Incomodidad en la Corte ante la obligación de decidir sobre el per saltum

La presidenta Cristina Kirchner aspira a que mañana la Corte Suprema declare admisible el recurso del per saltum , lo que dejaría sin efecto la medida cautelar que protege al Grupo Clarín de la aplicación de la ley de medios. Casi seguramente el tribunal hará lo contrario.
Pero el Gobierno presiona a fondo para convertir el fracasado 7-D en el 10-D, el día que, por partida doble, tuerza el brazo al multimedio y a la Corte.

El tribunal que preside Ricardo Lorenzetti quedó en un incómodo escenario que ninguno de los jueces previó meses atrás: el 22 de mayo, para quedar bien con tirios y troyanos, la Corte resolvió que el 7 de diciembre vencería la cautelar que protege al Grupo Clarín, pero dijo que la empresa podía pedir su prórroga si el fallo de fondo se demoraba.

El Poder Ejecutivo, todos estos meses, se empeñó en leer la mitad del mensaje: erigió el 7-D como un límite improrrogable, algo que la Corte nunca había dicho. Y la Cámara Federal Civil y Comercial avanzó: la jueza Graciela Medina destrabó las recusaciones y sus colegas Susana Najurieta y Francisco de las Carreras prorrogaron la cautelar. Ayer, el Gobierno los amenazó con hacerles un juicio político.

Ahora, el Gobierno le pide a la Corte que lo ayude a rearmar su ofensiva y a fijar una fecha improrrogable que reemplace al fallido 7-D. Por eso, los jueces viven un clima de alta tensión, palpable en la reunión que celebraron el viernes y que se reeditará en el acuerdo convocado para mañana, a las 12.

En cuanto el jueves la Cámara de Apelaciones decidió prorrogar la cautelar, la Presidenta se reunió con su entorno más íntimo y resolvió que había que rearmarse en 72 horas, aunque eso significase involucrar de lleno a la Corte en la batalla contra el Grupo Clarín .

Para lograr ese objetivo político, soslayó un detalle procesal delicado: la ley de per saltum , sancionada en noviembre, estableció que ese recurso puede utilizarse para apelar una sentencia de primera instancia ante la Corte. Pero el Gobierno, con su presentación, lo usó para otra cosa: acortar los tiempos del recurso extraordinario que se usa para ir de la Cámara a la Corte.

En la tarde del jueves, Horacio Verbitsky, a quien muchos definen como un ministro sin cartera, pasó varias horas en Tribunales convenciendo a uno de los jueces del que es amigo. El viernes, a primera hora, el Ejecutivo presentó ese recurso. Y, a las 9, Lorenzetti citó de urgencia a un acuerdo para la 1: estuvieron ese juez; Elena Highton, que hubiera preferido celebrar su cumpleaños de otra manera; Juan Carlos Maqueda, que suspendió el turno para hacer un chequeo médico, y Enrique Petracchi.

El escrito del per saltum circuló rápidamente entre todos los asesores técnicos de los ministros y ni uno solo de ellos aconsejó a sus jefes hacerle lugar al pedido del Gobierno: ese per saltum es, por cuestiones técnicas, improcedente, señalaron. La misma opinión que, en público, expresaron los constitucionalistas Gregorio Badeni, Daniel Sabsay, Félix Loñ y Andrés Gil Domínguez.

Para el Gobierno, que hace gala de amedrentar a los jueces que piensan distinto, el Código Procesal es un detalle menor. Pero para los jueces de una Corte, darle la razón ante un recurso como éste implica poner en juego su prestigio. Además, no todos los magistrados comulgan con el Gobierno: Carmen Argibay y Carlos Fayt son completamente independientes; Maqueda y Lorenzetti, como máximo, buscan cierto equilibrio y saben manejar los tiempos, y Zaffaroni, un juez fiel al kirchnerismo, no tiene fuerza para torcer al resto.

Las opciones para el lunes son:

1. La Corte declara admisible el per saltum y voltea la medida cautelar, aunque sea por unos pocos días. Esta decisión significaría que el tribunal prefiere darle oxígeno al Gobierno, que lo aprovecharía para avanzar inmediatamente contra el Grupo Clarín.

2. La Corte, que el viernes desestimó un escrito de Clarín, rechaza también el del Gobierno. Pero podría escribir algunos párrafos que le dejen abierta una esperanza al Poder Ejecutivo.

Con esta salida, la Corte ganaría tiempo; desplazaría todas las presiones oficiales sobre el juez Horacio Alfonso para que dicte el fallo de fondo -en las próximas horas, el fiscal Fernando Uriarte, que aspira a que la Presidenta lo nombre camarista, emitiría su dictamen- y le deja abierta la puerta al Poder Ejecutivo para anotarse más adelante un triunfo en el proceso.

3. Una solución intermedia: la Corte podría imaginar un paso intermedio, como pedir el expediente a la Cámara, para estudiar el tema. Un híbrido que podría conformar a algunos, pero seguiría la fuerte tensión.

UNA SEMANA DRAMÁTICA

El difícil camino hacia el día fetiche del kirchnerismo

LUNES 3D

El desguace

Martín Sabbatella, titular de la Afsca, anuncia las nuevas reglas de aplicación de la ley de medios. Explica cómo hará para obligar a Clarín a desprenderse de canales y reducir su negocio.

MARTES 4D

Contra las recusaciones

La Cámara Civil y Comercial rechaza una tras otra las recusaciones planteadas por el Gobierno. Queda un tribunal en condiciones de decidir si extiende o no la cautelar que protege al Grupo Clarín.

MIÉRCOLES 5D

Presión total

El ministro de Justicia, Julio Alak, advierte que un fallo adverso al Gobierno será "un alzamiento judicial contra la democracia". La Afsca recusa a todos los jueces de la Cámara.

JUEVES 6D

El fallo

Luego de un pronunciamiento de los principales jueces del país contra las presiones del Gobierno, los jueces Najurieta y De las Carreras extienden la cautelar en favor de Clarín.

VIERNES 7D

Sin épica

El Gobierno, frustrado en su plan de avanzar contra Clarín, apela ante la Corte. Presenta un recurso de per saltum y denuncia a los camaristas. La Presidenta, de viaje en Brasil, dice que el fallo fue "más de lo mismo".

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