Paolo Rocca, el dueño de una de las multinacionales argentinas más poderosas, se convirtió en la esperanza blanca de la resistencia fabril. Cruje la cadena de valor metalúrgica.
Eugenia Muzio y Ariel Maciel
“Esto no es el inicio, pero tampoco es el fin”, se lamentó un referente de la industria metalúrgica de Santa Fe, en donde la importación de los primeros 150 colectivos para utilizarse en el transporte urbano de pasajeros en CABA fue una bala que picó cerca, pero que promete hacer centro, más temprano que tarde. Lo que sí marcó como novedoso fue que un grupo empresario nacional promocionara el ingreso de unidades totalmente fabricadas en China, sin ponerse colorado al abandonar completamente a la producción nacional.
PERFIL habló con distintas fuentes industriales, desde dueños de fábricas, líderes de la gremial empresaria e integrantes pymes que participan de la cadena de valor. Todos coincidieron en que la crisis del sector metalúrgico, y especialmente autopartista, está al límite de ser terminal. “La preocupación es adónde va a ir la masa de trabajadores. Algunas empresas se podrán acomodar y otras no tanto. Pero la complejidad mayúscula en la industria es el desenvolvimiento del tema de empleo”, sostuvo un referente del sector pyme.
“Hoy para la pyme es muy difícil llegar a fin de mes y le cuesta ver lo bueno que puede llegar, ya que no sabe cuánto más aguanta. Estamos como nuestra gente, viendo el día a día, y se nos hace difícil pensar hoy en el futuro. La empresa grande y el que tiene respaldo o resto ve un buen futuro”, sentenció otro empresario santafesino, quien describió al sector como "frágil de cuidar" y "muy vulnerable".
Paolo Rocca: "Argentina necesita una política industrial"
La crisis invisible de la industria y Milei en modo Chiqui Tapia
Hay otro nivel de crisis, el invisible. La victoria electoral de La Libertad Avanza en octubre adelantó el trámite para el certificado de defunción. Sucede que los industriales sienten un vacío de representación, con un actor político aliado “anestesiado, que sintió el golpe de las urnas”. Además, angustia la dinámica amigo-enemigo del Gobierno de Javier Milei que paralizó, incluso, a los más apasionados. Entre ellos, los gobernadores, quienes eran considerados los constructores de puentes entre la Casa Rosada y las fábricas, pero que ahora ya no elevan la voz.
“Yo veo a todos anestesiados. Porque si decís algo muy jugado, te acusan de que querés desestabilizar el país, al Gobierno y querés que vuelva Cristina [Kirchner]. Pero si no decís nada sos cómplice de este Gobierno. Yo creo que hay que decir las cosas como son”, describió, descarnado, un líder fabril santafesino, quien también trazó un paralelo entre la función de la Casa Rosada con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
“Los gobernadores juegan su juego, porque hay demasiados intereses en juego y nadie se la juega, porque le cortan el chorro, igual que en la AFA, votan lo que dice [Claudio] 'el Chiqui' Tapia (presidente de la AFA) para no salir perjudicados y cada uno mira lo suyo y se quieren salvar solos”.
Las pymes, el muro de contención de Rocca y una vieja pelea con Macri
Incluso aquellas pymes metalúrgicas que crecieron “tirando piedras” contra la pared del dueño del Grupo Techint, Paolo Rocca, por el monopolio en algunos sectores y el precio de la chapa, en la actualidad se alinearon con el hombre del acero porque fue el único que se animó a oponerse al Gobierno y reclamarle un plan industrial.
“Todos pueden fabricar esos colectivos acá. Lógicamente entraron por costo, deben valer la mitad que acá, tanto en chasis como en carrocerías. En Chile la mayoría de urbanos son chinos BYD eléctricos. Estos son a gas, creo que serían más confiables que el eléctrico. Por lo menos, yo lo veo así”, se sinceró un fabricante de colectivos argentino, consultado por PERFIL.
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Los productores de carrocerías y chasis de colectivos urbanos están concentrados en provincia de Buenos Aires. En Santa Fe hay cerca de una decena de fábricas de ómnibus y minibús, con empleo registrado en torno a los mil empleos directos y unos cuatro mil indirectos. Allí reside la preocupación de Rocca: ve que se desarmará la cadena de valor nacional y tendrá que convivir con los chinos dentro del corazón de Campana, la ciudad referente de la acería de la T.
Metropol, la compañía que compró los 150 colectivos con GNC, se hizo fuerte en su Misiones natal, al cobijo del poder político del exgobernador Ramón Puerta, quien pasó por la Embajada argentina en España durante el mandato de Mauricio Macri, con quien mantiene un vínculo estrecho. Los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski decidieron ir por el sueño porteño. Forjaron un vínculo poderoso con los gobiernos de CABA, de la mano del macrismo.
Los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski viajaron personalmente a China para la entrega de los colectivos
Durante el mandato de Juntos por el Cambio, Rocca y Macri mantuvieron un fuerte contrapunto por el perfil económico del país. El expresidente pretendía darle poder a la T en Vaca Muerta, a cambio de abrirle la puerta a los chinos en el negocio del acero. El empresario ítalo-argentino se negó rotundamente, porque el acero es el core business de la multinacional, que tiene patas en la construcción, la energía y la ingeniería. Hoy, a pesar de la alianza Milei-Trump, la ausencia de medidas para proteger de la invasión china parece reeditar aquella vieja discusión.
Los metalúrgicos exigen una política industrial
En línea con el discurso de Rocca, el más aplaudido de la última conferencia industrial de la UIA, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), Elio Del Re, aseguró que “en términos de costos es evidente que los productos chinos tienen ventajas que hoy nuestras empresas no pueden igualar sin una política industrial activa”. “Esto pasa en todo el mundo: Europa, Estados Unidos y Brasil están tomando medidas para que la incorporación de nuevas tecnologías vaya de la mano de contenido local, desarrollo de proveedores y generación de empleo”, enfatizó.
Hoy las afectadas son las fábricas de colectivos que se instalan en Buenos Aires. Pero las santafesinas que fabrican carrocería y chasis de larga distancia están a un paso de ver el mismo embarque. “La importación de unidades completas siempre genera preocupación en el sector, porque desplaza producción local y eso tiene efectos concretos sobre proveedores, empleo y capacidad instalada”, sostuvo Del Re.
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El argumento de Metropol es la capacidad que tiene la china King Long de producir rápido todo el colectivo, con el GNC incluido. Pero, según Adimra, “hoy en Argentina existe una industria consolidada de carrocerías urbanas —principalmente en el AMBA— y de larga distancia —en Santa Fe— que puede abastecer buena parte de la demanda del mercado”.
“El punto central es que Argentina necesita incorporar nuevas tecnologías, pero sin perder capacidades productivas que costaron décadas construir. Y para que eso sea posible se requieren políticas activas: reglas claras, incentivos a la inversión, programas de transición tecnológica y mecanismos que aseguren que cada avance en eficiencia o costos vaya acompañado por más desarrollo local, no menos industria”, disparó Del Re.





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