Con presión dolarizadora, el ministro sufre la partida de su "alfil" Pablo Quirno, generando un clima interno que algunos comparan con “el último año de Sergio Massa”.
Eugenia Muzio
Prever qué va a pasar el lunes 27 de octubre es hacer ciencia ficción. Los mercados ya pusieron en precios un resultado en el que el Gobierno pierde por no más de cuatro puntos, pero ante cualquier sorpresa, el escenario es incierto. Nadie se aventura a decir qué va a pasar, y ni se lo espera el ministro de Economía, Luis Caputo, que se dedicó en los últimos días a anclar expectativas para calmar un escenario sobre el que pensó medidas sueltas, más que un nuevo programa.
Adipolo
"Se va a solucionar a mercado”, es la frase que repitió una y otra vez el equipo económico en cada reunión que tuvo con representantes de distintos sectores a lo largo de la gestión hasta ahora. La sensación transversal es que cualquier dificultad puntual tiene como respuesta la falta de una planificación a largo plazo. "Son financistas de corto plazo", definió un empresario de contacto habitual. Una dinámica que se acentuó desde julio, con la decisión de desarmar las LEFI que, dejó trascender Hacienda, fue una directiva de Casa Rosada. Como muchas otras herramientas que son “mala palabra” para el presidente Javier Milei y que Caputo quiso practicar.
El equipo económico llegó al viernes previo a los comicios legislativos con un dólar mayorista a $1.492, en el techo de la banda, y el riesgo país en 1.200 puntos básicos. Ni las intervenciones del Banco Central para volver a meter la cotización en las bandas, ni los aproximados USD 2.000 millones que usó el Tesoro estadounidense para mejorar la oferta en distintas ruedas bastaron para calmar la presión dolarizadora.
Bandas rotas y las proyecciones del mercado
Tanto en la City porteña como en el sector privado creen que las bandas están rotas, pero que igual el equipo económico las va a mantener al menos durante la primera semana después de las urnas. Las opciones que barajan en los distintos círculos económicos es que las bandas suban de escalón o se amplíen. Otra es sumar alguna restricción vía Banco Central, o activar un tramo del swap y que el dólar flote desde un piso más arriba.
Esas discusiones son las que tenía Caputo y compañía dos semanas atrás, antes de subirse al avión que los llevaría a Washington para reunirse con Scott Bessent. Junto a sus colaboradores diseñaban in situ medidas para cada uno de los escenarios que podrían suceder en el cortísimo plazo post elecciones, según pudo saber PERFIL. El condicionante de todas las variables es qué tan presente estará Estados Unidos.
Alineado a EE.UU., Javier Milei maximiza la lógica financiera con Pablo Quirno en Cancillería
Desde el 22 de septiembre -fecha del primer tweet de Bessent- que el Gobierno está esperando contundencia en alguno de sus mensajes. Y los agentes financieros también: hasta ahora, las intervenciones de EE.UU. sirvieron para aplacar momentáneamente las caídas en las pizarras y la suba del tipo de cambio, pero no lograron cambiar las expectativas de una devaluación o la credibilidad del programa vigente. “El mercado está esperando ver efectivamente si el Tesoro estadounidense empieza a comprar deuda soberana argentina. Que se vea en la pantalla quién es el comprador y qué precios está validando”, sintetizó la analista financiera y socia de PIN Capital, Laura Pereyra, en diálogo con CNN radio.
En la previa, el Central buscó enviar una señal de contención del tipo de cambio. Emitió un canje con privados de títulos dollar linked que vencen el 31 de octubre y que totalizan alrededor de USD 3.000 millones. Una operación que puede ser atractiva para los tenedores para evitar una eventual pérdida de ganancias si el gobierno decide sostener el precio de la moneda estadounidense en esa semana. “A los bancos les interesa pero no les cambia demasiado. Los plazos de vencimiento se alargan un poco”, explicó una fuente del sector bancario a este medio.
La silla vacía de Finanzas
Caputo deberá afrontar una nueva etapa pos elecciones sin su alfil más importante. Con el traspaso de Pablo Quirno a la Cancillería, al cierre de esta nota la Secretaría de Finanzas sigue vacía, en un momento más que clave por la negociación del salvataje estadounidense, la recompra de bonos anunciada y las conversaciones con los bancos extranjeros para un nuevo préstamo fondeado por privados, con algún tipo de garantía.
El dólar oficial subió y cerró a $1.515 en la previa de las elecciones
Un movimiento que tuvo una lectura de suma de poder para el jefe de Economía, pero que a su vez debilita su “equipo ganador”, de esos que “no se tocan”, según definían los días previos en el gobierno. La parte financiera es central en el diseño del programa económico- Una acción simbólica: al inicio de la gestión Quirno se mudó de oficina del séptimo piso del Palacio de Hacienda donde estaba Finanzas a un despacho del quinto piso, cerca de Caputo. Por lo bajo funcionarios de segunda y tercera línea le avisan a interlocutores del sector privado que, la próxima semana, su futuro es incierto. “La sensación es la del último año de Sergio Massa”, describió una voz empresaria en off the récord.
En agenda, el ministro de Economía tiene como primera aparición pública post comicios el cierre del evento anual de la Fundación FIEL el próximo 12 de noviembre.
Los tres escenarios posibles y la reacción de los mercados
La mayoría de las consultoras y análisis de mercado prevén tres fotos posibles con sus respectivas reacciones financieras. Para Criteria, el escenario positivo para La Libertad Avanza es el que obtiene un 40% de los votos, superando por 10 puntos porcentuales a la oposición dura (30%). Uno neutral es el que ambas fuerzas principales (LLA+ y oposición dura) alcanzan un 35% de los votos cada una. Un resultado negativo es el que la oposición dura logra un 40%, aventajando por 10 puntos porcentuales a LLA+ (30%).
Independientemente del escenario, incluso en el más favorable, el grupo de expertos entiende que el oficialismo no logrará la mayoría y enfrentará la necesidad de ampliar el diálogo y la negociación política para sostener una agenda de reformas estructurales. "En definitiva, maximizar el capital político durante la segunda mitad del mandato constituye, hoy, la expectativa predominante del mercado. Una señal en ese sentido -particularmente, una mayor disposición al entendimiento y la cooperación parlamentaria- podría actuar como catalizador de una reversión del actual clima de incertidumbre”, planteó en un documento.
Para Delphos Investment, un resultado positivo para LLA puede impulsar un “rally inmediato” de acciones y bonos dada “la postura defensiva actual del mercado”. Mientras que un batacazo de la oposición puede dar lugar a una "corrección adicional inmediata de hasta el 15%". Sin embargo, como los activos ya están deprimidos, creen que "el piso podría encontrarse rápidamente".




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