Molesto con sus oscilaciones, el macrismo se prepara para confrontar con Massa

Molesto con sus oscilaciones, el macrismo se prepara para confrontar con Massa

El proyecto para frenar importaciones agravó las diferencias que se venían exhibiendo

 

reció un enojo repentino y espontáneo, producto de la bronca contenida. Pero los términos que usó el presidente Mauricio Macri el lunes, desde China y en referencia a Sergio Massa ("irresponsable", "poco serio", "debería estudiar antes de hablar"), no fueron casuales del todo casuales. Los repitió, al otro día, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y se repetirán cada vez que sea necesario.

Los seguidores del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba creen haber encontrado la llave para golpear al líder del Frente Renovador: en los focus que maneja el Gobierno, la frase que afirman se repite es: "Me gusta lo que dice, pero no le creo".

El objetivo de "desenmascarar" a Massa y asociarlo a la "ambición sin escrúpulos" será permanente, afirmaron a LA NACION primeras espadas de Pro, aunque una ruptura total hoy parece impensable.

Con viejas cuentas pendientes con Massa, que vienen de los cierres electorales de 2013 y 2015, Macri acumuló malestar contra su ex aliado. Dos ministros le informaron vía mensajito de texto, casi desde el otro lado del mundo, al Presidente, sobre los dichos de Massa y su proyecto para suspender importaciones por cuatro meses.

Al día siguiente, cuando el equipo de comunicación que lidera Marcos Peña le acercó los detalles, Macri la calificó en la intimidad de "locura" y pospuso por un rato sus encuentros con los líderes del G-20 para responder en términos inusualmente duros la propuesta de Massa.

"Más que enojado, Mauricio estaba decepcionado con un tipo joven, que no es un gurka como los K y que puede ser la alternativa, pero que propone algo que nos complica, justo cuando el mundo está enamorado de nosotros y tiene ganas de invertir en el país", lo definió un consejero del Presidente con despacho en la Casa Rosada.

Ventajas y chicanas

"La chicana puede más que el sentido común", agrega otro asesor, que también conoce el pensamiento del Presidente. "«Ventajita» Massa lo hizo de nuevo", terció un funcionario que comparte la cotidianeidad del Presidente y a menudo se hace eco de su pensamiento.

En los últimos días, algunas otras iniciativas fueron en ese mismo sentido. Unas más ingenuas, como la de la secretaria de Relaciones Parlamentarias Paula Bertol, quien le regaló a Margarita Stolbizer, cada vez más cercana a Massa, una biografía no autorizada del diputado bonaerense. Otras más feroces, como la foto distribuida por Elisa Carrió en la que se ve a Massa con familiares y allegados de Ibar Pérez Corradi, sindicado como autor ideológico del triple crimen de General Rodríguez.

"Carrió actuó sola. Nadie le sugiere ni ella avisa lo que va a hacer", se despegan en Balcarce 50. Las acusaciones fueron rechazadas por el massismo.

Pero el ataque discursivo tendrá límites muy concretos: el Gobierno necesita de Massa para aprobar el presupuesto 2017, y lo mismo ocurre en tierra bonaerense, donde María Eugenia Vidal tiene anudado un pacto con el massismo que la ha traído tranquilidad en la gestión.

"A veces él puede ser tribunero, y eso te da bronca. Pero no vamos a acelerar nada, necesitamos dos tercios de los votos para el presupuesto", afirmaron muy cerca de la gobernadora, que defiende los acuerdos con el massismo puertas adentro.

En el Congreso, las espadas de Cambiemos también se preparan para una dura negociación por el Presupuesto 2017 con los referentes de Massa, tanto los económicos como los políticos que más temen: Graciela Camaño y Felipe Solá.

Un referente bonaerense de Pro que no suscribe la idea de atacar a Massa justificó sus movidas. "Creo que él, por su necesidad de mantenerse en el centro del ring, va a ir endureciendo el discurso, y es lógico. Nosotros ahí veremos que forma toma esa relación", afirmó el cacique provincial.

Otros dirigentes siguieron con preocupación los dichos de Macri y Cabrera, porque creen que al criticar (e incluso nombrar) a Massa "lo ponen a la misma altura que al kirchnerismo y lo levantan". Los buenos números de Massa en las encuestas, a la par de los que ostenta Vidal, son seguidos con atención en la cumbre del poder.

Habrá tregua y vocación de diálogo, dicen en la Casa Rosada, pero no más allá de diciembre, cuando terminen la discusión por el Presupuesto y otras leyes importantes. Entonces, darán por concluida la luna de miel, con las elecciones del año próximo a la vuelta de la esquina. Mientras tanto, la estrategia de "desenmascarar" a Massa convivirá con las necesidades políticas.

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