Como ocurrió cuando quería ser vice y fracasó, se impuso el ala política.
Marcos Peña quedó desplazado del centro de decisión de Mauricio Macri prácticamente por primera vez en cuatro años con la elección de Miguel Pichetto como el compañero de fórmula del presidente.
En el Gobierno aseguran que desde hace semanas Peña tuvo que suavizar la perilla de su inflexibilidad y abrirse a otras ideas. El jefe de gabinete no tuvo otra opción que aceptar la apertura de la fórmula. Primero se encargó de filtrar a los principales medios que la Rosada le ofrecería la vicepresidencia a la UCR. Pero eso no fue suficiente.
Los propios radicales querían un volantazo que incluso los dejara afuera a ellos de la fórmula. Lo pidieron públicamente Alfredo Cornejo y Gerardo Morales y lo sugirió personalmente Ernesto Sanz, que rechazó la oferta de Macri para compartir el binomio.
Los radicales se plegaron al ala política del PRO, representada por Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Nicolás "Nicky" Caputo, entre otros. Estos últimos le propusieron a Macri hasta el hartazgo que abriera el gobierno al peronismo. "Pichetto es un capo", dijo José Torello, compañero del Newman de Macri y Caputo la semana pasada ante periodistas.
Este martes Frigerio recibió felicitaciones por parte de funcionarios que lo ubicaron como el factótum de la fórmula. Lo mismo sucedió con los senadores que intercambiaron mensajes con el ministerio del Interior.
Fue Marcos Peña, con la ayuda de Jaime Durán Barba, quien blindó el Gobierno durante cuatro años del ingreso de peronistas.
La "derrota" de Peña, que este martes debió salir a explicar ante la prensa por qué sumaban a un peronista que hasta hace unos días criticaba al gobierno de Macri, recordó a su frustrado intento por convertirse en vicepresidente en 2015.
En aquella ocasión, el entonces secretario general de la jefatura porteña hizo lo que tuvo a su alcance para que Macri lo ungiera como vice pero se chocó con esa ala política que eligió el pragmatismo y se inclinó por Gabriela Michetti.
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