Por Mauricio Cantando

La Unión Cívica Radical intenta quedarse con la presidencia de la comisión bicameral de trámite legislativo, encargada de tratar la validez de los decretos firmados por el jefe de Estado, Javier Milei, que pueden ser anulados por el Congreso. Para evitar esa situación, La Libertad Avanza necesita establecer un marco de alianzas y, si quiere excluir al peronismo, no puede ignorar al partido centenario.

 

Con este panorama, quienes negocian cargos en las comisiones para la UCR empezaron a pedir la silla principal de la bicameral más relevante, que según la Constitución debe funcionar en forma permanente, sin importar si existe una convocatoria a sesiones extraordinarias.

Por lo tanto, debería conformarse esta semana y empezar a debatir los decretos de necesidad y urgencia (DNU) del Presidente. Los dos últimos fueron para declarar la emergencia energética y autorizar la emisión de instrumentos de deuda pública por hasta 2 billones de pesos.

 

 

El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció este lunes que pronto se conocerá un decreto con disposiciones diversas como desregulaciones (que Milei trabaja junto al extitular del Banco Central, Federico Sturzenegger) y modificaciones a la legislación laboral. A excepción de cuestiones penales, tributarias y electorales, casi todos los temas pueden definirse a sola firma, aunque para que perduren, se requiere de un aval parlamentario.

La pelea por los lugares

La bicameral de trámite legislativo trata sobre tres modalidades de decretos: los de necesidad y urgencia, los de delegación legislativa y los de promulgación parcial de leyes. Sus integrantes no deben definir sobre el contenido de estas medidas sino sobre su constitucionalidad; esto es, si el Presidente puede justificar haber omitido enviar proyectos de ley.

Los dictámenes, a favor o en contra, son tratados en los recintos y si ambas Cámaras deciden rechazar un decreto, lo anulan. El expresidente Mauricio Macri conoce bien el tema: en 2018 el Congreso le borró un DNU similar al que ahora quiere enviar Milei (con desregulaciones) y en otras ocasiones tuvo que modificar otros, antes que tuvieran el mismo destino.

A través de diálogos telefónicos, durante el fin de semana referentes de todas las bancadas del Congreso empezaron a negociar los 16 cupos de la bicameral de trámite legislativo. La vicepresidenta, Victoria Villarruel, logró agrupar a los bloques no peronistas para definir criterios de reparto de los lugares en las comisiones.

Con esta votación, en las bicamerales se estableció que sólo tres de los ocho lugares reservados para la Cámara alta sean para Unión por la Patria. En Diputados, el sistema de distribución definido en la sesión preparatoria favorece a la bancada peronista, porque excluye a los interbloques y establece un cálculo por sistema D'hont.

Con estas reglas, Germán Martínez, el jefe de UP en la Cámara baja, reclama cinco cupos en las bicamerales. En La Libertad Avanza pujan para darle sólo cuatro y al menos no permitirle al peronismo una situación de bloqueo. Pero lo más relevante es la presidencia de la comisión, porque desde ese lugar se definen los tiempos de los debates.

Como explicó Letra P, negociadores de LLA hicieron un intento para quedarse con ese cargo, pero chocaron con una tradición parlamentaria que impide darle la titularidad de las bicamerales a congresistas que recién ingresan.

Avanzada radical

Fuentes de la UCR del Congreso confirmaron a Letra P que pedirán la presidencia de la bicameral de trámite legislativo, que este año corresponde al Senado. En realidad, también debió ser encabezada por una figura de la Cámara alta los últimos dos años, pero nunca se constituyó porque la entonces vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, nunca envió los integrantes.

En la Cámara alta, la UCR tiene 13 integrantes, entre ellos el flamante presidente del partido, Martín Lousteau. Lidera esa bancada el correntino Eduardo Vischi, cercano al gobernador, Eduardo Valdés. Este grupo fue clave para el consenso antiperonista que cerró Villarruel y se hizo valer quedándose con dos prosecretarías: la administrativa (que fue para Lucas Clark) y la parlamentaria (asumió Dolores Martínez, cercana a Lousteau).

El próximo paso del partido centenario es quedarse con el control de la bicameral de trámite legislativo, que no será fácil negarle, porque el PRO y los partidos provinciales tendrán menos integrantes. "Es muy probable que sea para ellos", admitieron fuentes de LLA a Letra P. Por la Cámara alta, las negociaciones las lidera Bartolomé Abdala, flamante presidente provisional. Deberían definirse los próximos días. No mucho más.