La "tijera" llega a las cajas de los municipios bonaerenses

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Intendentes peronistas y de Cambiemos ajustan partidas y estructura. Siguen la línea de Macri y Vidal. 

La receta es parecida: fusionar secretarias y direcciones, reducir cargos políticos y afinar los presupuestos. Preparados para un 2018 marcado por la "responsabilidad fiscal" los intendentes bonaerenses también ajustan sus números.

 

Se acoplan a una tendencia doble: el recorte que Mauricio Macri encaró a nivel nacional y la réplica bonaerense que llegará en estos días a la Legislatura para achicar la monumental estructura estatal de la provincia.

Lo hacen, sin distinción, oficialistas y opositores. Algunos con más profundidad que otros. En Moreno, por caso, el ultra K Walter Festa anunció -corrido por un déficit crítico- un ajuste "profundo" y anticipó que, a diferencia de otros distritos, adherirá al Pacto Fiscal promovido por María Eugenia Vidal.

Pero el "bisturí" lo pasarán, también, Julio Garro en La Plata, Ariel Sujarchuk en Escobar, Martiniano Molina en Quilmes, Juan Zabaleta en Hurlingham, Ramiro Tagliaferro en Morón, Gabriel Katopodis en San Martín y Diego Valenzuela en 3 de Febrero, entre otros.

Festa, al que la Provincia debió asistir para el pago de salarios, definió un esquema para bajar a 4.900 la planta de empleados, no renovará contratos y, además, lanzó una moratoria para mejorar la recaudación para achicar el déficit.

Garro, en La Plata, logró la sanción del Presupuesto 2018 que aplica un recorte de 30% en gastos políticos que, explicaron a Clarín, implica un ahorro de $ 67 millones que se destinarán a obras públicas. También se ajustó el presupuesto del Concejo Deliberante.

En Morón, Tagliaferro achicó un 20% el gasto político en el municipio y se replicó ese ajuste en el Concejo. Su vecino, Valenzuela -también de Cambiemos- recortará 20 cargos del organigrama municipal, a la vez que define un recorte del gasto corriente "de entre 10 y 15%" que destinará a servicios y obras.

Molina, intendente de Quilmes, avanza en la misma dirección: aplicará un ajuste del 30% en los cargos políticos, con la eliminación de secretarias y fusión de otras áreas, que supondrá uno de los ahorros más grandes: $ 73 millones.

En Escobar, Sujarchuk -que asumió en 2015- detalla que bajó el gasto en 8% y planea bajarlo otros 7% a partir de una reducción del 30% de estructura política, lo que repercute sobre la masa salarial anual.

Zabaleta, el peronista que gobierna Hurlingham, encaró un proceso de reducción y simplificación del organigrama municipal que consiste, en esencia, en fusionar áreas de interés similar. "Al achicar la estructura se eliminan ravioles que implican gastos", detallan desde el distrito.

En San Martín, Katopodis -que va por su segundo mandato- decidió enfocarse en la mejora en la recaudación para reducir la presión impositiva sobre PyMEs y comercios, además de subsidios a clubes y otorgar exenciones de tasas a 8 mil jubilados.

La mayoría de los que ajustan el gasto asumieron en 2015. Algunos no pudieron hacer, en 2016, el reacomodo y otros ya entonces pasaron el bisturí al inicio de sus gestiones, como es el caso de Mariano Cascallares en Almirante Brown cuando eliminó varias secretarias.

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