Massa busca relanzar la ley de promoción de inversiones en petróleo y gas

Massa busca relanzar la ley de promoción de inversiones en petróleo y gas

Estaría negociando una ley corta junta a la oposición. Las claves pasan por el libre acceso al 20 por ciento de las divisas generadas por las exportaciones y la baja del Impuesto a los Combustibles Líquidos. Ofrece estabilidad fiscal por 25 años.

El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, está impulsando un nuevo proyecto de ley de inversiones en hidrocarburos con eje en el acceso a las divisas para los exportadores, ajuste por inflación en ganancias y la baja del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL). El texto, que es negociado con dirigentes de la oposición, es una versión acotada de la iniciativa que había presentado el Presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, el pasado 15 de septiembre.

La iniciativa original había cosechado el rechazo tanto de operadoras, sindicatos y de algunos socios del Frente de Todos. Ante al aumento internacional del GNL como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, este proyecto resultaría clave tanto para el abastecimiento interno como para el ahorro de divisas.

Lo que estaría negociando Massa con la oposición sería una especie de “ley corta” que recoge los ejes centrales del proyecto original, entre ellos el acceso al 20 por ciento de las divisas que surjan de las exportaciones para poder afrontar nuevas inversiones, o el pago de deuda privada, o la distribución de dividendos. Hace dos meses, el presidente de YPF, Pablo González, había empezado a trabajar en un texto acotado, donde también se incluía el ajuste por inflación y la baja del ICL para la importación, tal como puede leerse en la iniciativa que ahora impulsa el titular de la Cámara baja.  

“El problema es que el proyecto original había quedado demasiado reglamentarista, cuando el objetivo era muy sencillo: estabilidad fiscal y libre acceso a las divisas de las exportaciones. Con el problema que tenemos en el mercado cambiario, el sector necesita estabilidad”, explicó a BAE Negocios un integrante del equipo económico.

La primera iniciativa de promoción de las inversiones en hidrocarburos se había presentado el mismo día de las renuncias masivas de los y las funcionarios que respondían a Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 15 de septiembre. Aquel maremoto presagió el destino de un proyecto que nunca pudo despegar, a pesar de ser considerado como clave por el Presidente Alberto Fernández en la generación de divisas.

“Respecto de los hidrocarburos generados en el marco del presente Régimen, los beneficiarios tendrán libertad de contratación, acceso y fijación de precios en toda la cadena de valor y podrán comercializar libremente en el mercado externo el VEINTE POR CIENTO (20%) de la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos producidos en el marco del presente régimen, con una alícuota del cero por ciento (0%) por ciento de derechos de exportación”, puede leerse en el texto que Massa estaría negociando con la oposición, según la publicación del portal especializado EconoJournal.

El integrante de la Agencia Nacional de Promoción de Investigación y Desarrollo Tecnológico, Rubén Zárate, y especialista en temas energéticos, advirtió en diálogo con este diario “si bien podría ser interesante en plazos cortos y renovables en caso de evaluación positiva para la búsqueda de inversiones directas adicionales, también podría tensionar la estructura impositiva en favor de actores concentrados.”

La Argentina necesita producir más gas para limitar las importaciones. Este miércoles, la empresa estatal IEASA licitó compras de GNL por un valor promedio de USD40, cuando el año pasado el valor rondó los USD8. Por ende, la mayor producción podría contribuir a reducir este gas pero también se necesita mejorar la capacidad de transporte. “El gasoducto de Vaca Muerta impactará directamente en el ahorro de importaciones. Seguimos en un camino muy crítico y ajustado con los plazos”, afirmó a BAE Negocios un director de la empresa estatal. Una vez operativo, el gasoducto permitiría un ahorro estimado en los 1000 millones de dólares.

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