Industriales alertan por el consumo y quieren un dólar a $1.600 en el verano para reactivarlo

Industriales alertan por el consumo y quieren un dólar a $1.600 en el verano para reactivarlo

Empresarios creen que una devaluación obligará a los argentinos a volcarse a la costa en lugar de viajes al exterior. Advierten que si el Gobierno no reacciona el problema en 2026 será el empleo: “¿Queremos dólares para ir al Mundial o para producir?”.

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Lucas Bo

Mientras el gobierno de Javier Milei se centra en cerrar el salvavidas financiero que Donald Trump prometió para calmar a los mercados y llegar con menos ruido a la elección del 26 de octubre, los industriales muestran preocupación por la situación de la mayoría de los sectores. Grafican el estado actual de crisis como una “fiebre” que si no es bien tratada puede generar el triple de despidos que hay hoy. El principal problema, alertan, es el derrumbe del consumo antes que la apertura de importaciones. 

La segunda mitad del año muestra una continua desaceleración del consumo y en agosto se produjo una caída interanual del 0,5%, según la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). En donde se evidencia este dato en mayor medida es en el conurbano bonaerense y así quedó evidenciado en los comicios locales de principios de septiembre. “El consumo está muerto y es el principal problema antes que la importación”, resaltó un importante industrial de la provincia de Buenos Aires de frecuente diálogo con funcionarios de Axel Kicillof y Milei. 

La última encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA) reveló que en julio el 24,4% de las empresas redujo su nivel de empleo. “Hoy estamos con fiebre. Tenemos 1.000 despidos por mes y los cheques rechazados están en un pico como a finales de 2019”, advirtió.

De acá al 26 de octubre no esperan medidas, pero sí que Casa Rosada haya tomado registro del golpe sufrido en Buenos Aires y acciones en consecuencia. Entre esas medidas, ven con buenos ojos una devaluación que lleve el dólar a alrededor de los 1.600 pesos para tener un verano con reactivación del consumo y de esa forma construir un puente al primer semestre para esperar el ingreso de dólares por exportaciones del campo, Vaca Muerta y la minería. 

La expectativa de ese salto en el tipo de cambio para el verano y no antes obedece a que hasta diciembre en el mercado esperan que el billete ronde los 1.500 pesos por el valor de los contratos por dólar futuro pactados para esos días y así evitar un desembolso que se calcula podría rondar los 2.800 millones de dólares. 

“Hoy la duda es qué pasará con el dólar. Si en enero lo tenés en 1.600 pesos, vas a tener un buen verano y el consumo arranca”, pronostica este industrial ligado a una importante multinacional. Esto se relaciona a que la devaluación llevará al dólar tarjeta hasta los 2.000 pesos y ante el encarecimiento de viajar al exterior, cuyo crecimiento fue del 73 por ciento en comparación con 2024, los argentinos se volcarán a destinos locales.

Ese clima distinto que esperan con el nuevo tipo de cambio abre la incógnita sobre qué pasará con los precios. Entienden que la caída del consumo deja poco margen para el traslado a precios con una industria que “está muy justa” por lo que esperan medidas más allá del dólar. “Hay que entender que tenemos escasez de dólares por lo que tenemos que ver cómo se prioriza su optimización. ¿Queremos dólares para ir al Mundial de Estados Unidos o para producir?”, desafía el empresario.

La solución, descartan, no es el regreso a un nuevo cepo cambiario. Lo que reclaman como prioridad a atender como cuestión de fondo es una reforma tributaria. “Tenemos 155 impuestos entre todos los estratos. Es un Frankenstein que nadie sabe cómo desarmarlo. Hay que agarrarlo, diseccionarlo y armar una persona”, describen de modo irónico los industriales. El primero en el ranking de los de mayor peso es Ingresos Brutos (de 100 pesos, 15 corresponden a ese impuesto) el cual pretenden que sea de cero el gravamen para el sector. La propuesta fue llevada a un funcionario del área económica y cercano a Kicillof con la queja de los problemas que conlleva la competencia con el gigante chino Shein. “No pagan ingresos brutos ni tasas. Si desaparecemos, ¿a quién le cobran?”, se preguntan.

¿Lo peor ya pasó?

Después de la derrota del 7 de septiembre, Milei anunció el Presupuesto 2026 con incrementos en partidas para jubilaciones, universidades y obra pública, entre otros, y prometió que “lo peor ya pasó”. Los industriales se muestran cautos ante esa afirmación y esperan el resultado de la elección nacional. “La expectativa del Gobierno está puesta en octubre y son esclavos de su propia estrategia porque no dejaron abierta la posibilidad de perder”, analizaron ante este medio. Los empresarios no creen que La Libertad Avansa de vuelta el resultado aunque esperan que la diferencia se achique. El pronóstico de una derrota repetida se ata a que no coincide para ellos la intención del voto con los datos oficiales que transmite el Gobierno respecto de la pobreza.

Pos elección, la expectativa está puesta en que se incentive el consumo que ayude a atravesar el verano y genere un escenario positivo de cara al primer semestre dle 2026. Si la “piña” de septienbre, como les gusta decirle, no genera una reacción en el Gobierno y la falta de respuesta continúa después de octubre, el panorama se tornará oscuro. “Lo que era fiebre se transformará en una enfermedad más grave y el ajuste vendrá por el empleo. Si el consumo no arranca, el problema en 2026 va a ser el empleo porque si ahora se despiden mil el año que viene será el triple”, augura con alto nivel de alarmismo un líder industrial con peso en el interior bonaerense. 

A la hora de jugar políticamente, entre los industriales bonaerenses reina un cansancio por el movimiento pendular en el que oscila Argentina y le prenden una vela al espacio del centro, que ya no es ancha avenida, sino una variopinta oferta sin referencia. Cuestionan que ni Milei ni el peronismo tienen hoy un plan de desarrollo industrial claro ni la intención de atender sus quejas por los impuestos y los juicios laborales. “De los dos lados te piden, te acusan y te reclaman; y en esa grieta nos hacemos mierda todos”, critican. Con resignación, le escapan a coquetear con algún dirigente político y mientras tanto ven una película variada de la situación actual de la industria con una media bastante apagada. 

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