Los intendentes peronistas de la Provincia de Buenos Aires están convencidos de que las elecciones de este año servirán para frenar la ola amarilla que comenzó en 2015 y se extendió en 2017 en muchos de los territorios. Sin embargo, los planes de Cambiemos de ampliar la cantidad de municipios, ya sin desdoblamiento y con la figura de María Eugenia Vidal en la boleta, continúan. Algunos jefes comunales saben que forman parte de una lista de localidades a conquistar, pero resisten y desafían con su propia nómina de localidades con posibilidad de recuperar.   En los comicios legislativos de 2017 Cambiemos se alzó con el triunfo en General San Martín, gobernado por Gabriel Katopodis, lo que ahora hace entusiasmar al oficialismo con la conquista de esta intendencia. Sin embargo, el escenario no es el mismo: los candidatos a concejales de Katopodis habían competido con la boleta de Florencio Randazzo y la división del peronismo jugó en contra. Esta vez, el peronismo llegaría unido. Además, desde la intendencia detallan que será difícil para Cambiemos hacer campaña en el distrito ya que no tiene obras para mostrar. Las pocas construcciones que inició María Eugenia Vidal están paralizadas y muchas otras figuraron en los presupuestos 2016, 2017 y 2018, pero nunca arrancaron, denuncian. En Hurlingham se da un escenario parecido ya que el intendente, Juan Zabaleta, colgó a sus candidatos a concejales en la lista de Randazzo. En este distrito, la boleta a senadora de Cristina Kirchner ganó por cerca de 200 votos, pero en el resto de las categorías el triunfo fue para Cambiemos. Hoy Zabaleta está con la ex presidenta, por lo que tampoco habrá dispersión peronista. Aseguran que el malestar social que se incrementó en los últimos meses hacen que el PRO no pueda hacer campaña en el territorio. Una encuesta de enero de Agora Consultores da que la boleta de Zabaleta obtiene el 51% de los votos frente al 19% de Lucas Delfino. Tigre y San Fernando son otros dos distritos de la primera sección que están en disputa. En el primero, el jefe comunal, Julio Zamora, sabe que puede perder la elección en manos de Segundo Cernadas, por lo que fue uno de los primeros alfiles de Sergio Massa en mostrar unidad con el kirchnerismo. En la intendencia reconocen que la elección dependerá de qué decida hacer el ex diputado nacional en su territorio: “Si Massa pone un candidato propio, la elección puede ser para cualquiera”, admiten. En San Fernando, Luis Andreotti llegó a la intendencia de la mano de Massa. Aunque sigue en sus filas, rápidamente mostró independencia y en los últimos años logró la victoria gracias al corte de boleta. Esta vez, el candidato será Juan Andreotti, actual diputado provincial e hijo del intendente. Para ganar, buscarán municipalizar la elección. La gestión de Andreotti tiene altos niveles de aceptación, por lo que buscarán que la figura de Vidal en la boleta a gobernador no arrastre un triunfo de Cambiemos en esta localidad. “En Malvinas Argentinas se da la particularidad de que Cambiemos es lo viejo”, dicen desde el distrito comandado por Leonardo Nardini que ganó la elección contra Jesús Cariglino, un peronista que ahora quiere competir con la boleta de Vidal. A pesar de que la figura del ex intendente es fuerte, en 2017 la boleta local de Nardini fue una de las pocas que rozó el 50%, por lo que rechazan de manera rotunda estar entre uno de los distritos “ganables” para Cambiemos. En Florencio Varela e Ituzaingó el escenario es más complejo para los peronistas. En Florencio Varela será la primera vez después de muchos años en la que el nombre del ex intendente Julio Pereyra no estará en la boleta. En Ituzaingó, creen que las más de dos décadas en las que gobernó Alberto Descalzo, servirán para lograr la renovación con Gastón Di Castelnovo, un joven de La Generación (escuela de líderes políticos del PRO). Además de pelear para conservar sus distritos, los peronistas apuntarán a ganar otros y así desafiar el avance de Cambiemos. Tienen su propia lista de posibles victorias: General Rodríguez, San Vicente, Pilar, Quilmes y Tigre. También creen que los números de la ex presidenta en la tercera sección electoral pueden arrastrar algún triunfo en distritos en donde las intendencias de Cambiemos tienen una fuerte aceptación, pero no así la de Macri, como es el caso de Lanús.