El camino a la gobernación

El camino a la gobernación
La gobernadora electa es nieta de un caudillo del radicalismo, fue defensora del Pueblo en La Banda y luego jueza de Faltas. En 2005 se casó con Zamora, cuando él ya era gobernador.
Claudia Ledesma Abdala nació en 1974, es abogada y escribana. Está casada con el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y tiene tres hijos. A partir de ayer, además, es gobernadora electa de esa misma provincia. Pero esto no es todo lo que ella es. En los últimos días, cuando el Frente Cívico y Social la propuso como candidata a la gobernación, los relatos sobre su biografía comenzaron a ser objeto de disputa. La oposición levantó el fantasma de los Juárez. Y desde su espacio político salieron a acentuar sus recorridos políticos previos al matrimonio, sus pasos como funcionaria pública y la inscripción de su vida entre abuelos y padres que vienen del mundo de la política.

Zamora tiene 49 años, es abogado, militante radical desde los 17. Los que conocen su trayectoria política señalan que uno de sus principales rasgos se conoció en 2001. En ese momento era viceintendente de José Luis Zavalía, los dos de extracción radical y a cargo de la capital de Santiago. En el contexto de la crisis económica y social de entonces, en medio de la huida del presidente Fernando de la Rúa y de las movilizaciones, Zavalía se fue de la intendencia, pero Zamora se quedó, pese a las presiones de su espacio político. Dicen que en ese momento “logró enderezar la municipalidad”. Hizo un acuerdo con el peronismo para terminar los dos años de mandato. En 2003 se postuló a intendente y ganó las elecciones.

Un año más tarde, el gobierno nacional intervino la provincia. Zamora mantuvo su cargo de intendente en la capital provincial. En el año 2005, Nación abrió el proceso de elecciones para gobernador. La intervención y la Casa Rosada llevaron de candidato a José “Pepe” Figueroa. Zamora se presentó como candidato de la UCR. Y ganó. Fue el inicio de su primer mandato. Contó con el apoyo de Angel Rozas, que era el hombre fuerte del radicalismo en Chaco, y de Gerardo Morales, que hasta el día de hoy se queja cuando evalúa lo que fue sucediendo más tarde. Las buenas relaciones con la Rosada empezaron poco después. En la provincia se menciona como una de las primeras señales de sintonía con el kirchnerismo al hecho de que el primer Tedéum del que Néstor Kirchner participó fuera de Buenos Aires haya sido en Santiago. Mantuvo siempre buena relación con el gabinete. Y con Jorge Capitanich. En Santiago, a Zamora lo consideran un mimado de la Rosada. Ganó las elecciones por segunda vez en 2009, con el 85 por ciento de los votos, entre los porcentajes más altos de adhesión a nivel nacional. Siempre se mantuvo orgánico a los radicales K en el espacio político del kirchnerismo. Y en este momento es el único gobernador de ese espacio.

Claudia conoció a Zamora en 2005, cuando él recorría la provincia. Su abuelo fue caudillo del radicalismo en su pueblo, la ciudad de La Banda. Además es hija de un político ligado al juarismo, Oscar Ledesma, que ahora es funcionario del Frente Cívico y Social. En 2003 fue defensora del Pueblo en La Banda por el Movimiento Viable, de Héctor Chabay Ruiz, una alianza que incluía a un sector de la UCR. Y luego fue jueza de Faltas. La trayectoria política de ella cambió de forma a partir de 2005. Se casó con Zamora cuando él ya era gobernador. Ella se retiró de lo que suele leerse como “lo político” para asumir otras funciones. Empezó a ser nombrada y aparecer como “primera dama” o “esposa del gobernador”.

Su regreso al mundo de la función pública comenzó a definirse cuando la Corte Suprema de Justicia, ante una presentación judicial realizada por dirigentes radicales, vetó una nueva candidatura de Zamora a gobernador. En ese contexto anunció la postulación de Ledesma Abdala. En el oficialismo provincial, su figura no aparece como “la mujer de” sino como la única integrante del espacio radical más cercano a Zamora que podría garantizar la continuidad de un espacio político con integrantes de diferentes fuerzas y en crisis en el resto de las provincias. En ese sentido, Claudia Ledesma Abdala apareció como una de pieza de consenso clave, y tan política como Zamora.

“Militante de la política”

Silvia Borselino es docente e investigadora de la Universidad Nacional en Santiago del Estero, pero en este caso se inscribe como parte del espacio político ganador en Santiago. Ella es parte de las autoridades partidarias de Kolina en la provincia y sostiene que la gobernadora electa “asume esta responsabilidad no como la ‘esposa de’ sino como una ‘militante de la política’, porque así se lo pedimos los santiagueños”.

Frente a los cuestionamientos opositores que relacionaron la postulación de Claudia Ledesma Abdala con el antecedente de Carlos Juárez y Nina Aragonés de Juárez, Borselino es tajante: “Para mí no tiene punto de comparación, por dos razones fundamentales. Una, que la realidad histórico-política de Santiago del Estero es otra, totalmente distinta de la de hace diez años. Aunque uno puede decir que en términos históricos diez años no son nada, para nosotros ha significado muchísimo romper con la hegemonía del juarismo de 50 años. También crear una forma de participación política a través del proyecto nacional y popular, y ser parte de una militancia que estaba negada absolutamente en Santiago del Estero, eso le ha dado un oxígeno político a la provincia y a la militancia totalmente diferente”. Como segunda razón, plantea que “los santiagueños nos damos cuenta de cómo hemos crecido y evolucionado como provincia”. “Yo creo que, como les pasa a muchas mujeres en la Argentina, más allá de ser la esposa del gobernador, ella indudablemente está asumiendo un compromiso como militante política, y esto no es una cuestión menor. Muchas veces no la hemos visto con perfil público o militante fuerte porque ella estaba en otra etapa de su vida. También ahora se abren expectativas para observarla y ver cómo vamos adelante en este proceso. Me parece inapropiado y prematuro juzgarla a ella como que asume esta responsabilidad como ‘la esposa del gobernador’, ella asume esta responsabilidad como una militante de la política porque así se lo pedimos los santiagueños. Y como actitud hasta valiente en esta circunstancia con semejantes desafíos.”

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