Juntos por el Cambio expuso sus tensiones en una cumbre liberal: el enojo de Carrió, los gestos de Macri y el duelo Larreta vs. Bullrich

Juntos por el Cambio expuso sus tensiones en una cumbre liberal: el enojo de Carrió, los gestos de Macri y el duelo Larreta vs. Bullrich

Lilita no ocultó su malestar en la cena anual de la Fundación Libertad y los jefes de Pro midieron fuerzas en un escenario favorable

 

Elisa Carrió tomó impulso y se arrimó a la mesa principal, donde estaban sentados el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, entre otros. Y, con su ímpetu habitual, la exdiputada encaró a Mauricio Macri: “Vengo a saludarte para que no digan que estamos peleados”, le susurró al exmandatario, con un tono conciliador. La frialdad del fundador de Pro frente al gesto enfadó a la líder de la Coalición Cívica (CC), quien había revelado hace unas horas un diálogo telefónico entre Macri y el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, por la reforma del Consejo de la Magistratura. Minutos después, antes de que el expresidente se subiera al escenario para compartir un panel junto a Vargas Llosa y Sanguinetti, Carrió se levantó de su silla y abandonó furtivamente el salón del complejo Golden Center. Cuando salió del ascensor y caminó hasta el estacionamiento, no pudo contener la bronca y la desilusión con sus socios. “Me voy para preservar la unidad de Juntos por el Cambio”, lanzó.

La cena anual de la Fundación Libertad, que reunió a “halcones” y “palomas” de la oposición e importantes empresarios, se convirtió en una caja de resonancia de las tensiones que atraviesan a Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora al kirchnerismo, en su cruzada por recuperar el poder en 2023. Si bien los organizadores del encuentro en Parque Norte habían planificado fomentar un debate entre los invitados sobre el devenir de la política nacional, las figuras del conglomerado opositor que aspiran a competir por la presidencia en 2023, sobre todo Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, expusieron sus diferencias a la hora de hablar desde el atril y midieron fuerzas ante un salón colmado por gobernadores, legisladores nacionales, dirigentes provinciales e integrantes del establishment. El tono de campaña de la mayoría de los discursos -Larreta y Bullrich hablaron en clave electoral- sorprendió a varios de los empresarios que estuvieron presentes. “Parece una pelea de gallos”, deslizaron desde una de las mesas.

Escoltada por Mariana Zuvic, Lucila Lehmann y Luciano Bugallo, tres alfiles de la CC, Carrió no pudo ocultar su incomodidad en la cumbre liberal, a la que asistieron varios de sus enemigos internos, como los radicales Enrique “Coti” Nosiglia, Martín Lousteau o Alfredo Cornejo. El trato indiferente que le dedicó Macri, a quien venía de cuestionar con dureza por promocionar una foto junto a Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos, su rol en la negociación por la deuda (acusó al Pro de especular y apostar a un escenario de “cuanto peor, mejor”) o su coqueteo con las ideas de Javier Milei, y la “hipocresía” de sus socios la convencieron de anticipar su retirada.

Es que Carrió se sintió “dolida” por la “hipocresía generalizada” que percibió en la cumbre liberal. El mitin estuvo cargado de gestualidades. Por caso, Macri les transmitió un único pedido a los organizadores de la cena: que Bullrich estuviera ubicada al lado de Vargas Llosa en la mesa principal. Luego, cuando se subió al escenario para debatir junto al escritor peruano y Sanguinetti sobre el éxodo de jóvenes profesionales de la región por la situación económica y social en sus países, el expresidente le hizo un guiño a su exministra de Seguridad, contrincante de Larreta en la pelea por la candidatura presidencial de Pro, que no pasó desapercibido entre los dirigentes macristas que degustaban el postre. Con una cita a Bullrich, llamó a derrotar la “narrativa populista”. “Como decía Patricia, queremos que esos jóvenes [que se fueron del país] vuelvan adonde vinieron sus abuelos. Pero tienen que ver a dirigentes que conmuevan, que sean realmente el cambio, no el recambio. Eso no le sirve a nadie”, enfatizó Macri. ¿Un mensaje subyacente para Larreta?

En el almuerzo que compartieron ayer los popes de Pro en el restaurante el Dorado, en Puerto Madero, el expresidente había puesto el foco en la necesidad de que el partido fortalezca “su identidad” en el seno de JxC, para no entregarle a Javier Milei (La Libertad Avanza) el discurso “novedoso” y “disruptivo” de Pro. A su vez, pidió cuidar el concepto del “cambio”. Las disidencias con la UCR a la hora de votar en el Congreso sobrevolaron el debate. Pero, pese a tensionar la cuerda para marcarle la cancha a sus herederos, el exmandatario está convencido de que el principal capital político de JxC es la “unidad”. En la CC y la UCR mascullan bronca con el ala dura de Pro por sus coqueteos con Milei y su supuesto intento de diferenciarse.

Cuando Macri se subió al escenario, Larreta y Carrió ya se habían retirado del complejo Golden Center, en Parque Norte. En su breve paso por la reunión -se excusó de quedarse a cenar por el cumpleaños de su madre, una jugada que despertó bromas en la mesa principal-, el jefe de gobierno porteño ratificó su apuesta por ampliar la base de sustentación de Juntos por el Cambio y conformar un gobierno que incluye al 70% del sistema político. Ni Macri ni Bullrich coinciden con esa visión. Para Bullrich, esa es una tesis paralizadora. Por su parte, el expresidente apuesta por un acuerdo amplio, pero difiere con el alcalde en la estrategia para lograrlo. “Con ese planteo te diluís tanto que no sos nada”, señala uno de los dirigentes que más conoce a Macri.

El mensaje de Larreta

Larreta hizo una enérgica defensa de su fórmula: planteó que se necesitan más “agallas para dialogar con quien piensa distinto que para tirar piedras”. Y advirtió que su intención de llegar a la Casa Rosada con el 70% del apoyo del sistema excluye “al kirchnerismo y a la izquierda”. “Nunca me pondría de acuerdo con ellos”, dijo. Una forma sutil de disipar las sospechas de los socios que sospechan de su apuesta por la moderación y su vínculo con el peronismo porteño y Sergio Massa. También aclaró que no busca un acuerdo corporativo, sino que pretende acumular crédito social y sumar aliados que compartan la cosmovisión y el proyecto de país de JxC. “Algunos me discuten si ese 70% es de la gente o del sistema político. No es el huevo o la gallina. Son los dos: la gente y el sistema político, que se retroalimentan”, subrayó.

Además, blanqueó que planea hacer acuerdos e integrar nuevos socios (como los peronistas que no comulgan con el kirchnerismo) e integrarlos a un eventual gobierno. “Negociar significa ceder. Ceder poder para poder hacer”, insistió Larreta, quien estuvo a cargo de la apertura de la cena.

En paralelo, le dedicó un tramo de su alocución a Carrió por haber “peleado incansablemente por la defensa de las instituciones republicanas”. Pese a la mención, a la líder de la CC no la entusiasmó el mensaje de Larreta, con quien tiene diferencias, sobre todo, por “amontar” aliados para su proyecto presidencial.

Quienes hablaron con Macri tras la cena de la Fundación Libertad lo notaron conforme con la exposición de Larreta. Según fuentes de Pro, el expresidente destacó, ante todo, que el jefe porteño haya ponderado la incorporación de Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) y abogado por una reforma impositiva.

Bullrich, en tanto, ensayó una arenga ante Macri, sus aliados y los empresarios. Como si estuviera en un acto militante, la titular de Pro insistió en que el país requerirá un “cambio profundo”, con reformas estructurales, a partir de diciembre de 2023. “Hay un solo camino, el del cambio profundo. No hay medias tintas. El medio es la continuidad de la decadencia”, lanzó. Y despertó aplausos cuando tocó el conflicto mapuche en el sur.

La exministra se quedó hasta el final de la cumbre liberal y se retiró satisfecha, no solo por el trato que le propinó Macri, sino las reacciones que percibió en el “círculo rojo” tras su discurso. Está claro que la titular de Pro, como Macri o López Murphy, jugaba de local en la cena anual de la Fundación Libertad. “Yo tengo que hacer todo lo posible para quedar en la pole position”, avisó.

Por Matías Moreno

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