones muy altos, con récord de importación, como ya dije, en insumos intermedios y la Argentina pudo crecer el año pasado 10%. 

“Es muy posible que las exportaciones superen los 80 mil millones siguiendo la tendencia del año pasado en una escala más moderada.”

 

—Que un mercado tan pequeño, 5% del mercado oficial, genere tantas expectativas y turbulencias, ¿no indica que hay un problema a solucionar con el cepo y habrá que liberar en algún momento el mercado de cambios? 

—Lo que tenemos que hacer y ya lo hemos hablado en otro caso y estamos trabajando en eso, es desarrollar el mercado de capitales de la Argentina. La Argentina tiene una extraordinaria capacidad de generación de ahorro desde que el Banco Central tiene estadísticas de la importación de billetes se han importado 170 mil millones de dólares de nuestro país y hoy el Banco Central tiene el equivalente a cuarenta y 44 mil millones de dólares a través de sus instrumentos de exteriorización. La Argentina ha tenido una extraordinaria capacidad de ahorro y el sistema, el mercado de capitales y el sistema financiero tenemos que desarrollarlo para que puedan digerir semejante capacidad de ahorro, si no, aún en un proceso exitoso, se van a repetir estos fenómenos de dolarización porque la gente no tiene otra alternativa de ahorro que no sea el dólar. Y un país que en un año puede comprar dólares para formación de activos en el orden de los 17 mil millones, de los 23 mil millones de dólares se hace insostenible en su balanza de pagos y cambiaria. La buena noticia es que el mercado de capitales viene creciendo sostenidamente. Creció en el año 2020, creció 70% en el año 2021. Vemos que instrumentos nuevos como el cheque electrónico, como la factura conformada están creciendo aceleradamente para permitir el financiamiento Pyme y vemos a instituciones del mercado de capitales como las compañías de seguros, fondos de inversión y demás, comprando ese tipo de instrumentos y ayudando al financiamiento de la producción. Lo que tenemos que dar es un paso adicional para grandes procesos de inversión, como la de inversión en infraestructura y como la inversión no solo en pequeñas empresas, sino de empresas de grandes dimensiones o de grandes proyectos a través del mercado de capitales local. Esa es la solución que tiene el proceso de dolarización de la Argentina. Es la solución que tiene este fenómeno de que el Banco Central necesite esterilizar semejante volumen de dinero. 

—Llevará tiempo terminar de crear ese mercado de capitales. Y mientras tanto, ¿qué vas a hacer con el cepo? 

—Yo creo que tenemos que estar en 100 mil millones de dólares de exportación. El crecimiento del año pasado ha sido alentador. 

 “Esperemos que se recupere el crédito comercial. No el financiero, pero sí el ligado a las importaciones.”

—Vos mencionaste el objetivo de 100 mil millones de exportaciones en el primer reportaje que te hice en 2019. Pero teniendo ese éxito, no hay un mercado de capitales que absorba su excedente y el problema lo vas a tener igual. Entonces vuelvo a preguntarte, ¿cuál sería la solución mientras tanto? 

—La solución mientras tanto es que nosotros, nuestro compromiso es ir relajando las regulaciones cambiarias en lo que hace al proceso productivo. Ya hemos hecho que aquellas empresas que incrementen su aportación un porcentaje del incremento de exportación pueden aplicarlo al giro de dividendos, al exterior, al pago de deuda con la matriz, al pago de deuda comerciales. También las empresas que consiguen financiamiento externo tienen acceso al mercado de cambio, para poder realizar este tipo de cancelación de obligación. Y en la medida en que las importaciones continúan creciendo iremos también relajando las otras restricciones. No son restricciones que a nosotros nos gusten, son restricciones necesarias en el contexto en el cual nos estamos desenvolviendo.

 

—¿Van a subir las tasas de interés y ser positivas? 

—Ya hemos tomado una decisión en este sentido, subiendo la tasa de interés tanto de los plazos fijos como de los instrumentos de esterilización del Banco Central. Estamos terminando un cambio en los instrumentos por los cuales esteriliza el Banco Central ese dinero, se va a eliminar el pase a 7 días. Hemos creado un nuevo instrumento que es la Lelic a 180 días. Estamos en un proceso de transición por el cual los bancos están cambiando sus carteras de un instrumento al otro, y también hemos establecido restricciones en el sentido que pueden acceder a este tipo de instrumento aquellos bancos que captan depósitos a plazo fijo o tratado el proceso de transición. Cuando termine ese proceso de transición, vamos a evaluar si es necesario un nuevo aumento de la tasa de interés. Y esto también va a estar relacionado con el desempeño inflacionario. 

—¿De alguna manera, el acuerdo con el Fondo afecta a la independencia del Banco Central? 

—No vamos a tomar ninguna decisión de la cual no estamos convencidos. Y el acuerdo al cual hemos llegado, es porque creemos que será satisfactorio para nuestro país. 

 “Sin lugar a dudas un tipo de cambio de 220 pesos no se condice con la historia de un país de renta media como Argentina.”

—¿El Ministerio de Economía tendrá alguna injerencia sobre las medidas, las políticas del Banco Central? 

—No, eso está prohibido por ley. 

—Si parte del acuerdo con el Fondo plantea que el Banco Central deje progresivamente de financiar al Tesoro, ¿qué va a tener que hacer el Estado con su déficit primario y su déficit financiero? 

—Estamos esperando un crecimiento fuerte de la recaudación y va a haber menor financiamiento monetario al Tesoro en el año 2022. El Tesoro tendrá que financiarse con un recurso de los organismos multilaterales de crédito y con colocaciones que haga en el mercado de capitales, que también va a contribuir a reducir la masa del Lelic que tiene el Banco Central. 

—Si el déficit el primer año de 2,5% del PBI, el segundo de 1,9; sumado 2022 y 2023; 4,4%, será financiado con nueva deuda, ¿que progresivamente no haya emisión indica algún grado de ortodoxia? 

—Bueno la ortodoxia no lo logró. Lo que ocurrió es que nos agarró en el medio del camino la pandemia y esto obligó a una gestión de dinero extraordinaria en el año 2020. Y eso, hay que decirlo, hubo que desacelerarlo aun en contexto de pandemia, se redujo a la mitad del financiamiento monetario en el año 2021. El contexto virtuoso del Tesoro se financia con impuestos y en todo caso lo que falte se financie con colocaciones falta en el mercado. Ese sería el contexto virtuoso y al cual tenemos que apuntar y el Fondo ha reconocido que es un proceso gradual y no violento. 

—Cuando asumiste en el primer reportaje que citamos su título fue que esperabas alcanzar una inflación de un dígito para 2021, por entonces, dos años después. Obviamente vino la pandemia y modificó todo. ¿Para cuándo ahora imaginás una inflación en un dígito? 

—La inflación es un fenómeno complejo que se ha acelerado no solo en nuestro país, la inflación exuberante. Pero también es afectada por los impulsos externos, como ha ocurrido absolutamente en todo el mundo. Todos los países del mundo están con niveles de inflación inusuales. Nosotros estábamos esperando una importante de-saceleración para este año. Aquella vez insististe en que hiciera algún pronóstico con respecto a la posibilidad de que la inflación llegara a un aún cuando llegaría a un dígito. Y sí, algo que a mí no me gusta, es conjeturar. Nosotros tenemos un compromiso por desacelerar la inflación, y vamos a lograrlo y vamos a estar en niveles más bajos, bastante más bajos que el año pasado. Pero no voy a conjeturar otra vez al respecto. 

“Hemos dado un paso importante para poder permitir el crecimiento y el desarrollo y el aumento del empleo. Y eso es una gran satisfacción.”

—Teniendo el dólar que no podrá retrasarse, las paritarias se van a reabrir en 15/20 días con pedido de los gremios en torno al 50% de suba anual, lo que inevitablemente va a generar presión inflacionaria, ¿cómo se podría lograr ya no el 33% previsto en el Presupuesto 2022 y rechazado por el Congreso sino una inflación 10% menor que en 2021; 40% por ejemplo? 

—La inflación al final del camino, es una relación más allá de que entabla una distribución de ingreso entre factores y sectores. Porque no es que todos los precios se desplazan de la misma manera siempre que hay procesos inflacionarios. Hay varios procesos de cambio de precios relativos, pero cuando tenemos procesos inflacionarios lo que tenemos son diferencias entre oferta y demanda. Se han desarrollado instrumentos para impulsar la demanda que todos conocemos y que los Estados aplican. Y acá los hemos aplicado también. El punto es que después la oferta tiene que responder en igual nivel a ese impulso de la demanda. Nosotros creemos que la reducción de la incertidumbre que plantea el acuerdo con el Fondo, es este incremento de las exportaciones. Cuando las empresas nos vean acumular reservas van a posiblemente van a sustituir esa estrategia, la de responder a eso con tirones de demanda con aumento de precio o aumento de producción. Muchas empresas de consumo masivo tienen algunas de sus cadenas de producción trabajando al 100% y necesitan iniciar un proceso de inversión para poder responder por cantidades a estos incentivos a la demanda que se generan a través del déficit fiscal. Entonces, lo que esperamos es que por allí también haya alguna respuesta por cantidades y no por precio. Si logramos desde ese primer impulso desacelerado, tal impulso no va a ser tan joven y necesario para que la economía crezca por parte del gasto público. Esperamos que esto ayude a que el impulso de la demanda sea respondido por oferta y también estemos en proceso de desaceleración inflacionaria, que seguramente no va a ser vertical porque no nos estamos planteando un programa de ello, pero escalonadamente se irá reduciendo. 

—Desde el Gobierno se informó que los acuerdos de precios tendrían un rol importante en el esquema antiinflacionario. ¿Para vos son una herramienta eficaz? 

—Yo diría que son necesarios, especialmente en contextos de incertidumbre, porque generan una perspectiva que de alguna manera impulsa el Estado. Creo que el último acuerdo reflejó que los dos últimos acuerdos mostraron que hubo una aceleración innecesaria en los precios de muchos productos de consumo masivo. Entonces, yo creo que en este contexto los acuerdos de precios son necesarios y han mostrado relativamente su eficacia. 

“No son restricciones que a nosotros nos gusten, son restricciones necesarias en el contexto en el cual nos estamos desenvolviendo.”

—Más allá de que no quieras hacer proyecciones a mediano plazo y que la inflación sea un fenómeno multicausal, pero si el financiamiento monetario va a ser 1% este año, 0,6 el siguiente y llegaría a cero en 2024, lo que Melconian llamaba el plan Picapiedras. ¿Una vez superada la inercia inflacionaria, producido un eventual cambio de expectativas y con emoción “cero”, el objetivo sería que para 2024/25 se pudiera producir inflación de un dígito?

—No me hagas pronosticador. Yo creo que tenemos un compromiso cierto de desaceleración de la inflación. El contexto que estás relatando es acertado. Ahora estás reconociendo también que tenemos un problema de inercia inflacionaria y eso si no hay un programa de shock que ha demostrado también dificultades para poder salir del corsé que se impone en los programas de shock, vamos a tener una desaceleración inflacionaria importante. Yo tengo también un rol importante en la desaceleración inflacionaria, el crecimiento. Insisto, si logramos que se reduzca la incertidumbre y las empresas comiencen a responder por cantidades, se impulsa la demanda. Y también vamos a tener un proceso de desaceleración inflacionaria, que sin duda la reducción del déficit fiscal va a contribuir.

—¿Qué consecuencias tendrá sobre la pobreza, bajarla era el primer objetivo de aquel reportaje de 2019? 

—Ahí el punto es el crecimiento. Claro que si tenemos la posibilidad de crecer sostenidamente en los próximos años, esto va a tener efecto sobre el empleo. Va a tener efecto inmediato sobre la pobreza. Ahí hay un compromiso. Y por otro lado, también en la transición vamos a sostener los programas sociales para mitigar los efectos de la pobreza en los sectores más humildes. 

—Para exportar primero 80  mil y después 100 mil millones es necesario mejorar la competitividad que no se logra solo con una tasa da cambio competitiva. ¿Por dónde se mejorará? 

—El mundo va a demandar alimento e indefectiblemente está creciendo la demanda efecto. Uno de los países donde más han aumentado nuestras exportaciones el año pasado ha sido Vietnam, por lo que Vietnam está siguiendo el mismo sendero que siguió Japón, Corea y China en su momento. Es sofisticar su canasta de consumo de alimentos. Creo que esto va a suceder y va a favorecer a la Argentina y solo el impulso demográfico va a sostener los precios de los alimentos. Y por otro lado, tenemos el sector minero con importantísimas inversiones. En los próximos años tenemos la posibilidad de exportación de hidrocarburo. Otro hecho que se está dando en el sector industrial es el aumento real de las exportaciones industriales a la región y también a otros países. Lo estamos viendo en el complejo automotor, pero también en otros sectores que se habían retirado a la exportación regional y ahora están volviendo a exportar a la región. Lo atribuyen algunos a los problemas de las cadenas de logística. Yo creo que hay un problema más profundo a escala global y es que Asia se va a convertir en un continente que va a tener una fuerte absorción por consumo e inversión y ya no va a poder ser el gran abastecedor del mundo de productos industriales. En efecto va a tener efectos sobre la inflación, tanto en los países desarrollados como en los no desarrollados, pero en nuestro caso la Argentina está en las mejores condiciones para poder sustituir esa oferta a escala regional. Otro de los países donde hemos aumentado mucho nuestras exportaciones ha sido Chile y yo creo que tiene que ver con este fenómeno. Así que es importante sostener el tipo de cambio, pero se están dando fenómenos en las empresas que son destacables con respecto a las exportaciones. Las exportaciones del complejo vitivinícola han llegado a mil millones de dólares el año pasado, cuando las estimaciones al inicio del año hablaban de doscientos millones de dólares. Yo creo que éste es un impulso que se va a sostener y por el lado nuestro, vamos a buscar en un juego en el cual tenemos que mirar también los efectos inflacionarios de mantener un tipo de cambio competitivo. 

“Estamos aplicando un plan temporal que puede parecerse más al plan que llevó adelante el Fondo Monetario Internacional con Islandia.”

—Las fintech se quejan de medidas que toma el BCRA que las perjudica. ¿Cuál es tu visión de las fintech? 

—No todas las fintech son lo mismo. Depende de si nos referimos a aquellas que brindan servicio de pago, los monederos electrónicos o la prestadora de servicios de pago que tienen en cuentas virtuales. Creo que han sido muy importantes en darle dinámica a la extensión del sistema de cuentas, han llegado a sectores que antes no tenían posibilidades de abrir cuentas bancarias, porque ahí los bancos se quedaron en el camino durante nuestra gestión anterior, insistimos en la necesidad de que se abrieran las cajas gratuitas y la caja de ahorros gratuita universal. No tuvimos mucho éxito y ese espacio luego lo cubrieron las fintech eficazmente. Son un instrumento nuevo, no son entidades financieras, así que tenemos que ser muy cuidadosos. Las entidades financieras tienen toda la cadena de reaseguro para garantizar que los depósitos que hay en sus cuentas en cualquier circunstancia van a ser devueltos a los depositantes, desde el seguro de depósitos hasta los encajes que tienen el Banco Central, hasta toda la cadena de regulación y de supervisión que tiene el Banco Central. Esto no está presente en las fintech, entonces tenemos que resguardar a las personas que utilizan ese sistema transaccional para realizar sus operaciones y lo que lo que hemos hecho es obligar a a las empresas que prestan servicios de pago a encajar en los bancos o depositar ese dinero a encajar el 100% de este dinero, que es un paso más en un sentido, que es independizar el patrimonio de las empresas, que prestan el servicio de los activos que están depositados en ella. Y por otro lado, las empresas de servicio de pago recibirán una rentabilidad por esos depósitos, depósitos que no era de ellos, sino de terceros y para el Banco Central ese tipo de operaciones son de intermediación financiera y las únicas empresas que pueden hacer intermediación financiera son las autorizadas por el Banco Central y como las empresas de pago están autorizadas a realizar pagos transaccionales, pero no a realizar intermediación financiera hemos ajustado nuestra regulación en éste. En ese sentido, puede generar algún resentimiento a corto plazo, pero creo que ayuda a tener un sistema sólido, incluso en el contexto de la prestadora de servicios de pago y estar seguros de que después no vamos a tener un problema donde la gente va a desconfiar del sistema y abandonarlo porque se ha dado alguna situación de incumplimiento de alguna de estas empresas. 

—¿Cómo evaluás el lanzamiento del código QR interoperable? ¿Progresivamente irá a desaparecer el dinero, físico como comienza a suceder en algunos países de Asia, sustituido por el digital?

—Creo que es un camino inexorable. El dinero material va a ser sustituido por el dinero digital, es mucho más eficiente la transacción electrónica que la manipulación de dinero eficiente, porque el uso del dinero material tiene costos de logística altísimos. Los bancos tienen percepción de este costo, las grandes empresas tienen percepción de este costo. A veces, las pequeñas empresas o las personas no tienen percepción del costo que tiene retirar dinero efectivo del banco, y los riesgos que tiene. Lo que ha sucedido con el cheque electrónico, que está avanzando a pasos agigantados sobre el cheque material, creo que se va a producir también en el caso del pago a través de mecanismos electrónicos. La unificación del código QR o la interoperabilidad de los códigos QR creemos que ha sido un paso muy importante en este sentido. No nos sirve que haya islas dentro del sistema. Tiene que haber un sistema integrado donde las empresas ofrezcan servicios para quien gane sea según la eficiencia la del servicio que ofrezca. Pero que todos los sistemas sean interoperables y no se generen estructuras oligopólicas. Dentro del mercado venían creciendo sostenidamente las operaciones con código por variables, pero entre distintas prestadores de servicio. Venía creciendo fuerte, del mismo modo que viene creciendo muy fuerte desde que nosotros permitimos la operatividad a través del home banking, de las facturas electrónicas y su cobro. Se han publicado las operaciones de factura conformadas en el mercado de capitales y ya hay empresas que ofrecen plataformas a las Pyme para poder darles a los bancos obtener financiamiento con las facturas conformadas de grandes empresas. Así se logró que los mecanismos electrónicos vayan a avanzar aceleradamente. No sé cuándo se podrá producir la sustitución completa de un instrumento por otro. Hay una larguísima tradición de la utilización del dinero material, pero esto va a terminar ocurriendo. 

“Los controles de precios son necesarios en contextos de incertidumbre, generan una perspectiva que de alguna manera impulsa el Estado.”

—Nuevamente en el reportaje de 2019 vos dijiste “tenemos puntos de vista muchas veces distintos dentro del Gobierno”. ¿En este acuerdo con el Fondo Monetario hubo disenso dentro de la coalición de gobierno?

—No, en lo que hace a la tarea que hemos desarrollado con el Ministerio de Economía, con la AFIP, con el Ministerio de Trabajo, con el Ministerio de Producción y otras áreas del Gobierno. No ha habido diferencias. Hemos trabajado en conjunto. Diferencias siempre hay o porque somos personas y porque somos instituciones distintas, con tradiciones distintas, pero no han sido diferencias importantes y hemos podido avanzar coordinadamente en este acuerdo. 

—Cuando le hice el último reportaje al Presidente, hace poco más de un mes y medio, Alberto Fernández se sorprendió de que tu pliego como presidente del Banco Central no había atravesado por el Senado al igual que no pudo atravesar el pliego el Procurador. Es allí donde se manifiesta de mayor forma las diferencias entre los distintos componentes del Frente de Todos. ¿Te gustaría que tu pliego pase por el Senado y te gustaría presidir el Banco Central más allá de este período presidencial? 

—La verdad es que cuando yo comencé mis funciones como vicepresidente del Banco Central en el año 2004 nunca pensé que iba a ejercer el cargo durante 12 años y hoy me toca ser la persona que más tiempo ha estado en el directorio del Banco Central en su historia e indudablemente es positivo optar por el acuerdo del Senado, porque es un paso institucional muy importante el reconocimiento institucional. Lo que ocurrió fue que al inicio del Gobierno había toda una serie de pliegos que aprobar de la Cancillería de los militares y otros que requerían el acuerdo del Senado, lo que postergó la aprobación de mi pliego. Y luego vino la pandemia, que generó otras dificultades. Veremos si dentro de la agenda del Senado puede tener lugar el tratamiento de mi pliego este año.

“Vamos a tener una desaceleración inflacionaria importante y sin duda la reducción del déficit fiscal va a contribuir.”

—¿Te parece institucionalmente útil que el presidente del Banco Central pueda cruzar un período presidencial eventualmente con un gobierno de otro signo? 

—No creo que eso dependa de tener el acuerdo del Senado o no. Esto lo hemos visto, lo vimos en la gestión del gobierno anterior, donde también tuvimos el caso de dos presidentes de Banco Central, el primero que fue nombrado no pudo terminar su mandato tampoco. Y si no mal recuerdo, tenía acuerdo del Senado. Entonces me parece que lograr la estabilidad económica y fundamentalmente crecimiento, desarrollo social y creación de empleo, es lo que cuenta para que uno pueda contar con estabilidad en el cargo, especialmente en un cargo donde uno no está atado al proceso electoral. Ojalá el Senado pueda definir una agenda donde pueda tratar mi pliego este año y ojalá logremos estos objetivos de desarrollo económico de nuestro país, de generación de empleo y de crecimiento y eso va a ser una mayor garantía para poder continuar en el cargo. Y tenemos la chance de que el presidente Alberto Fernández sea reelecto el año próximo. 

“La proximidad del pago hizo que nos pudiéramos poner de acuerdo. El Fondo ha reconocido que es un proceso gradual y no violento.”

—Si se llegara a 2023 cumpliendo estas metas acordadas con el Fondo Monetario, ¿imaginás que así como en el pasado otros actores económicos del Gobierno, ministros, presidentes del Banco Central, terminaron siendo candidatos. Te saco a vos del ejemplo por pudor, ¿pero imaginás que Guzmán pueda terminar siendo un candidato? 

—Te contesto por mí, yo cuando decidí tener un rol de técnico político en mi gestión y esto fue tempranamente, cuando fui elegido como secretario de Hacienda, ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires, sabía que estaba dejando de lado la posibilidad de la carrera electoral. Creo que quienes tenemos o no al técnico político en la gestión pública, tenemos que focalizar en la gestión pública y trabajar para ello y no generar conflictos adicionales con perspectivas electorales. Ese es mi propio punto de vista. Sin lugar a dudas tenés ejemplos. El caso de Mario Draghi es un caso especial, que después de ser presidente de la Banca de Italia, ocupaba un rol como presidente del Banco Central Europeo y hoy es primer ministro de Italia. 

—¿Vas a dormir más tranquilo la próxima semana? 

—Sí, sí, yo no tengo problema para dormir, así que siempre, duermo bien. Pero creo que hemos dado un paso importante para poder permitir el crecimiento y el desarrollo de nuestro país. El aumento del empleo. Y eso creo que es una gran satisfacción.

 

Producción: Natalia Gelfman.

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