El radicalismo baila al ritmo de la indefinición

La postura electoral del radicalismo se ha convertido en la pieza central del rompecabezas de la política argentina de cara a 2015. Hay varias razones que se conjugan para potenciar esta situación: la primera de ellas es que hay tres espacios competitivos de cara a los comicios presidenciales que siguen atentamente todos los pormenores de la interna de la UCR.

Los más interesados son los socios del radicalismo en el Frente Amplio, como lo son el socialismo de Hermes Binner, el GEN de Margarita Stolbizer, Proyecto Sur de Fernando “Pino” Solanas y Libres del Sur de Humberto Tumini. Se trata de fuerzas progresistas que, antes que nada, abjuran de la posibilidad de aliarse con el PRO de Mauricio Macri, a quien consideran un derechista.

Por eso se reunieron ayer en la Capital Federal y ratificaron el “rumbo de centroizquierda” de la alianza, con lo cual dejaron en claro que tampoco están dispuestos a negociar con el Frente Renovador de Sergio Massa. Pero saben que la tardanza de la UCR en cerrar las puertas a otras fuerzas socava semana tras semana la posibilidad de que la coalición UNEN se fortalezca.

Desde el massismo

Otro espacio que mira de cerca lo que sucede en el radicalismo es el FR massista, que emprendió este año una tarea de seducción de dirigentes de la UCR sobre todo en el interior del país. Y que como en muchas provincias carece de estructura y de candidatos propios que sean competitivos, el recurso de la alianza con el centenario partido le permite ensancharse para ser protagonista.

Así, se lo vio deambular a Massa por distintos puntos del país de donde se llevó fotografías con dirigentes radicales. El último miércoles estuvo en la ciudad chaqueña de Sáenz Peña, donde fue recibido por el intendente local, Gerardo Cipollini, y su hermano Bruno, quien sería el compañero de fórmula de la jefa comunal de Resistencia, Aida Ayala, para la Gobernación provincial.

Macri, atento

Tampoco Macri desatiende la interna radical y sus armadores ya lograron cerrar acuerdos con varios intendentes del interior bonaerense, como así también con el cordobés Oscar Aguad. Además, Elisa Carrió pegó el portazo en UNEN para sentirse libre de manifestar su interés en competir con el líder del PRO en las PASO de agosto próximo, algo que aún no está resuelto.

Es decir, que tanto el Frente Amplio, como el FR y el PRO entienden que la conformación de sus propuestas electorales depende –de algún modo más o menos concreto- de las determinaciones que adopte la UCR. De hecho, la discusión puertas adentro del radicalismo ya tiene por objeto la fecha en que se realizará la Convención partidaria que adoptará las decisiones orgánicas.

El titular del partido, Ernesto Sanz, acaba de fijar ese encuentro para el 14 de marzo del año de 2015, mientras que el sector referenciado en Julio Cobos reclama que esa reunión –en la que se dilucidará la conducta electoral de la UCR- se debe realizar no más allá de los próximos 45 días. En este grupo milita Ricardo Alfonsín, quien acaba de reclamarle a Sanz que se tome una licencia.

Con el PRO macrista

“No me agrada decirlo, pero creo que Ernesto debe pedir licencia. Siendo uno de los precandidatos a presidente, no debió haber sido titular del Comité Nacional”, dijo Alfonsín, quien firmó un pedido en ese sentido junto a otros legisladores, como el propio Cobos. Sanz contestó por celeridad y anticipó que lo hará después de la Convención partidaria de marzo próximo.

“Lo voy a hacer después de la Convención de marzo. Mientras tanto, tengo responsabilidades partidarias que cumplir. Soy presidente de un partido nacional que tiene 24 distritos a los que hay que atender y ayudar. Me eligieron presidente para eso y lo estoy ejerciendo”, afirmó Sanz. Y se pronunció a favor de “construir acuerdos de gobernabilidad con otras fuerzas políticas”.

Aunque no lo dijo, a la dirigencia radical le queda claro que Sanz buscaría un acuerdo con el PRO macrista. Y en su entorno piensan que el embate de Cobos para que pida licencia no tiene sentido porque, a la hora de la verdad, el diputado mendocino declinará su precandidatura presidencial para regresar a su provincia como postulante a la Gobernación, con serias chances de ganar.

Ese es, en el fondo, el que se perfila como el objetivo central de la UCR para 2015: “Estamos en condiciones de ganar en muchas provincias”, pronosticó en declaraciones radiales Sanz, en la misma jornada en la que UNEN presentó la fórmula Martín Lousteau-Fernando Sánchez –como quería Carrió- para la ciudad de Buenos Aires, que tendrá elecciones separadas de las nacionales.

Hasta el momento, esa misma metodología están adoptando -de hecho- los dirigentes radicales del interior del país, sobre todo en aquellas provincias que tendrán elecciones desdobladas, donde suman al massismo o el macrismo de acuerdo al posicionamiento de esas fuerzas en las encuestas locales. La indefinición de la UCR a nivel nacional les ofrece un paraguas político inmejorable.

Y aunque altera los ánimos de propios y extraños, la indefinición es también una herramienta válida, que se ha demostrado exitosa en diversas oportunidades. En sentido inverso, las decisiones adoptadas antes de tiempo pueden resultar ingenuas para el ritmo incesante de la política criolla. 

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