Una jugada que fortalece a Moreno

En el Gobierno se leyó la prórroga como un aval al secretario; Echegaray quedó debilitado
La decisión de Cristina Kirchner de prorrogar el blanqueo de capitales provocó un sacudón en el interior del Gobierno. El equipo de colaborares de la Presidenta sintió el rigor, y la lectura que se imponía ayer en la Casa Rosada era la cautela ante el renovado poder de Guillermo Moreno. En una situación de mayor debilidad quedó Ricardo Echegaray, el jefe de la AFIP, que había expuesto que la medida había fracasado e hizo público que le había aconsejado a la jefa del Estado darla de baja.

En el gabinete tomaron con atención el mensaje sin anestesia que envió la Presidenta. "Demostró que nadie le va a marcar la cancha. Ni interna ni externamente", analizó un colaborador presidencial sobre la decisión de Cristina Kirchner. Cuantas más dudas haya sobre la permanencia o no del secretario de Comercio Interior en el gabinete, más explícita será la Presidenta para ratificarlo.

No pasó inadvertido para buena parte del gabinete nacional la defensa que hizo el ministro de Justicia, Julio Alak, hace dos semanas, cuando Moreno fue procesado por el juez Claudio Bonadio por presunto abuso de autoridad. Entonces, cuando parecía que el secretario estaba solo, Alak, hombre que habla poco, salió en su rescate. Nadie ocultaba ayer que aquella cerrada defensa del ministro de Justicia había sido pedida por Cristina Kirchner.

En forma paralela al crecimiento del guardián de los precios en las preferencias de la jefa del Estado, el director de la AFIP veía ayer recortado su poder. En el Gobierno no había rumores de su salida, aunque sí dudas sobre su osadía de marcar diferencias. "Cristina hace escasos cambios de gabinete y nadie se va por sí solo", sostuvo una fuente del Ministerio de Economía, donde crecen las internas.

En Balcarce 50 ratificaron que Echegaray desconocía que Cristina prorrogaría el blanqueo, una idea de Moreno que él nunca compartió. Su paso en falso se suma al controvertido protagonismo que tuvo el jefe de la AFIP después de que se conoció que le había regalado a su hija de 18 años un Audi valuado en unos 35.000 dólares. "Él no es un dirigente político como para estar haciendo declaraciones", analizaba un funcionario sobre el derrotero mediático de Echegaray.

En su defensa, otros funcionarios deslizaban que sus declaraciones del domingo no fueron parte de una estrategia, sino que fue sorprendido por un periodista de Infobae.com en el aeropuerto mientras esperaba el arribo de su mujer y su hija, y que por la confianza y los años que lleva trabajando con el matrimonio Kirchner tenía margen para marcar su posición. Hubo un diálogo entre Cristina y Echegaray, y ayer el jefe del ente recaudador se mostró en público como si nada hubiera pasado. La decisión de la Presidenta impactó en el resto del gabinete, que entendió que el mensaje era mantener la línea de escaso protagonismo público, evitar exponer las internas y recordarles que la única que toma decisiones es ella.

Ayer Echegaray se mostró nuevamente en funciones. Reiteró en una conferencia de prensa en la que anunció la recaudación del mes su postura sobre el blanqueo y dio vuelta el balance apostando a culpar a los bancos por el fracaso. "Advertimos por parte de los bancos un excesivo resguardo y que no se alentaba el programa, generando preocupación por acciones de reportes de operaciones sospechosas", describió..

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