Por: Andrés Lerner.

Más de un año después de lograr la media sanción en la Cámara de Diputados, la reglamentación de la ley de góndolas tiene la firma de Alberto Fernández y entrará en vigencia esta semana. La norma establece límites a la concentración de espacios de exhibición dentro de los supermercados y también regula las condiciones comerciales entre clientes y proveedores. En el Gobierno consideran que fomenta la competencia y que ayudará a bajar los precios, en el sector privado afirman que tendrá el efecto contrario.

Entre sus puntos fundamentales, la ley establece que los productos de una misma firma no pueden ocupar más del 30% de la góndola y que deberá haber al menos cinco marcas distintas de cada artículo. Además, un cuarto de los espacios de las góndolas deberán estar destinados a pequeñas y medianas empresas y el 5% deberá estar ligado a la economía popular.

Con la puesta en marcha de la ley avalada por el senado en marzo, los productos de menor precio deberán estar en el sector medio de la góndola y en la primera página del sitio web donde se muestren los productos. La nueva legislación plantea que el límite para el pago a proveedores será de noventa días.

Por otro lado, los supermercados no podrán exigir aportes o adelantos financieros a los proveedores ni imponerles la entrega de mercadería gratuita o por debajo del costo de provisión como condición para exhibir los productos.

Desde la Jefatura de Gabinete, señalaron a Ámbito que la iniciativa “implicará que haya mayor oferta en la góndola y eso hará que exista la posibilidad de competir”. Al mismo tiempo, remarcaron “esto hará que los precios tiendan a mantenerse estables o incluso en las promociones, a bajar un poco”.

La puesta en marcha de la medida que se había dilatado a causa del aislamiento social preventivo y obligatorio, se da en el marco de la preocupación que el Gobierno tiene por la escalada del precio de los alimentos. Según el INDEC, la Canasta Básica Alimentaria aumentó 6,6% durante el mes de octubre.

Otra cuestión central, es que las primeras repercusiones se verán en las góndolas durante el proceso de finalización del programa Precios Máximos. La fecha de vencimiento es el 31 de enero del 2021, pero ya se fueron recortando algunos productos. Según el ministro Matías Kulfas el descongelamiento será paulatino e incluirá una ampliación de la canasta de Precios Cuidados.

Críticas del sector privado

La iniciativa cosecha el rechazo de los actores que tienen la mayor parte del mercado, tanto en la industria alimenticia, como en el retail. Varias de las entidades empresariales mostraron su malestar en off the record y maduraban comunicados que se difundirán las próximas horas. Otras asociaciones lo hicieron público.

Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), afirmó que “la ley de góndolas no genera un mercado trasparente y competitivo” y agregó que “el sector no es la causa de la inflación, sino la consecuencia”.

La Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AMcham), envío meses atrás una carta al despacho de la legisladora que encabezó la iniciativa parlamentaria, Marcela Passo, anticipando que la sola sanción de la ley perjudicaría el clima de negocios y haría caer las inversiones. Los integrantes de la Asociación Empresaria Argentina, en reuniones con funcionarios, emitieron argumentos similares.

El director de Relaciones Institucionales de una de las principales empresas de consumo masivo dijo a Ámbito que “esta ley traerá sobrecostos en la reposición por los constantes quiebres de stock” y afirmó: “lejos de generar competencia lo que logrará es que haya espacios vacíos en las góndolas”.