Pese a la modificación en el esquema cambiario, el Gobierno sigue utilizando al ancla en el precio del dólar como una herramienta clave para contener la inflación.
Por Santiago Reina
El ancla en el precio del dólar sigue siendo un pilar fundamental de la estrategia desinflacionaria del Gobierno, pese al cambio en el esquema cambiario que trajo aparejado el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien el oficialismo asegura que la divisa flota de manera libre, los analistas advierten que en los últimos meses la intervención indirecta volcó más de u$s7.000 millones al mercado de cambios, lo cual permitió contener el valor del "billete verde".
Con la liberación del cepo para "personas humanas" y el fin del "crawling peg" del 1% mensual, el dólar oficial mayorista tuvo un ajuste cercano al 9% en la segunda quincena de abril. La devaluación fue menor a la que esperaba el mercado; de hecho, el tipo de cambio aún no logró en ninguna jornada terminar por encima del centro de las bandas de flotación fijadas en el nuevo esquema (este lunes cerró en $1.205, rozando dicho centro).
Sin embargo, la flotación fue más "sucia" que "libre". Un informe de la consultora C-P analizó cuatro mecanismos que utilizó el Gobierno para influir sobre el precio del dólar.
Los cuatro artilugios del Gobierno para contener el precio del dólar
En primer lugar, destacó la venta de contratos en el mercado de futuros A3. "Entre abril y mayo la posición vendida del Banco Central (BCRA) subió u$s1.571 millones. En junio estimamos podría llegar a u$s1.900 millones", señaló Pablo Moldovan, director de C-P.
Sobre este tema, el economista de Economía Open Federico Machado, explicó que la venta de futuros no implica gastar dólares en efectivo, pero sí impacta en el precio del dólar hoy, mediante la tasa implícita.
"Si yo puedo comprar un dólar futuro a diciembre de 2025 que vale $1.300, entonces puedo vender un dólar a $1.180 (precio del mayorista la semana pasada), colocar esos pesos al 2,6% mensual y comprar un Dólar Futuro para cubrirme. A fin de año tendré un dólar (valga lo que valga) + $57 (TNA en dólares del 9,6% con riesgo prácticamente nulo). Así, al vender dólar futuro, el BCRA incentiva que otros agentes vendan dólares hoy", ejemplificó.
En segundo lugar, el trabajo de C-P marcó el aporte de las rebajas transitorias a las retenciones, que posibilitaron una liquidación del agro superior a la que suele ver para estos meses. "Estimamos que entre abril y junio, el impacto fue de unos u$s800 millones adicionales", precisó Moldovan.
Este incentivo para los productores agropecuarios, más la quita del dólar "blend", explicaron buena parte del superávit de bienes que registró el BCRA durante mayo, según un análisis realizado por la consultora Equilibra en base al Balance Cambiario de la autoridad monetaria. La liquidación fue de u$s7.961 millones, cifra superior a los u$s7.095 millones devengados por las cuentas de INDEC, lo cual refleja el adelanto en el cobro de exportaciones que hubo durante el mes en cuestión.
Como tercer punto, C-P subrayó al incumplimiento de la meta de reservas con el FMI. Moldovan detalló que el Gobierno debería haber comprado u$s3.100 millones entre abril y junio, pero "como no lo hizo, redujo la demanda de dólares y ayudó a contener el precio".
Por último, el informe hizo foco sobre las colocaciones de deuda, "que aportaron u$s1.500 millones, moderaron el incumplimiento con el FMI, y redujeron también la demanda potencial de dólares".
El ancla cambiaria contiene la inflación, pero deteriora las cuentas externas
En resumen, entre estas cuatro vías, la intervención oficial logró un caudal de u$s7.300 millones. "Todo esto ocurrió en una época donde abunda la oferta de dólares (y se mantienen restricciones sobre empresas). En un mercado libre la estacionalidad diría que el dólar debería haber bajado. En cambio, subió un 10% desde abril", alertó Moldovan.
Este control artificial sobre el precio del dólar se da en un contexto de extendido deterioro en las cuentas externas del país, pese a su contribución a la desaceleración de la inflación. La semana pasada el INDEC publicó los datos de la Balanza de Pagos, que mostraron el déficit de servicios más alto desde que hay registros.
Este "rojo" se explica fundamentalmente por el encarecimiento del país en dólares, que incentiva el turismo el exterior y desalienta la recepción de viajeros extranjeros. Además, este atraso cambiario, más la creciente apertura comercial, también están generando un fuerte crecimiento de las importaciones de bienes, una situación particularmente visible en la industria automotriz debido a las divisas que consume cada compra de vehículos.
Con este escenario, crecen las dudas sobre la sostenibilidad del tipo de cambio actual. Al respecto, recientemente el J.P. Morgan le recomendó a los inversores abandonar las estrategias de "carry trade" y posicionarse en dólares, dada la creciente salida de billetes, el fin de la cosecha gruesa y la incertidumbre que suele acompañar a los contextos electorales.
Del lado del Gobierno buscan mostrar la solidez del financiamiento por parte de organismos internacionales y destacan el apoyo de estos al plan económico y sus sólidos "fundamentals", como la eliminación del déficit fiscal.
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