Tras la caída de Trump, el Brasil de Bolsonaro enfrenta un inédito aislamiento internacional

Tras la caída de Trump, el Brasil de Bolsonaro enfrenta un inédito aislamiento internacional

Sin Trump en la Casa Blanca, el gobierno brasileño se encuentra en un inédito contexto de aislamiento que incluye a la mala relación con China y la Unión Europea.

Jair Bolsonaro tiene varios frentes abiertos en su país: el coronavirus, la crisis económica, la disputa con la oposición y un escenario internacional complejo. 

La caída de Donald Trump en Estados Unidos lo pone en aprietos debido a que su salida le resta un aliado de peso y lo deja huérfano como defensor del proyecto antiglobalista, negacionista del cambio climático y el coronavirus y escéptico del multilateralismo. 

Las primeras horas de gobierno de Joe Biden sirvieron para dejar claro sus prioridades, uno de ellos es la defensa del cambio climático y el retorno de acuerdo de París. Esto incluye un tema sensible para Bolsonaro: el Amazonas. Como sucedió con Europa cuando el presidente de Francia Emmanuel Macron propuso un fondo de emergencia del G7 , Estados Unidos tendrá en cuenta las políticas ambientales para firmar acuerdos de libre comercio y, como sucede con el pacto Mercosur-Unión Europea,  lo que haga   Brasil con el Amazonas será un freno. Para las potencias occidentales la amazonía es patrimonio de la humanidad, para Bolsonaro es un tema de soberanía nacional.

Por eso, la carta enviada por Brasil en motivo de la asunción de Biden muestra un grado de cordialidad que se aleja de la frase "cuando se acaba la saliva, hay que tener pólvora" en advertencia a las intenciones de la Casa Blanca de entrometerse en el Amazonas. 

En ese marco, LPO dialogó con el periodista y columnista de Valor Económico y profesor de IBCM, Bruno Carazza, quien planteó sobre la futura relación entre Estados Unidos y Brasil que "Biden asume el gobierno en una situación muy complicada, con una conjunción de crisis relacionadas con la pandemia, la economía y la polarización de la sociedad estadounidense. En este contexto, creo que, además del tema de la inmigración, América Latina en general y Brasil en particular atraerán poca atención de Biden en los primeros meses y años de gobierno". "La única excepción puede ser el tema ambiental, y en este sentido es probable que EE.UU. se alinee con la presión que ya ejercen los países europeos sobre la gestión brasileña en la Amazonía", agregó.

En relación al tono de la carta, Carazza consideró que "sorprende positivamente por su tono moderado, menos centrado en la ideología y más en cuestiones prácticas, principalmente económicas. Señala que el gobierno de Bolsonaro sintió el impacto de la derrota de Trump y ahora corrige la ruta ante nuevos aires en la política estadounidense".

"La victoria de Biden sobre Trump refuerza la creencia de que la búsqueda de soluciones multilaterales a los problemas globales, como la pandemia o el calentamiento global, volverá a ser el camino preferido por los principales líderes mundiales. Es necesario reorientar la posición ideológica del gobierno de Bolsonaro en relación con la política exterior", añadió el periodista brasileño.

Por su parte, el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, Mauricio Santoro, planteó que "en sus dos primeros años en el cargo, Bolsonaro buscó una relación preferencial con Trump, más que con Estados Unidos. La política exterior brasileña tendrá que adaptarse a esta nueva realidad y prepararse para enfrentar las rigurosas demandas del gobierno de Biden en temas de medio ambiente, derechos humanos y combate a la pandemia".

Desde la campaña presidencial, Biden ha mencionado la necesidad de presionar a Brasil para que controle la deforestación en la Amazonía. Su principal asesor diplomático para América Latina, Juan González, es crítico con el gobierno de Bolsonaro  y esto en el nuevo escenario político en Estados Unidos priva a Bolsonaro de su principal aliado internacional. 

Para Santoro "la carta sorprende positivamente por su tono moderado, menos centrado en la ideología y en cuestiones más prácticas, principalmente económicas. Sé que el gobierno de Bolsonaro sintió el impacto de la derrota de Trump y ahora corrige el camino de cara a la nueva política estadounidense". 

La victoria de Biden no es el único problema para Trump. China también empezó a poner condiciones luego de sistemáticos ataques del ala ideológica del gobierno que se sumó a la retórica del "virus chino", entre otras aseveraciones que generaron las respuesta inmediata de la embajada china en Brasil.

Ahora Brasil negocia la llegada de la vacuna china coronavac pero, según informaron medios brasileños, Pekín puso como condición la salida del Canciller, Ernesto Araujo, representante del ala ideológica y admirador de Donald Trump.

Hay quienes dicen que esto no es así y que el bolsonarismo utiliza la supuesta presión para reforzar la defensa de Araujo. De todas formas, en este tiempo, la diplomacia del gigante asiático se tornó más agresiva para responder acusaciones y defender sus intereses. Un ejemplo de esto es con Australia quien, además de la narrativa antichina, decidió prohibir a Huawei. 

En ese sentido, como adelantó este medio, la presión también incluye la instalación de la red 5G de Huawei que un sector del bolsonarismo resiste por alinearse a "Clean Network", un programa de seguridad nacional impulsado por Trump que propone "proteger la privacidad y la información sensible" de China y contempla la eliminación de la tecnología de las tiendas de aplicaciones estadounidenses.

 Según pudo saber LPO, a pesar de haber respaldado a Ernesto Araujo en público, el presidente brasileño se encuentra evaluando la situación y se baraja la posibilidad de un militar en el área de Relaciones Exteriores, uno de los nombres que suenan es el del almirante Flavio Viana Rocha, hombre de extrema confianza de Bolsonaro que tiene la misión de normalizar la relación con Argentina y fue figura clave para la realización del encuentro virtual entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro.

De esta manera, la victoria de Biden sobre Trump, los cortocircuitos con Europa por la agenda ambiental y la tensión con China  obliga a Bolsonaro reorientar la posición ideológica en relación a la política exterior para evitar un aislamiento que no condice con el peso especifico de la potencia sudamericana. 

 

Por Augusto Taglioni

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