Unión por la Patria es el rival más temido de Unión por la Patria en la Tercera sección de Buenos Aires

Unión por la Patria es el rival más temido de Unión por la Patria en la Tercera sección de Buenos Aires

El oficialismo pone en juego las seis bancas que ganó en 2019, cuando arañó el 60% de los votos y le sacó 30 puntos de diferencia a JxC. Nueve senadurías y un León al acecho.

Por Macarena Ramírez

La Tercera sección electoral es el histórico bastión peronista de los millones de votos donde se apalancan las elecciones bonaerenses e incluso las nacionales. Esta región es el principal desafío de Unión por la Patria (UP) para retener la provincia de Buenos Aires. Va a las urnas con un batallón de intendentes con mil batallas sobre el lomo y la certeza de que en la región anida el voto oficialista, pero además de intentar contrarrestar una posible ola amarilla, pelea contra otros dos rivales: la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner en la boleta y la vara altísima que dejó en 2019, cuando consiguió seis de las nueve senadurías que se ponen en juego ahora.

El gesto que la vicepresidenta tuvo este jueves al reaparecer públicamente luego de veinte días para brindar un potente e inusual respaldo al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, da muestras de la importancia que los gigantes de la Tercera tienen para el oficialismo. Axel Kicillof se juega allí la reelección en Buenos Aires.

Recibí a Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, que vino a mostrarme varios proyectos que tiene en marcha en el municipio.

La Tercera es la más grande de las ocho secciones en que está dividida Buenos Aires. Tiene 4.836.237 personas habilitadas para votar, según los datos de la Junta Electoral bonaerense para la elección de 2021. De los diecinueve partidos que la componen, catorce están gobernados por el peronismo. La oposición comanda los restantes cinco, de los cuales el más grande es Lanús.

Ese batallón de intendentes peronistas –tres mujeres– está al frente de la campaña recolectando votos. Saben cómo hacerlo y están urgidos por la necesidad de lograr la reelección. Los votos que consigan para sí servirán, además, para empujar en la contienda bonaerense. La dirigencia bonaerense lo repite hasta el hartazgo: “En esta elección se tracciona de abajo para arriba”. Es por eso que la estrategia es municipalizar las elecciones y esquivar la discusión nacional con una inflación desbocada y el dólar por las nubes.

La dirigencia sabe que el conurbano sur es terreno fértil para buscar los votos que necesita el peronismo. Desde el regreso de la democracia, jamás perdió una elección. En 2013, entre la alianza Frente para la Victoria de CFK y el Frente Renovador de Sergio Massa, el peronismo se quedó con más del 80% de los votos. En las elecciones legislativas de 2021, cuando Juntos ganó la provincia por mínimo margen, el Frente de Todos ganó por más de trece puntos de distancia en la Tercera.

El problema para el oficialismo es que también es la región donde más pega el voto K y la vicepresidenta no está en la boleta. Por eso, como contó Letra P, juega la carta de los afiches, incluyendo a La Jefa en la cartelería callejera junto a los precandidatos regionales.

El otro gran desafío de la dirigencia peronista en esta sección es no perder drásticamente contra sí mismo. Es que en la elección de 2019 el FdT le sacó treinta puntos de diferencia a Juntos (59/29) y obtuvo seis de las nueve bancas que se pusieron en juego, por lo que para no perder representantes en un Senado que hoy está empatado debería al menos igualar sus propios resultados, algo poco probable, por no decir imposible.

Juntos también tiene complejos desafíos en una sección en la que corre desde abajo y donde lo acecha el fantasma de la ultraderecha liderada por Javier Milei. Según proyecciones de mesas de campaña de la coalición opositora, los liberales podrían arrebatarle una de las tres bancas que tienen en el Senado.

“Históricamente metemos tres senadores por la Tercera, pero este año el esquema puede cambiar por la aparición con tanta fuerza de los liberales. Tenemos que lograr que, si obtienen una banca, se la quiten al peronismo y no a nosotros”, dijo a Letra P una fuente con asiento en la sección que plantea dos escenarios: un reparto de seis, dos y una, con mayoría para el peronismo; y otro con cinco, tres y una. La misma fuente reconoce que ganar una banca y quedarse con cuatro de las nueve es una tarea “compleja”, casi imposible, porque necesitarían más del 40 por ciento de los votos.

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