“Yo no soy gorila; el peronismo está degradado, que es otra cosa”

“Yo no soy gorila; el peronismo está degradado, que es otra cosa”

En primera persona: Lisandro Viale, precandidato socialista a gobernador. El diputado Viale sostiene que el FAUnen debe construirse sin el populismo y sin la derecha de Massa y Macri. En la provincia rechaza por igual la idea de aliarse con De Ángeli como con Busti

Sus padres lo bautizaron Lisandro Alfredo, en homenaje a De La Torre y Palacios. Su tío fue candidato a vicepresidente en el 83, junto a Estevez Boero, y él cree que está vacunado de socialismo para todo el viaje.

Hoy, diputado provincial, se atalona en la conformación del Frente Amplio Unen (FAUnen) y rechaza el populismo de Sergio Massa y de Mauricio Macri, con el mismo discurso que elogia al presidente boliviano Evo Morales, presente en Paraná al momento de la entrevista, en la cumbre de Jefes de Estado del Mercosur.

 

—¿Hay algún hilo conductor entre el socialismo de Evo Morales y el de ustedes?

—Evo Morales representa en Latinoamérica un socialismo vinculado a un concepto que trabajan desde hace años, que es el de vivir bien o vivir mejor, que es un estilo de vida precapitalista que han tenido las comunidades originarias. Me parece que en función de su génesis, su formación, su cultura y su idiosincrasia; más allá de un socialismo científico, marxista clásico, de lo que significa el nacimiento de la filosofía marxista en Europa; tiene que ver con este socialismo comunitario que es una mezcla de muchos factores, inclusive religiosos, espirituales, con una prioridad de la fraternidad y solidaridad en la acción que lo distingue a Evo, como lo distinguió a Nelson Mandela con su proyecto político sudamericano.

 

—¿Pero la gente encuentra alguna vinculación entre eso y el socialismo local, en cuanto a la forma de gobierno?

—Evo es un líder político con dimensión continental que genera hoy una corriente de simpatía, pero cuando empezó hace nueve años como un emergente político no todo el mundo lo miraba desde ese lugar. Un líder boliviano en tierras argentinas es como que un argentino triunfe en Europa, ya que varios países de la zona siempre miraron a Argentina como Argentina a Europa, como la tierra a conquistar. Ver a Evo Morales recibiendo el Honoris Causa y a la dirigencia política vernácula admirarlo y venerarlo como lo que representa hoy, es como aquello de David y Golliat. Un pueblo que ha sido sistemáticamente ninguneado por la Argentina, donde incluso para insultar a alguien hasta no hace mucho tiempo se le decía boliviano o paraguayo, y ahora ver que eso se revierte es una reivindicación histórica a un pueblo que ha sido sojuzgado durante años. Es lo que el Che Guevara no pudo lograr en los años 60, desde un lugar diferente hacia un objetivo común.

 

—¿Piensa que es importante que la cumbre del Mercosur se haya realizado en la provincia?

—Es importante. Pero me da la sensación de que fue una fiesta de pocos, que hay una distancia muy grande entre los líderes políticos y la ciudadanía. Es como que la ciudad se arregló hasta determinado sector, como en una casa en la que solo se ordena el living y la mugre va debajo de las camas. Esta es la imagen que queda de una ciudad tan bella como Paraná, que cuando se la hermosea un poco, enseguida muestra su esplendor, pero todo hecho para recibir a los presidentes del Mercosur. Creo que es importante que haya hecho en Paraná y la actitud de Evo Morales de tomar contacto con la gente marca una diferencia, porque es una persona que ejerce el poder como lo ha vivido desde el llano, como lo hacen Pepe Mujica y Michelle Bachelet, cosa que no es fácil porque el poder aísla desde varios lugares.

 

—¿Y qué piensa del reconocimiento que su figura recibe desde el oficialismo?

—Tiene que ver con una falsa veneración, con una suerte de marketing o de moda. Hay un contraste enorme entre lo que muestra Morales, con su coherencia entre lo personal y lo que representa como presidente, y lo que puede mostrar nuestro gobernador como persona o como líder político. Sergio Urribarri dijo en el teatro que él también empezó desde abajo, como Morales, pero no creo que Morales represente lo que Urribarri, que es una persona millonaria, que no ha hecho otra cosa que hacer política, y que se ha enriquecido en la función pública, y sino que demuestre lo contrario, porque no se le conoce otra actividad que no sea haber sido funcionario en distintos niveles. Y si algo puede mostrar Morales es que no vive distinto a como vivió en el llano. A la presidenta Cristina Fernández le pasa lo mismo que a Urribarri. Cuando uno la ve mezclada con presidentes de la dimensión de Morales, Bachellet o Mujica, se nota. Ella cree que es una emancipadora latinoamericana como la que más, pero su vida privada y personal no puede sostener lo que intenta en el discurso.

 

—¿Por qué supone que no se valoran negativamente esas conductas, al menos habitualmente?

—Es parte de lo que nos pasa a la sociedad argentina, de decir una cosa hacia afuera y hacer en nuestras vidas particulares algo distinto, y eso nos muestra como una sociedad un tanto esquizofrénica.

 

—¿Por qué?

—No quiero ser antipático ni ofensivo, pero eso de Malraux que planteaba que los pueblos tienen los gobiernos que se les parecen, es un poco así. (André Malraux es el autor de La condición humana y fue ministro del Interior y de Cultura de Charles de Gaulle). Morales representa a la ciudadanía media boliviana, lo mismo que Mujica con los uruguayos o Bachellet los chilenos. Hay que ser respetuosos de la voluntad popular, y creo que Cristina y el gobernador Urribarri representan ese promedio de decir ‘Si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo’.

 

—Es una descripción desalentadora para plantear una construcción electoral...

—Pero es un dato de la realidad, que no tiene que ser alentadora ni desalentadora en sí misma. Es la realidad y nos obliga a generar un espacio que intente interpelarnos a nosotros mismos y a la sociedad para salir hacia otro lugar, que es el mensaje de Evo Morales o fue el de Mandela en Sudáfrica, que nunca dijo lo que la gente quería escuchar, sino lo que pensaba que era positivo para sacar a Sudáfrica del lugar en que estaba. Y ésta es también la responsabilidad del Partido Socialista (PS)y del frente en el que estamos

 

—¿La sociedad entrerriana tiene expectativas en una alternativa electoral que pueda generarse, que no sea testimonial ?

—Hay un espacio grande en la sociedad argentina que está vacante ese aspecto. Uno encuentra permanentemente gente que quiere tener referencias políticas como las que mencionamos. Ese es el espacio que hay que construir desde una perspectiva decente, de izquierda, progresista. El PS es uno de los principales que puede aportar ese condimento a un frente que enamore a la ciudadanía.

 

—¿Frente al individualismo?

—Estamos en un momento muy preocupante , que es la desazón de un proyecto colectivo. Todo el mundo esté pensando en como salvar la ropa y nadie en un proyecto que nos involucre como sociedad. Ese proceso, después de tres periodos de los Kirchner, se ha profundizado; pero uno de los responsables de este inicio del kircherismo fue el fracaso de la Alianza

 

—¿Qué pasa con Unen?

—Es un espacio que nació en un intento de satisfacer esa demanda que hay en la sociedad, pero buena parte de la dirigencia de Unen no ha estado a la altura de las circunstancias. La especulación puede ser una parte de lo que vos hagas, pero no puede ser el todo. Entonces me parece que muchos dirigentes de Unen, queriendo mostrar que son distintos, terminan siendo más de lo mismo, y por eso está en crisis.

 

Desde el inicio del FA Uunen dijimos “sin Massa y sin Macri”. No por sectarios, sino porque este frente tiene el concepto de que con la nueva derecha no se mezcla, y con el nuevo populismo tampoco, porque es más de lo que ya está.

 

—¿Y en la provincia?

—Lo hemos planteado con la misma claridad: sin (Alfredo) De Ángeli y sin (Jorge) Busti. Sacando esas dos expresiones políticas que respetamos pero no compartimos, hay un espacio de izquierda democrática que pensamos que terminará consolidándose y ese es el espacio que tiene que ir a las elecciones para darle a la gente una esperanza de cambio.

 

—¿La vocación de mayoría no habilita a cualquier alianza?

-Un rejuntadero sería un error enorme como los que ya ha vivido el país. Mientras De Ángeli, (Adrián) Fuertes o grandes sectores del radicalismo creen que hay que hacer un rejuntadero anti no sé qué; nosotros descreemos en los frentes anti cualquier cosa, porque no llevan a ninguna parte.

 

—¿Hay dirigentes del massismo con los que puedan coincidir. ¿Leissa, por ejemplo?

-Podemos tener en el FAUnen a todos los peronistas que quieran sumarse. Lo que no podemos sumar son los espacios que son un reciclaje de lo que ya está. Sergio Massa no es más que alguien que viene de la nueva derecha de la época de Carlos Menem, que era la Ucedé (Unión de Centro Democrático); y que hoy también es el macrismo. O Scioli, quien no es más que una nueva expresión de la derecha que ha ido surfeando la ola desde el menemismo hasta acá. Pero todos estos actores que parecen ser la esperanza de renovación son cachorros de Menem, que han podido sortear la ola del relato de izquierda, pero son expresiones de la derecha que está por venir si ellos ganan las elecciones.

 

—¿Los tres iguales?

—Desde un concepto ideológico no descreemos de nuestras ideas y sostenemos que en la vida y en el mundo hay diferentes visiones y eso te para en un lugar, y eso en sí mismo es ideología. Las tres opciones son de derecha: Massa, Scioli y Macri y no creemos que el FAUnen pueda tener esas opciones. Y en lo provincial no creemos en Busti por lo que ha hecho, y porque Urribarri es su principal cachorro. Y De Ángeli no es mas que un senador de la Nación que proviene del sector de los pequeños y medianos productores pero se ha alejado de su propia fe, dejó de representarlos y esta recostado en la derecha al calor del poder económico y político. Y nosotros no estamos de acuerdo con eso. No es sectarismo, sino una cuestión conceptual.

 

—Insisto, ¿cree que en el massismo es todo igual, llámese Busti, Leissa o Emilio Martínez Garbino?

—Son lo mismo. Leissa estuvo a las puertas de ingresar al Congreso Nacional detrás de Cristina Cremer de Busti. Se acordarán que Garbino y Leissa se fueron del bustismo diciendo que con ese tipo de liderazgo no tenían nada que ver, dando origen a la Concertación Entrerriana, y hoy volvieron a su seno y parece que van con Massa. Nunca se confunden del lado de la cancha donde están. Siempre es un espectro peronista o neoperonista que no sale del concepto populista y de derecha.

 

Lo que hizo Busti no tiene antecedentes en la democracia argentina. Su esposa , que estaba en el Congreso, no terminó su mandato y se hizo reelegir para el cargo al que renunció sin haberlo completado, y del cual estaba en funciones. Hasta que no haya condena social y la gente comience a despertar de todas estas cuestiones, que para nosotros son aberrantes, va a ser difícil torcer el rumbo de nuestro destino político. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya que intentar formar esta herramienta política, tratando de aprender del pasado. Por eso digo que no tiene sentido si vamos a hacer un frente como fue el frente antimenemista del 99, que irrumpió en la vida política con la bandera de la transparencia y terminó aprobando leyes con la Banelco.

 

 

—Ustedes hablan de la posibilidad de ser gobierno. ¿Cómo cree que recibirían la administración provincial?

—Esta provincia está muy mal y va a quedar peor. Creo que el gobernador sigue creyendo que vive en un paraíso europeo, pero estamos en una provincia con graves problemas de infraestructura, de salud, de seguridad, de narcotráfico, de desnutrición. Se ven cosas que se hicieron por la abundancia en que estuvimos, pero al lado de lo que se hubiera podido hacer con esos recursos en estos 10 o 12 años, esta provincia pudo haberse transformado desde sus cimientos. Sólo se hizo una suerte de maquillaje pero no dejamos de ser una provincia de producción primaria que no tiene un desarrollo industrial, que no tiene un proyecto de mediano y largo plazo sustentable, pese a ser una de las provincias que mas ayuda recibió del kirchnerismo.

Y además está atravesada por una corrupción estructural que nos preocupa, porque el listado de funcionarios que no pueden explicar los autos en los que andan, las casas en las que viven o el patrimonio que detentan es cada vez más extenso.

 

 

—¿Y ustedes que harían al respecto, en caso de llegar al gobierno?

—Ir a la Justicia, pero a una Justicia que funcione. En Entre Ríos el gobernador tiene los tres poderes en su puño. Lo del Senado es algo escandaloso, como pasan las cosas ahí con su principal espada que es el senador Enrique Cresto, que trata a los jueces de vagos cuando hacen algo que a él no le gusta. En Diputados no les resulta tan sencillo porque nos esforzamos por amplificar y denunciar aquello con lo que no estamos de acuerdo.

 

La foto última de la presidenta del Superior Tribunal (Claudia Mizawak) y del Procurador Jorge García sentados al lado del gobernador para tratar de sostener una ley de narcomenudeo que es un mamarracho jurídico y político habla por sí sola. El mismo García que hace unos años había dicho que esa ley era un bolazo , hoy la defiende. Nos preocupa en lo institucional el deterioro que hay. Busti, que era bastante bárbaro en este sentido,fue superado por Urribarri porque hay una suerte de sensación de impunidad, de que “vamos a ser eternos”. Ahora con esta ley de narcomemenudeo no solo se persigue a algún pibe que fuma un porro sino que además tenemos un conflicto institucional entre la Justicia provincial y la federal, con una crisis institucional muy seria.

 

—Pensé, al preguntar por la situación provincial, que la respuesta iba a enfatizar la cuestión económica.

—Con estos antecedentes, económicamente no podés estar bien. El nivel de endeudamiento y de improvisación sólo se explica en que ha sido tan abundante el ingreso de estos años que no importa la eficiencia que se tuvo, pero cuando el ingreso empieza a achicarse se ven las fallas. Iba a haber un estadio de mil millones en Paraná y ahora desapareció y parece que se va a construir uno en Concordia. Cuando le preguntamos al ministro de Economía Diego Valiero que cálculo había hecho cuando se iba a votar la exención de Ingresos Brutos a los industriales, nos respondió: “No hicimos ningún cálculo, de la noche a la mañana nos dijo el gobernador que quería sacarlo y se sacó”, lo que habla a las claras de esta improvisación. Escuchas esas cosas y te generan mucha preocupación.

 

—Si el gobierno nacional no es del mismo signo político, ¿se pueden hacer igual las cosas?

—Claro que sí. Hermes Binner gobernó Santa Fe con una de las Cámara en minoría y gobernó bien. Y Antonio Bonfatti profundizó la gestión de Binner con las dos Cámaras en minoría. El Concejo Deliberante de Rosario hoy también está en minoría y sin embargo se lleva adelante la gestión con éxito.

 

 

Sobre Frigerio: “Está en un gran negocio inmobiliario”

 

Viale cree que el interventor del PRO entrerriano, Rogelio Frigerio nieto, no tiene sólo intereses políticos en la provincia. “El abuelo de Frigerio tenía una estancia de 4.000 hectáreas llamadas El Guazuncho. Ahora se ha construido un emprendimiento privado en el marco del entendimiento con la familia Melchiori, tanto el senador como esposa (la intendenta Carmen Melchiori), que gobiernan Paranacito desde hace años, y del que participa también el secretario de Gobierno que es el cuñado de la intendenta”, explicó.

 

“Se lo presentó en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires con la idea de constituir a Villa Paranacito en el patio trasero de Buenos Aires. No nos parece mal la idea de promover el turismo; pero no nos parece bien que toda la estructura municipal y provincial se ponga al servicio de darle las condiciones mas onerosas, como asfalto, agua y la insfraestructura para este emprendimiento. Por ejemplo, para la electricidad hicieron un convenio con el secretario de Energía, Raúl Arroyo, por el que le pusieron un transformador de 2,5 millones de pesos del cual la mitad lo pagaba el municipio. O hicieron que el Concejo Deliberante declarara de interés municipal el emprendimiento, cuando siguen siendo privado porque los terrenos son privados. Es un gran negocio inmobiliario para estos personajes que atan política, con empresas, con glamour, con todo. Y De Ángeli es parte de ese proyecto polìtico, y si uno lo dice se molesta. El asfalto se hizo hasta el barrio donde se hace el emprendimiento, la igual que el dragado de los arroyos”, señaló.

 

 

Cómo me ven, ¿antiperonista yo?

 

El ingeniero agrónomo Viale tiene 48 años y milita desde los 17 en el socialismo, cuando concurría a la escuela industrial de Paraná. Tiene dos hijos y es propietario de un campo en Victoria, soy de Paraná pero trabajo allá. Fue presidente del centro de estudiantes en la facultad, consejero directivo, presidente del Partido Socialista entrerriano, diputado nacional y candidato a casi todo, aunque debuta en la categoría gobernador

 

—¿Se siente gorila, como muchas veces lo han tildado en la Cámara de Diputados?

—No noto que me tilden de gorila porque en realidad no lo soy. No soy antiperonista.

 

Me revela mucho lo que vivimos, por ejemplo con lo de Evo Morales: esta dualidad, esta esquizofrenia de querer compararse con los que intentan ser coherentes por parte de los que evidentemente no lo son. Si llegaste a la función publica con determinado patrimonio y no tenés otra actividad que amerite tu crecimiento económico -y ojo que tampoco estoy en contra de que a la gente le vaya bien-, cómo se explica. Creo que es lo que dice Mujica, que los que quieren hacer plata sean empresarios no políticos, porque la política está para otra cosa.

 

Hoy el peronismo sintetiza esa situación y, eso no me hace antiperonista, sino que los hace a ellos degradados, que es otra cosa.

 

La relación con los radicales

 

—¿Cómo hay que hacer para llevarse bien con los radicales?

—La UCR tiene varios sectores, al menos cuatro. Uno conduce el partido, pero la alianza transitoria que los llevó a la conducción ya tiene serios problemas. Nosotros dialogamos con todos los sectores, hemos dicho que queremos consolidar el FAUnen sin De Ángeli y sin Busti. Parece que todos tienen decidido que es sin Busti, pero no todos coinciden en que sea sin De Ángeli. En la franja del medio hay muchísima gente del partido radical que defiende nuestra postura porque quieren seguir siendo radicales con el ideario de más de cien años. Después están los dirigentes que con De Ángeli, con Massa, o con los dos; lo único que quieren es conservar su lugar de privilegio en una intendencia o una concejalía.

 

—Algunos plantean que De Ángeli les “garantiza” la victoria.

—Yo creo que estamos pagando por el pito más de lo que el pito vale. Al precio se lo están subiendo estos sectores de la UCR que terminan generando una expectativa de alguien que no es tanto. Ahora tiene una organización de mutuo interés que es el PRO, encabezada por Rogelio Frigerio, que tiene otros intereses en la provincia. Me parece que el FAUnen tendría una posibilidad gigantesca de crecer si saliera de estas especulaciones.

 

—Si le tocara llegar a gobernador. ¿Tienen equipo?

—Tenemos un partido y una organización política provincial y nacional, con experiencia de legislación de un siglo, y con experiencia de gobierno de 25 años en Rosario y siete años en Santa Fe, lo que no es poco ya que acá han asumido personas en gobierno de provincias y ciudades sin la mínima idea de la gestión pública. Somos una organización que sabe a dónde quiere ir y cómo lo tiene que hacer, y hay una comunicación permanente entre lo nacional y lo provincial. Si uno tiene una escala de valores sobre para qué quiere el poder, el éxito es factible. Sino, no se entiende cómo Pepe Mujica con una perra con tres patas pudo gobernar Uruguay. ¿Entonces, tienen equipo? Lo que tienen es decencia, vergüenza pública, vocación de servicio y no de servirse. Equipos hay, lo que no hay es espacios políticos que honren las ideas que ejercen cuando llegan al gobierno.

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