"No somos gobierno": Mauricio Macri armó una mesa chica para desbullrichizar al PRO

Busca mitigar la influencia de la ministra. Macrismo puro y verticalidad para revitalizar el partido. Abre una nueva etapa en su sociedad con Javier Milei.

 

Por Juan Rubinacci

Mauricio Macri está de regreso. Tras asumir la conducción del PRO, el expresidente impulsa un operativo para limpiar del partido que fundó todo rastro de impronta de quién -en los papeles - lo había conducido hasta ahora: exsocia y ministra libertaria, Patricia Bullrich, que sin disimulo impulsa una fusión amarilla con La Libertad Avanza.

El puntapié macrista fue con el debut de su nueva mesa política, a la que le bajó un mensaje claro para mirar la administración de Javier Milei: "No somos gobierno". Verticalidad y caras nuevas para revitalizar al partido que supo construir, fueron sus pedidos.

La reunión, que se realizó durante el mediodía de este martes en las oficinas que Macri tiene en Olivos, duró una hora y media clavada, y sirvió para trazar los lineamientos que el ingeniero pretende en esta nueva etapa. Atentamente lo escucharon los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Nacho Torres (Chubut); el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; los intendentes Soledad Martínez (Vicente López) y Guillermo Montenegro (Mar del Plata); los diputados Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal; el concejal santiagueño y secretario general del PRO, Facundo Pérez Carletti; y el exsecretario general de la Presidencia macrista, Fernando De Andreis.

 Repitan conmigo: "No somos gobierno"

En primer lugar, Macri le puso fecha de vencimiento al acompañamiento irrestricto del PRO a Milei: será hasta el tratamiento de la ley ómnibus XS y, después, el presidente propone que el partido retome un rol de oposición “apoyando lo que haya que apoyar y discutiendo lo que haya que discutir”, según apuntó una fuente que estuvo en el edificio de Vicente López.

Durante el encuentro, que no tuvo foto oficial ni posteos en las redes sociales, repitió en varias oportunidades la palabra “humildad” para ubicar a su dirigencia en el lugar que la sociedad la colocó en las elecciones del año pasado (Juntos por el Cambio salió tercero) y remarcó que no aún no hay clima electoral. Esto último abrió paso para uno de los capítulos más jugosos del mitin: la interna.

Si bien se evitó dar nombres, la ausencia de Bullrich y de Damián Arabia (vicepresidente segundo del partido y alfil de la ministra de Seguridad) fue elocuente. Para el exmandatario, que ella sea parte del Gobierno la corre de la escena de toma de decisiones partidarias, sobre todo ante la idea del nuevo Macri de no cogobernar con Milei.

Otro nombre que evitó ser mencionado en la charla fue el de Diego Santilli, quien en principio estaba invitado, pero por cuestiones de agenda en la Cámara de Diputados no asistió a la convocatoria de Macri. “El Colo bajó un cambio”, grafican a Letra P en la mesa macrista, ante las reiteradas muestras de apoyo al Gobierno del excandidato a gobernador.

Bullrichistas, ¡afuera!

La postura de Santilli, que lo asemeja casi a un libertario más, responde a su intención de ser el candidato de la convergencia en 2025, lo que Macri observa como peligroso por la imposibilidad de su partido de no poder volver a ser oposición si al Gobierno le va mal. Otro nombre que tampoco se mencionó fue el de Horacio Rodríguez Larreta.

El exjefe de Gobierno porteño pasó al ostracismo macrista tras la dura derrota en la interna que protagonizó con Bullrich el año pasado. Está afuera de todo tipo de decisión partidaria.

Más allá de estos casos puntuales, la línea de dirigentes convocados excluyó a todo dirigente con bullrichismo en sangre, por lo que no estuvieron dirigentes como Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, ni el operador de la ministra, Pablo Walter. Macri sabe que comparte buena parte de su electorado con Milei, por lo que el desafío será diferenciarse del libertario apostando a las raíces del PRO que, entiende, se desdibujaron en los últimos años.

Sobre la segunda mitad del encuentro, el anfitrión trazó dos ejes más que resonaron fuerte: verticalidad y las nuevas caras. El expresidente entiende que cuando se corrió de la conducción del partido para darle paso a Bullrich, el PRO diversificó demasiado sus vocerías en sus distintas expresiones. La entonces presidenta partidaria, Vidal y Larreta formaban un coro demasiado amplio que no entonaba la misma melodía. El antídoto, según Macri, es la verticalidad: ahora manda él. Por otro lado, el borrador anota varios apellidos nuevos, para ofrecerle al partido una renovación de rostros y de gestión. Es decir, ofrecer a la opinión pública dirigentes que vuelvan a representar lo que alguna vez fue el PRO.

Allí aparecen Soledad Martínez, intendenta de Vicente López que trabaja hace mucho en el espacio pero que cobró notoriedad recién cuando Jorge Macri abandonó el sillón municipal y se mudó a CABA. Ahora, además, es la vicepresidenta del partido. Otro nombre es el de Ramón Lanús, el jefe comunal de San Isidro que destronó al clan Posse y que se reunió con Macri el lunes. Según le contaron a Letra P fuentes de ese distrito, el expresidente y el alcalde habían mantenido una reunión por Zoom los días previos y concretaron el encuentro para hablar de proyectos y planes de gestión.

La idea de Macri es armar una liga de intendentes y referentes territoriales del PRO para volver a escuchar de primera mano las necesidades de la sociedad. El puntapié inicial será la semana que viene en Saladillo, donde se reunirá con referentes de la Séptima sección electoral. Tras ello, “vamos a hacer la presentación pública del partido y las nuevas autoridades, después de la aprobación de la ley de bases”, confirmó Martínez al finalizar el encuentro.

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