La trama secreta del conflicto entre Alberto Fernández y Rodríguez Larreta por la coparticipación

La trama secreta del conflicto entre Alberto Fernández y Rodríguez Larreta por la coparticipación

La decisión de la Casa Rosada no tomó por sorpresa a la ciudad de Buenos Aires, que mantiene un buen diálogo con el ministro del Interior. El jefe de Gobierno porteño analiza cómo llenar el hueco financiero y prepara un recorte.

Por Federico Mayol.

Horacio Rodríguez Larreta sabía desde las primarias de agosto, que Mauricio Macri perdió por 17 puntos, que la puja por la coparticipación estaría tarde o temprano sobre la mesa de negociación con Alberto Fernández.

A última hora de la tarde del jueves, cuando los medios filtraron que el Gobierno había decidido quitarle al menos “un punto” de la coparticipación que transfiere a la Ciudad, y que Macri había incrementado del 1,9% al 3,7% en el verano del 2016 -después volvió a bajarla, al 3,5% de estos días-, el jefe de Gobierno bajó un mensaje unívoco a sus colaboradores: “Acá no pasó nada, seguimos dialogando”.

El lunes, Rodríguez Larreta se había reunido durante un largo rato con Eduardo “Wado” de Pedro, el ministro del Interior y el interlocutor oficial con el que el jefe de la Ciudad empezó a entablar un vínculo auspicioso desde fin de año. Se respetan mutuamente.

De Pedro y Rodríguez Larreta habían intercambiado teléfonos en medio de la campaña, después de un asado en el quincho de la casa de Sergio Massa, en la ciudad bonaerense de Tigre en el que participó, además del anfitrión, del ministro y del jefe de Gobierno, la entonces gobernadora María Eugenia Vidal. “Wado” es, para buena parte de la oposición -incluido el jefe municipal-, el dirigente más conciliador y racional de la agrupación La Cámpora, que tiene permitido vincularse de manera directa con el “círculo rojo”.

El ministro del Interior le había anticipado al jefe de Gobierno, en la primera reunión a solas que mantuvieron después del 10 de diciembre -el lunes 16, horas antes de la firma del acuerdo fiscal entre la administración central y las provincias-, que la negociación por la coparticipación se iba a acelerar.

A la mañana siguiente, preocupado, el jefe de la Ciudad convocó en Bolívar 1, la vieja sede del Gobierno porteño, a la mesa nacional de Juntos por el Cambio, que tenía la reunión en agenda. En Bolívar 1 están las oficinas de Martín Mura, el ministro de Hacienda municipal con el que Rodríguez Larreta conversa a diario no sólo por la negociación por la coparticipación, sino también por el resto de los temas de discusión entre la Nación del Frente de Todos y la Ciudad de Cambiemos: el Puerto de Buenos Aires, los subsidios a la energía y el transporte, el soterramiento que dejará de ser soterrado del Tren Sarmiento y la venta de terrenos de la administración nacional en la capital -como la Isla Demarchi-, entre otros.

Mura mantiene un canal de diálogo fluido con Silvina Batakis, la encargada de la relación con las provincias del Ministerio del Interior. Rodríguez Larreta y Diego Santilli también hablan seguido, informalmente, con Juan Manuel Olmos, el jefe de asesores del Presidente, que trata con ambos desde hace años. La quita de la coparticipación a la Ciudad había estado presente en este tiempo en los diálogos entre Olmos y los funcionarios porteños.

Como los gobernadores radicales, pero sin publicitarlo, Rodríguez Larreta tuvo un activo rol en el Congreso para que los legisladores de Cambiemos dieran quórum en la sesión exprés que terminó con la sanción de la emergencia económica antes de las fiestas. Por esos días, las charlas por la transferencia de fondos a la Ciudad ya estaban avanzadas.

Según pudo reconstruir este medio, el jefe del Estado incluso ya le había adelantado a Rodríguez Larreta en los primeros días de diciembre que la coparticipación que el Estado nacional transfiere a la administración local sería un tema a resolver una vez que asumiera la Presidencia, en aquella reunión en las oficinas de Puerto Madero que el Frente de Todos alquiló en forma temporaria para la campaña. Oficialmente, sólo informaron como tema principal que habían consensuado el retiro de las rejas de Plaza de Mayo.

Desde el Gobierno porteño se resignaron a que la baja de la coparticipación, que Macri incrementó por decreto, es un hecho. A pesar de que aseguran que los $85.000 millones que recibieron en el 2019 y los más de $120.000 millones que tenían previsto embolsar este año corresponden por el traspaso de la Policía Federal. En el Gobierno nacional retrucan el argumento. De hecho, en el entorno de Rodríguez Larreta, que, según sus colaboradores, sólo analiza recurrir a la Justicia como última opción y en caso de no haber entendimiento, remarcan que están dispuestos a conversar sobre “los gastos de la policía”. Es decir, qué corresponde financiar desde el Gobierno central y qué no.

Después de que este jueves trascendiera en los medios la decisión de la Casa Rosada, el jefe de Gobierno ordenó respetar a rajatabla la decisión de no hablar con la prensa que ya había adoptado desde que ganó las elecciones para no enturbiar las negociaciones con el Gobierno. Y se mostró conciliador en las redes sociales. Por el contrario, dirigentes y legisladores del PRO, la UCR y la CC salieron con los tapones de punta.

“Está todo bien con la Ciudad, estamos conversando. Él (por Rodríguez Larreta) lo entiende y vamos a trabajar juntos, no hay por qué sobresaltarse”, aseguró este viernes al mediodía el Presidente en diálogo con los periodistas acreditados en Casa Rosada.

Y dejó las negociaciones en manos de “Wado” De Pedro, que en los últimos encuentros le transmitió al jefe de Gobierno porteño que el espíritu, al menos por ahora, no era el de la confrontación política. Los colaboradores más históricos de la Ciudad dicen que el estilo les recuerda al de Néstor Kirchner: te subía “al ring” y después negociaba.

En tanto, Rodríguez Larreta, que ayer ratificó su “vocación de mantener un diálogo constructivo”, analiza opciones para llenar el hueco financiero que, más temprano que tarde, oficializará la Casa Rosada con el recorte de la coparticipación. Este año, por lo pronto, embolsará unos $20.000 millones de Ingresos Brutos por la firma del nuevo pacto fiscal, que suspendió el del 2017. Funcionarios locales subrayaron ante este medio que, en forma paralela, el jefe de Gobierno “prepara el recorte”.

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