Por CARLA PELLIZA

¿Fernán Quirós quiere ser candidato? Una pregunta pertinente a la hora de pensar el intrincado panorama porteño que, producto de la proliferación de nombres y promesas, se transformó en una especie de laberinto para el jefe de Gobierno. El ministro de Salud porteño está enfocado en su tarea como funcionario sin abandonar la campaña que, como a todos, a veces lo tiene junto a Horacio Rodríguez Larreta. Tal vez su empuje máximo sea el de Elisa Carrió que, casi a como dé lugar, quiere que se postule por la Ciudad contradiciendo la máxima amarilla de llevar una sola figura a la competencia.

 

Por eso, la pregunta inicial es importante. La respuesta es que sí y se trabaja para que lo sea. Sin embargo, Quirós también comparte la idea de que sólo un PRO debería ir a jugar la interna contra Martín Lousteau, el competidor más difícil para esta elección, entonces podría estar en condiciones de dar un paso al costado si la macro así lo ordenara. No es un factor menor que Mauricio Macri impulse a Jorge y busque, junto al apoyo de Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal, que sea el único.

 

Por lo tanto, en caso de que el partido amarillo definiera que Macri primo tiene que ser el candidato, él no debería serlo. Y si Carrió quisiera continuar con su cruzada de llevarlo a las urnas sí o sí, debería convertirlo de macrista a lilito, algo difícil. Por eso, la jugada de la ex diputada y fundadora de Cambiemos forma parte de una negociación que va mucho más allá de los nombres de la cabeza de la lista.

 

De hecho, Lilita buscó mantener la paz en las últimas horas. Esta semana salió una nota periodística en Infobae en la que se planteó que tanto la Coalición Cívica como Evolución habían empezado a pensar en la posibilidad de impugnar a Jorge en su candidatura. Carrió se comunicó con el ministro de Larreta y le aclaró que ella no formó parte de esa “operación” en su contra. Algo que hizo público Facundo del Gaiso, un diputado de su espacio, en redes sociales. Desde el sector radical también se despegaron de ese título.

La acción no fue menor. Del Gaiso lanzó, también esta semana, un tuit fuerte en el que pidió conocer si Macri contaba con los papeles necesarios para ser candidato en la Ciudad dado que hasta hace unos meses fue intendente bonaerense. Eso derivó en una pelea en un grupo de Whatsapp por lo tanto que él haya salido a aclarar la situación de la impugnación no fue menor.

Sobre el tema, Jorge Macri se mostró tranquilo al considerar que cumple con los requisitos para postularse porque desde 2015 tiene domicilio de residencia en la CABA. Doble domicilio que lo habilitaría para uno y otro lado de la General Paz. Esto lo reforzó Horacio Rodríguez Larreta en LN+ al asegurar que le mostró todos los datos, también presentados en la Justicia, que lo avalan como posible postulante.

Pero como todavía el jefe de Gobierno no decidió qué PRO apoyará en la Ciudad, el abanico sigue abierto y las chances son múltiples. Soledad Acuña quedó relegada en la carrera pero todavía mantiene su posible candidatura. Quirós se mostró como el más fuerte para hacerle un mano a mano a Macri primo y, a fin de cuentas, será Larreta el que termine de definir el nombre. Hasta mayo tendrá tiempo.

Todavía no quedó en claro el mecanismo. Si será por encuestas, por la presión de Mauricio o por un pacto de caballeros. En Buenos Aires, donde se espera una definición similar por el lado de Patricia Bullrich, habrá un cara a cara entre los tres potenciales y entre ellos acordarán la mejor opción. ¿Sucederá lo mismo en CABA? Hasta ahora, la única certeza es que tanto Jorge Macri como Fernán Quirós consideran que lo mejor es tener un solo nombre para la Capital. Será, dicen, el mejor posicionado.

En materia de encuestas, cerca suyo se consideró que Quirós es el que tiene más chances de ganarle una PASO a Lousteau al estar mejor posicionado, particularmente en la percepción social. Un sondeo de CB Consultores del mes de marzo arrojó un techo muy similar para Jorge y Fernán, con una diferencia de sólo el 0,4% en favor del segundo. Los dos, seis puntos abajo del radical.

  

La diferencia entre el primo y el ministro es que el primero evidenció un mayor núcleo duro, menor espacio para el crecimiento bajo la categoría “podría votarlo” y más alta imagen negativa. El segundo mostró menos voto consolidado, más chances de expansión y baja percepción pesimista. Sin embargo, el alcalde de Vicente López bajo uso de licencia logró mayor nivel de conocimiento que el funcionario porteño.

Lousteau, por su parte, evidenció un voto duro importante, un punto más arriba que el de Jorge Macri, más chances de crecimiento que el primo pero a niveles muy similares a los manejados por el hombre de Salud, una imagen negativa más cercana a la del primo de Mauricio y mayor nivel de conocimiento que todos.

En imagen, Quirós se mostró como el claro ganador. Fue el único con casi 30 puntos de diferencial positivo (la diferencia entre imagen positiva y negativa) pero con alto desconocimiento. Seguido de Lousteau, con un saldo a favor de 13 puntos y en tercer lugar Macri, con poco más de 9. En negativo (o sea más visión pesimista que optimista), Acuña, los nombres del Frente de Todos y la Izquierda.

Si todos los macristas se presentaran a una PASO, incluida Acuña, el número de Cambiemos sería muy importante y saldría victorioso. Según el mismo sondeo, pese al nivel de techos electorales, Jorge Macri ganaría la interna por un punto. Pero los cálculos son otros. Si efectivamente el PRO llevara un solo candidato, ¿a dónde irían los votos de los ministros de Salud y Educación? Entre ambos, sumaron casi 18 puntos. Eso ampliaría la distancia frente al radical de Evolución. El mismo escenario valdría para el caso en que Quirós sea el señalado. Son 19 puntos entre los otros dos posibles descartados.

Por lo tanto, Quirós está muy bien ubicado en la interna. Tiene buena percepción, buen espacio para crecer, le falta conocimiento y mejorar la intención de voto pero no está lejos ni de Jorge ni de Martín. De ahí también la presión de Carrió para que sea candidato. Pero si el funcionario se acotara a lo establecido por el partido, sólo un amarillo debería presentarse. La pregunta es cuál.

Si fuera Quirós, Larreta tendría un problema enorme con Mauricio Macri y con todo el PRO. Ya desde hace tiempo, un dirigente importante le dijo al primo que iba a ser el candidato de la unidad en la Ciudad y el espacio se mostró convencido de que así será porque sería un error pelearse con el ex presidente, garante de una candidatura por la Casa Rosada. Si no fuera Quirós, la relación con Carrió podría ponerse tirante salvo que su presión sea sólo una excusa para lograr mejores ubicaciones en espacios legislativos y mantener el poder que es fuerte en la CABA.

Después, el otro problema, ya relatado muchas veces, de la relación con el radicalismo. La primera pelea o enojo podría ser con Macri o con Carrió por el candidato. La segunda, con Macri o con Lousteau por la modalidad. ¿Con quién se peleará Larreta? Nadie desconoció el lugar incómodo en que terminó ubicado el mandatario capitalino y fue difícil ver una salida que deje contentos a todos. O que deje la menor cantidad de heridos posible.

Para eso habrá menos tiempo. El jueves Larreta va a tener que tomar una decisión presionado por todo el macrismo. De hecho, no se descartó que haya problemas en caso de avanzar con elecciones concurrentes, o sea el mismo día que las nacionales pero con boletas separadas por distritos. Ya se pronunciaron públicamente, además de Jorge, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich, señaladas por el radicalismo como voceras de Mauricio Macri.

De seguir con los designios marcados por el partido, el radicalismo sería el más dañado. Ese caso Larreta tendría un problema importante porque, de romper el pacto de “igualdad de condiciones”, no sólo podría poner en riesgo su vínculo porteño sino también el nacional. Lousteau mostró una mejor relación con Gerardo Morales, hoy cercano a Horacio, y eso podría complicar el panorama. Sobre todo porque Bullrich se encargó de intentar conquistar a muchos dirigentes de la UCR y no tendría problemas en sumar más en caso de que haya desencanto.