“Son cosas muy contradictorias como para poder explicarlas”

“Son cosas muy contradictorias como para poder explicarlas”

La opinión corrió por cuenta del senador provincial del Frente Renovador Sebastián Galmarini, quien tiene a su cargo el armado de la Séptima. El legislador –cuñado del ex intendente de Tigre- dijo que Azul tiene, en Ulises Urquiza y Diego Colman, a dos potenciales buenos candidatos a intendente para el 2019 por el massismo. 

 

 

El Frente Renovador se presenta a priori como un espacio político solidificado de cara a las próximas elecciones legislativas y generales, detrás de la figura de su líder “natural”, el actual diputado nacional Sergio Massa. Con diálogo abierto con Cambiemos desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri y, más recientemente en el tiempo, volcado a la búsqueda de consensos con el GEN de Margarita Stolbizer, el massismo procura mantenerse “al pie del cañón” para intentar llegar a ser gobierno en la Nación y la Provincia de Buenos Aires. Sebastián Galmarini, más allá de ser senador provincial por el mismo espacio, es quien tiene a cargo el “armado” de la Séptima Sección Electoral para el FR. El joven legislador, de 38 años y actual vicepresidente segundo de la Cámara de Senadores, cuñado de Massa e hijo de un histórico dirigente peronista como Fernando “Pato” Galmarini, fue consultado por este diario en su despacho de la Legislatura en la ciudad de La Plata sobre la visión que tiene de la marcha de la gestión de Cambiemos en el territorio bonaerense y la Nación, respondiendo básicamente en un tono crítico.

“Es difícil establecer un balance definitivo en estos siete meses de gestión de Vidal. Uno podría decir que hay luces y sombras, que ha habido algunos aciertos en el inicio de la gestión, planteando la necesidad de generar herramientas para acelerar los procesos administrativos como las emergencias. Sincerar la situación de la provincia ha sido un acierto y en ese sentido nosotros hemos sido contestes y acompañamos cada una de esas iniciativas. Sin embargo, también es cierto que uno habiendo dado esas herramientas no encuentra cambios profundos en algunas de las áreas más críticas que tiene esta provincia. Podríamos hablar del caso de la seguridad, donde no solamente hay propios funcionarios y dirigentes de Cambiemos que critican el accionar del jefe de Policía sino que además no hemos visto modificaciones en la estructura institucional de la fuerza, que viene de una muy mala gestión con la administración Scioli”, afirmó Galmarini.

En el mismo sentido apuntó que “nos preocupan los plazos que pueda llevar acomodar distintas cuestiones inherentes a la provincia. Nosotros fuimos muy críticos de la gestión de Scioli y de los resultados de la gestión de Scioli. Creo, sinceramente, que fue la peor gestión en la provincia desde el retorno de la democracia y corremos un severo riesgo de que la provincia vuelva a invisibilizarse, que volvamos a esconder los problemas debajo de la alfombra y no afrontemos una situación que se hace necesario afrontar en la provincia. Cuando uno desglosa área por área, como en Educación, uno no encuentra grandes modificaciones en la estructura institucional. No vemos avances en infraestructura, en la calidad educativa. Del mismo modo uno podría decir en el caso de la salud uno no encuentra una revisión de la infraestructura en materia hospitalaria, no ve modificaciones en la estructura operativa para mejor la provisión de los servicios ni en el tratamiento de los consultorios externos o en los servicios de cuidados intensivos”.

El senador provincial massista consideró que la administración que conduce María Eugenia Vidal no ha dado aún muestras de una gestión sólida que pueda dar cuenta de cambios estructurales.“Estamos entrando en tiempos donde es hora que la gobernadora se haga cargo de los problemas y que sus ministros, en vez de sacarse fotos para los diarios, empiecen a enfrentar los problemas”, cuestionó.

Transformación de la política

En otro tramo de la entrevista mantenida con EL TIEMPO, Galmarini advirtió que “toda esta crítica que nosotros hacemos, la tenemos que tamizar por la situación estructural de la provincia que todos conocemos que, en todo caso, fue nuestro propio bloque el que presentó un proyecto del cual soy uno de los autores donde le pedimos a la gobernadora que habiendo un nuevo clima de diálogo, que habiendo una nueva dinámica política en la Argentina diferente a la que tuvo el kirchnerismo durante los últimos años, pero además sabiendo que fue decisión propia de los ciudadanos la fragmentación de las distintas legislaturas y que eso hace que se requiera de un consenso general para lograr cambios de fondo, nosotros luchamos contra esa vieja lógica de cuanto peor, mejor”. “Estamos haciendo un esfuerzo por marcar las diferencias que tengamos y acompañar en aquello que creemos importante. En ese sentido le reclamamos a la gobernadora que tiene que pelear por la coparticipación, más allá que creemos que tiene que haber un descongelamiento del fondo del conurbano y que la provincia tiene que reclamar por los recursos que necesita”, agregó.

Cuando se le planteó que hiciera una comparación entre los tiempos políticos en los que se formó su padre, en los inicios de la democracia que le sucedió al tiempo de las sangrientas dictaduras, Galmarini opinó que “la actividad política y partidaria se ha transformado”. “Estamos en un proceso de crisis y transformación de la política y creo que cada vez más la gente nos mide por lo que nosotros hacemos en función del rol que cumplimos más por qué pretensiones electorales tenemos. Hoy, quien esté pensando en qué rol cumplirá de cara a las próximas elecciones, equivoca el camino. Lo primero que nosotros tenemos que pensar es las diferencias que tenemos en materia de gestión más allá de las políticas partidarias e ideológicas. Así como fuimos críticos con el último proceso kirchnerista, también lo somos con innumerables improvisaciones que es la principal característica del gobierno de Cambiemos a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires también. También vemos un alto grado de insensibilidad y esa combinación de factores hace que nosotros nos pongamos mucho más ansiosos porque necesitamos resolver problemas que vienen de arrastre pero que claramente, con las medidas que están tomando, no lo vamos a resolver”, explicó.

“En la política –sostuvo- creo que hay una transformación básica y centralmente por el impacto que han tenido los medios de comunicación y la inmediatez de la comunicación en la vida política; eso ha modificado en parte las prácticas. Estamos en una etapa que, en algún sentido, es crisis de aquella vieja política del país de dos grandes partidos nacionales, PJ y UCR, con partidos provinciales y algunos partidos locales hacia un sistema mucho más frentista e inmediato basado en la construcción de frentes de coyuntura que tienen que ver más con candidatos que con la construcción de ideología, y a mí me parece que hay cambios inevitables y difíciles de revisar. Si las instituciones son los límites que nos ponemos a nuestro propio andar, que también sean los partidos los que tracen síntesis de ideas, que posicionen a los candidatos que tienen mejores ideas, tengan mayor compromiso y responsabilidad y que termine siendo una especie de casting para ver a quién le da mejor en uno u otro medio de comunicación”.

MASSA Y SU POTENCIAL

Galmarini, a quien todos conocen como “patito”, remarcó la figura de liderazgo que mantiene Sergio Massa dentro del Frente Renovador y las posibilidades que tiene de erigirse como el sucesor de Mauricio Macri en 2019. “Más allá de mirar las fotos que marcan las encuestas del momento, a las cuales yo les presto poca atención, sin duda apostamos a que Sergio (Massa) sea nuestro candidato, gane las legislativas y pueda ser nuestro próximo presidente”, afirmó.

LA SÉPTIMA Y EL “PASE” DEL AÑO

Sebastián Galmarini se expresó confiado de las posibilidades que puedan tener los referentes del massismo de la Séptima y, en especial, los dirigentes de Azul. “En la Séptima hemos hecho una elección muy importante habida cuenta de lo que fue el proceso previo, con un gobierno nacional que utilizó látigo y chequera de una manera pocas veces vista en nuestro país para doblegar dirigentes de distinta historia y proveniencia política e ideológica. Tenemos dirigentes que han sabido llevar adelante la elección, como Ulises Urquiza en el caso de Azul; o Ricardo Elizalde como diputado provincial; o Liliana Schwindt como diputada nacional; por Diego Di Salvo, que hizo una elección excelente en 25 de Mayo, y por dirigentes que se han ido instalando y que van a ser los próximos intendentes en sus pueblos. En la Séptima tenemos la oportunidad de poner en los primeros planos una nueva camada de dirigentes que piense más en la gente que en su propio crecimiento patrimonial”, manifestó “patito”.

Futbolero y apasionado simpatizante de Boca, Galmarini fue consultado acerca del “pase del año”, que precisamente no fue el ingreso de un jugador de renombre al plantel que comanda Guillermo Barros Schelotto. “Me parece que los que tendrían que dar prueba de si antes eran kirchneristas y ahora son macristas son los propios intendentes. Me gustaría escuchar alguna explicación de si antes estaban convencidos que el crecimiento económico en base a impresión de billetes y con una alta tasa de inflación y la modificación de los índices del país, y de si ahora les parece bien el nivel de estancamiento económico que planteó el gobierno, con una caída del consumo. Son cosas muy contradictorias como para poder explicarlas. Ojalá que más allá de las diferencias que tuve con el kirchnerismo y tengo con el macrismo, sea para el bien de los azuleños”, en obvia alusión al ingreso de Hernán Bertellys a las filas de Cambiemos proveniente del Frente para la Victoria. De hecho, consideró que esta convulsión política que esta circunstancia ha generado en Azul, “nos va a robustecer a nosotros”. “No solamente por las características de los miembros que forman parte de nuestro espacio, como Ulises o Diego Colman, sino centralmente por la coherencia política que hemos demostrado de decir que no existía tal polarización y que es mentira que hay que pensar la política en blanco y negro. En sistemas de mucho más oficialismo/oposición como es Gran Bretaña, donde hay conservadores y oficialistas o en Estados Unidos, con demócratas y republicanos, discuten desde hace años la manera de salir de ese encierro de que yo tengo que decir exactamente lo contrario de lo que vos opinás aunque no esté de acuerdo con eso que digo. Nosotros hicimos ese esfuerzo y si uno mira la foto de hoy la gente está valorando ese esfuerzo de no terminar absorbido de esa lógica polarizadora que intentaron imponernos en los últimos ocho años”.

 

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