Rodolfo Tailhade: “Es una operación berreta armada por Robles y Rosatti para atacar el juicio político a la Corte”

Rodolfo Tailhade: “Es una operación berreta armada por Robles y Rosatti para atacar el juicio político a la Corte”

El diputado kirchnerista dice que no tuvo relación alguna con el policía retirado Ariel Zanchetta, aunque admite que mantuvo comunicaciones con él a través de su cuenta de Telegram

 

Laura Serra

El diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade está en el ojo de la tormenta. Tras la difusión de una investigación judicial sobre espionaje ilegal en la que aparece involucrado, el legislador dijo que no tiene ninguna relación con uno de los detenidos en la causa –el policía retirado Ariel Zanchetta- y, a manera de contraofensiva, acusó al presidente de la Corte Suprema Horacio Rosatti y al director de su vocalía Silvio Robles, de montar esta “operación berreta” para “atacar el pedido de juicio político” que el oficialismo impulsa contra el máximo tribunal.

“A mí me involucran en esta causa por una ‘opereta’ armada por Robles y Rosatti. Si bien es cierto que tuve alguna comunicación con este hombre -Zanchetta-, nunca me reuní con él, no lo conozco. No sé quién es. Yo no tengo nada que esconder y no les tengo miedo, ni a la mafia de Comodoro Py ni a Robles ni a Rosatti”, enfatizó Tailhade a LA NACIÓN.

Según trascendió del informe que elaboró el fiscal Gerardo Pollicita, el expolicía Zanchetta ofreció por Telegram al diputado Tailhade los supuestos chats obtenidos de manera ilegal de los jueces, fiscales y funcionarios del gobierno porteño que viajaron a Lago Escondido, invitados por ejecutivos de Clarín. En esas conversaciones, Zanchetta le dijo que recibió los supuestos chats de los jueces de parte de personal de inteligencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y al legislador le pasó un link con la información.

Tailhade precisó a LA NACION que a mediados del año pasado un compañero suyo le pidió si podía atender a un periodista de Junín. “Le dije que sí, lo atendí por teléfono una vez, me dijo que era periodista, que tenía un medio en Junín. A partir de entonces me empezó a mandar notas de su medio para que yo las difundiera, o las retuiteara. Yo no les di demasiada importancia, entre otras cosas porque me di cuenta de que era poco serio”, relató.

“Este hombre me siguió mandando mensajes por Telegram, que son los que tiene la Dajudeco. (Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Corte Suprema). Fueron tres mensajes, uno de ellos contenía un informe con información sobre (Elisa) Carrió; luego me ofreció otro referido a Luis Juez. Le pasé mi mail de la Cámara de Diputados; nunca mandó la información y yo no se la pedí. El último mensaje que recibí de él fue el 4 de diciembre último: ahí me manda el link con los chats de los que participaron de la reunión en Lago Escondido. Era una información que ya circulaba por los medios, no era nueva”, sostuvo Tailhade.

“No conozco a Zanchetta, nunca tuve relación con él, no sé cómo es y nunca le pedí información, mucho menos le compré información. No le compro a nadie y mucho menos a esta gente”, aseveró el diputado kirchnerista.

Tailhade está convencido de que él es víctima de una operación armada por Robles que tiene como objetivo “atacar el juicio político” a la Corte. Enfatiza que está montada sobre otra causa que, a su juicio, “es puro humo”: la que también investiga el fiscal Pollicita y que se refiere a los hackeos que sufrieron los teléfonos del juez Rosatti, del exministro porteño Marcelo D’Alessandro, los jueces Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu (dos de los tres que condenaron a Cristina Kirchner), y los camaristas Mariano Borinsky y Gustavo Hornos.

“Terminaron armando una gran causa en donde supuestamente hay espionaje a jueces. No hay nada de eso, es mentira. Lo que hizo el hacker misionero (Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro) no es espionaje”, sostuvo.

El diputado kirchnerista aseveró esta “operación” no es en contra suyo. “Es contra el juicio político. Es eso. Por eso le digo a Rosatti que tenga cuidado porque las dos personas que tuvo como patrón Silvio Robles antes de Rosatti terminaron presas: Ricardo Jaime y Felisa Miceli (exfuncionarios kirchneristas). A los dos los metieron presos”, enfatizó.

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