El proyecto económico alternativo de Kicillof: crecimiento y equilibrio, pero no a cualquier costo

El proyecto económico alternativo de Kicillof: crecimiento y equilibrio, pero no a cualquier costo

El ministro de Gobierno bonaerense señaló que el desafío del peronismo es "solucionar el problema de la deuda", criticó calificó las definiciones del Presupuesto 2026 como "un dibujo" y cuestionó: "No sé si se puede sostener el equilibrio fiscal todo el tiempo".

Carlos Bianco, ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, señaló que una alternativa de gobierno en 2027 debería corregir la "política antiproductiva" actual y mantener el equilibrio fiscal, "pero no a cualquier costo”. "La perspectiva de poder solucionar el problema de la deuda hoy es muchísimo peor que hace 10 años atrás. Ese es el principal desafío de futuro", explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Carlos Bianco es economista y fue jefe de gabinete de ministros de la provincia de Buenos Aires entre 2019 y 2021. Actualmente se desempeña como ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires.

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Carlos es la mano derecha de Kicillof, la persona que con un Clio recorrió toda la campaña con la que ganó la primera gobernación, además con el que comparte una historia académica. Dado que hubo varios reportajes de Axel, me gustaría analizar el tema del plan alternativo a 2027. Más allá de la discusión de los errores que puedan el presidente Milei, ¿cuál es un proyecto alternativo de la Argentina? Álvarez Agis planteaba que Kicillof no cree que frente a cada necesidad hay un derecho que se debe solucionar emitiendo. El gran desafío del peronismo ahora es demostrar que puede generar riqueza.

En primer lugar, nosotros hoy en día en la Argentina tenemos una situación en términos productivos muy compleja. Hoy casi no hay inversión privada en la Argentina, salvo algunos proyectos que están entrando en el marco del RIGI. Son grandes proyectos de inversión que están vinculados a la extracción sin valor agregado de los recursos naturales, pero que tampoco tienen un impacto macroeconómico positivo. Uno diría que no generan externalidades o derrames productivos porque son extractivistas, pero por lo menos nos permiten ingresar divisas. Es exactamente lo que establece el Rigi: que las divisas no se liquiden, ni siquiera las que se pueden obtener a través de exportaciones de carácter extractivo.

Y el principal problema que tiene nuestro país es la falta de reservas. Eso ya lo escribieron varios autores, como Braun y Joy o Diamand. El problema general que tiene la Argentina es que hay dos sectores con productividades muy distintas: el sector agropecuario, con una productividad natural muy alta a nivel mundial, y un sector industrial que tiene baja competitividad respecto de los centros productivos y tecnológicos del mundo. Por lo tanto, hay que tener políticas diferenciadas para esos dos sectores. La discusión de los tipos de cambio múltiples fue muy discutida justamente en los años 70.

Lo que nosotros hoy tenemos es una política antiproductiva, y la principal víctima de esa política antiproductiva es la provincia de Buenos Aires, que es la provincia más productiva, la que genera más riqueza de la Argentina, pero fundamentalmente la provincia que más industria tiene en Argentina. El 50% de la industria nacional está en la provincia de Buenos Aires.

Por lo pronto, lo primero que hay que hacer es cuidar a todos esos sectores que están siendo muy golpeados en términos productivos por la apreciación de la moneda, la apertura indiscriminada y el comercio internacional a través de los distintos canales de venta online. Descubrí haciendo compras y hablando con los comerciantes, sobre todo de compras de ropa, que en los 90, la apertura importadora golpeaba fundamentalmente a la industria, pero florecía el comercio porque esos productos importados se vendían en comercios a la calle. Hoy la apertura importadora ni siquiera favorece al comercio, porque gran parte de esa apertura importadora es por los canales de venta online, que no necesitan un negocio. Se están fundiendo los comercios.

"Cuando un país se desindustrializa, pierde capacidades tecnológicas y productivas", expresó Bianco.

Por lo tanto, tenemos una cuestión de corto plazo, que es cómo cuidamos hoy el trabajo nacional, algo que hacen todos los países del mundo hoy. El discurso del libre comercio, el discurso neoliberal de que hay que dejar que la mano invisible del mercado asigne los recursos eficientes y de ahí determinar cuáles son los sectores productivos que corresponde tener en cada país se terminó. Se terminó con Donald Trump y con toda la protección que están llevando adelante, las principales políticas industriales que están llevando adelante todos los países del mundo, salvo Argentina.

A corto plazo hay que cuidar lo que tenés, que no se destruya todo lo que tenés, porque no es solo que se baja una persiana o se cierra una fábrica. Cuando un país se desindustrializa, pierde capacidades tecnológicas y productivas que para recrearlas en el futuro, se requiere mucho tiempo. Me acuerdo que cuando estábamos en el gobierno de Cristina, había muchos sectores que habían avanzado muchísimo, pero que llegaban a un cuello de botella, que era no tener mano de obra calificada, y eso sucedía porque se había desindustrializado el país.

También tenés un tema más de mediano y largo plazo, que es definir políticas industriales y escoger determinados sectores para que sean la nave insignia del crecimiento de largo plazo de la Argentina, como los temas vinculados con la minería, con la producción hidrocarburífera. No tenemos que pensar en que solamente esos son sectores destinados pura y exclusivamente para la exportación y eventualmente para generar divisas, que con el Rigi ni siquiera generan divisas genuinas para el país, porque se pueden liquidar afuera. Si establecés el criterio de liquidación de todas las divisas que se generen por exportaciones de productos agropecuarios, de productos mineros, de productos hidrocarburíferos, lo que tenés que pensar es cómo generás en torno a esa producción, que en parte va a ser para la exportación, sectores que empujen eso.

Muchos sectores de la economía argentina en los últimos años han ido quedando muy rezagados en términos tecnológicos. Por ejemplo, tenemos una industria automotriz hace muchísimos años muy desarrollada. Somos uno de los 20 países del mundo que tiene un régimen de comercio compensado con Brasil, que es el principal mercado de la región. Ese acuerdo siempre se termina y se vuelve a renegociar. La industria automotriz está sufriendo una obsolescencia tecnológica muy fuerte porque las nuevas tendencias los autos eléctricos e híbridos no tienen lugar en Argentina. De hecho, cuando uno analiza la región como Mercosur, todos los proyectos se están instalando en Brasil. Estamos dando un paso atrás con nuestra industria automotriz, que es realmente muy preocupante.

Tenemos una región para el desarrollo que es natural para la Argentina, que es toda la región de América del Sur, pero puntualmente los países del Mercosur. ¿Cómo puede ser que el gobierno nacional no tenga un diálogo con el gobierno brasileño, con quién tendríamos que estar trabajando en conjunto para desarrollar las capacidades complementarias, para que nuestros sectores productivos puedan coexistir y crecer en conjunto? Ningún país del mundo se cierra absolutamente y depende de su mercado interno. Todos los países están teniendo estratégicamente convenios y acuerdos, como los BRICS.

Acá hay dos diagnósticos: uno es el de Milei, que dice que todo el problema es el déficit fiscal; otro es el de Cristina, que dice que todo el problema es la deuda. Desde nuestra perspectiva son dos caras de la misma moneda, porque el déficit produce deuda y la deuda produce déficit. Al mismo tiempo, es el resultado de esa falta de desarrollo. Parecería que aquel que venga con la idea superadora deberá encontrar una forma de resolver los dos problemas, dos problemas que Brasil resolvió hace mucho tiempo. Eso le permite ser soberano, invertir y transmitir la idea de un país serio. ¿Cómo hace la Argentina? Necesitamos una especie de YPF de la minería, priorizar la industria automotriz con electromovilidad y con la ventaja que tenemos cobre, o sea, que podríamos integrar, porque casualmente todo lo que tiene que ver con lo electro, por eso el cobre es más importante. Todo eso requiere un Estado que invierta. ¿Cómo haces si tenés deuda y déficit fiscal?

La cuadratura del círculo. Yo creo que cambió la Argentina con el préstamo que toma Mauricio Macri del FMI, porque hasta ese momento, mal o bien, nosotros teníamos una perspectiva de desarrollo con los inconvenientes que tiene una economía subdesarrollada o en vías de desarrollo como la Argentina. Teníamos una economía muy desendeudada, que había quedado del kirchnerismo por el pago al FMI por los dos canjes de deuda, que le había permitido a Macri endeudarse en los mercados. Una vez que le pagó a los fondos buitres 16.000 millones de dólares, tomó deuda por 100.000 millones en los mercados. Lamentablemente, esa deuda no se utilizó para desarrollar el país, sino que se utilizó para la bicicleta financiera. Cuando se terminó eso, empeoró el problema, porque fue a buscar deuda.

Fundamentalmente para pagar el déficit...

Para pagar el déficit y para permitir que aquellos que quedaron calzados en pesos adentro tengan los dólares para seguir fugándolos. Para eso fue la deuda del FMI, que es una crítica que hace el propio FMI.

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Simplemente se cambió de un acreedor no privilegiado a uno privilegiado, lo que nos empeora la situación.

Empeora la situación porque no podés hacer un canje de deuda con el FMI, por lo menos no se ha podido hacer, y no se ha podido encontrar una solución ni en el gobierno de Alberto. Y este Gobierno todavía lo ha empeorado. La perspectiva de poder solucionar el problema de la deuda hoy es muchísimo peor que hace 10 años atrás. Ese es el principal desafío de futuro.

Después, vos el déficit fiscal. Todos tenemos que aprender que hay que hay que tener un equilibrio fiscal, pero no sé si en todo punto, en todo momento y a cualquier costo. No sé si se puede sostener el equilibrio fiscal todo el tiempo y a cualquier costo, que es el dogma que tiene Milei. El único objetivo de política económica es sostener el superávit fiscal o el equilibrio fiscal. ¿Y a qué costo?

¿Cuál es el costo del equilibrio fiscal de Milei? Bueno, recortar los fondos que le corresponden a las provincias, recortar el presupuesto universitario, las jubilaciones, los fondos que financian la ciencia y la tecnología, que son el principal insumo para el desarrollo que tienen los países más prósperos del mundo, etcétera. ¿Esa es una salida? Yo creo que no se puede sostener el equilibrio fiscal sobre la base del crecimiento. También es lo contrario a lo que hace Milei, que lo sostiene sobre la base del achicamiento, de la recesión económica, de la caída de la producción.

Ahora, cuando empieza a girar la rueda de la producción, eso genera más impuestos, más ingresos y no tenés que recortar partidas. Son formas distintas de buscar un mismo objetivo de políticas que tiene que ser un medio, no un fin. El fin siempre es el desarrollo productivo, la generación de empleo calificado y el pago de buenos salarios. Eso es fácil, es complejísimo. Y sobre todo con la herencia que te queda de la deuda multiplicada, tomada por Macri, multiplicada por Milei y que no pudo ser solucionada en el anterior gobierno peronista, que es uno de los problemas que hemos tenido como fuerza política.

Para solucionarlo hay que mirar los números y ver qué queda en el 2027, porque realmente no sabemos cómo se llega al 2027 con este escenario. En la época de Macri decían que se veía luz al final del túnel. Ahora nadie es capaz de decir "se ve luz al final del túnel". Han dicho que lo peor ya pasó, pero no que se ve luz al final del túnel.

Axel decía que el discurso de Milei presentando el presupuesto demostraba que el voto sirvió a producir un cambio. Me gustaría ahora tu propia visión respecto de qué significó el discurso de ayer.

Efectivamente creo que Milei recogió el guante más o menos. Porque luego del resultado dijo que iba a acelerar, que iba a cambiar. Y efectivamente, lo que pasó desde el resultado hasta la conferencia, hasta la cadena nacional de ayer, es que vetó tres leyes: la ley de financiamiento universitario, la ley de reparto de los ATNs y la ley de emergencia en pediatría. ¿Qué hizo ayer para compensar el veto sobre las tres leyes? Decir que iban a mejorar en términos reales los presupuestos para las universidades, la salud y para las provincias, pero sobre una base falsa, porque realmente son un poco irrisorios los números.

Cuando uno mira los números del presupuesto, las perspectivas inflacionarias son poco creíbles. El tipo de cambio a fin del año que viene a un nivel menor que lo que está hoy también es poco creíble. ¿Cómo lo va a sostener? ¿Nos está diciendo que dentro de un año y medio el tipo de cambio va a ser menor al de ahora? ¿Con qué dólares? La moneda se aprecia si hay dólares. Si no hay dólares, no se aprecia la moneda. Se tiende a devaluar.

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Ayer quiso hacer un gesto político con lo que dijo, pero sobre la base de una mentira y obviando un montón de verdades, porque el presupuesto elimina la ley de financiamiento de la educación y establece que se tiene que financiar con un 6% del presupuesto la educación en Argentina. También elimina la ley del financiamiento de la ciencia y la tecnología, que tenía un sendero trazado hasta llegar al 1% del PIB, que es un número razonable al que invierten los principales países desarrollados. Además, se elimina la ley de las escuelas técnicas.

Hizo algunos anuncios que realmente son falsos porque no va a suceder así con los índices reales de inflación que va a haber el año que viene. Probablemente no aumente o caiga un poquito, pero obvió decir un montón de cosas que sí están puestas en el presupuesto. Axel lo decía en el sentido de que tuvo que hacer un gesto, tuvo una reacción. Ahora, me parece totalmente insuficiente y sobre una explicación de los números del presupuesto, que son un dibujo.

¿Qué va a pasar en octubre en las elecciones?

En la provincia de Buenos Aires hemos dejado un sendero para volver a ganar, y vamos a trabajar para volver a ganar. El resultado de las últimas elecciones fue muy contundente.

¿Sería lógico suponer que la diferencia en octubre sea menor que la de septiembre?

Veremos. Eso también dependerá de lo que haga el Gobierno. Ahora, si el Gobierno, habiendo recibido un mensaje tan claro de los bonaerenses, no toma algunas definiciones sobre estas políticas de crueldad, de motosierra, de no hacerse cargo de los problemas de la nación ni de la provincia de Buenos Aires como la salud, la seguridad, la educación pública y la producción, no veo la razón por la cual los que no lo votaron antes, lo vayan a votar ahora.

Fuiste crítico de la boleta única. ¿Cambia algo la boleta única desde el punto de vista del resultado electoral?

Sigo siendo profundamente crítico de la boleta única. En la provincia de Buenos Aires, la población no está acostumbrada a votar con ese instrumento electoral, y sí quedó muy claro que está acostumbrada a votar con la boleta tradicional. Las elecciones fueron impecables. Fue la primera vez que el gobierno de la provincia de Buenos Aires se organizaba con la Junta Electoral, con el comando electoral provincial, la policía de la provincia de Buenos Aires, nuestros ministerios y realizaba una elección. Votaron más de 8.500.000 electores.

¿Sabés cuántas infracciones a la ley electoral hubo en 8.660.000 electores? Once: un robo de boletas, una persona que quiso votar dos veces, cinco personas que no aceptaban quedarse como autoridad de mesa, una falta a la autoridad policial y una cosa muy extraña. Una persona fiscal de un partido minoritario fue a una comisaría a entregar las boletas para las elecciones. En la comisaría le dijeron: "Señor, acá no se entregan boletas, tiene que llevarlas. Si usted es fiscal, las tiene que llevar a la escuela". Hizo una denuncia diciendo que no le tomaban las boletas. Doy los ejemplos porque son hasta insólitos y ridículos.

¿Por qué es eso? Entre otras cosas, más allá de que se trabajó muchísimo, porque el pueblo de la provincia de Buenos Aires está acostumbrado a votar de esa forma. Ahora veremos lo que pasa en la próxima. Había dos argumentos cuando se discutió la boleta única papel, y uno era que impide el fraude. Quedó claro que fraude no hay con la boleta tradicional. Otro era el costo. El Gobierno determinó un presupuesto de 395.000 millones de pesos para la elección nacional. La provincia de Buenos Aires es aproximadamente el 40% del padrón. Eso corresponde a unos 150.000 millones de pesos. A nosotros nos salió con la boleta tradicional 85.000, casi la mitad. Los dos argumentos por los cuales se votó la boleta única papel se observaron falsos en esta elección.

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¿Qué crees que va a pasar a nivel nacional en octubre?

Habrá que ver, porque también es una elección muy particular, porque entiendo que la única fuerza nacional que va a tener boleta propia en todas las provincias va a ser La Libertad Avanza, y va a ser muy difícil hacer la sumatoria de todas las fuerzas en el ámbito nacional. Lo que yo estoy viendo es que en todas las elecciones en donde LLA no va en alianza con un gobernador, pierde como en la guerra, como en Corrientes. Cuando va en acuerdo con algún gobernador afín obtiene un mejor resultado.

Nuestra fuerza política ha intentado hacer las mejores alianzas posibles en los distintos lugares. En la provincia de Buenos Aires, tenemos una opción muy clara, que es una opción de unidad. Fue un proceso muy trabajoso, en donde había distintos sectores, se discutieron las estrategias electorales y hubo un gobernador que tomó una decisión muy clara, que fue el desdoblamiento, y que se ha visto positivo. Creo que ese desdoblamiento genera un escenario positivo para octubre. Ahora José Luis Espert, el candidato, llega con un bagaje de una derrota tremenda, y tiene que levantar ese resultado. Y nuestra fuerza política llega con una victoria tremenda, que seguramente empujará ese resultado. El desdoblamiento fue positivo, no solo para septiembre, sino para octubre.

¿Cuánto de esa decisión política, desdoblar desde el punto de vista táctico, terminó resultando claramente positiva? ¿Es obra del gobernador? ¿Cuánto es del pedido de los intendentes?

Me parece que es en conjunto. La definición obviamente la toma el gobernador, porque es quien tiene que firmar el decreto convocando a las elecciones. Pero lo que hizo el gobernador es hablar y escuchar a todos los sectores, incluyendo al Frente Renovador, los sectores más afines a Cristina, a La Cámpora, con otros sectores minoritarios. El peronismo escuchó todos los argumentos. Haciendo justicia a todos los sectores, todos esos argumentos eran válidos y eran muy inteligentes.

Ahora, en un momento el gobernador tiene que bajar el martillo, porque para eso es gobernador, y consideró que eran mejores los argumentos a favor del desdoblamiento que de las elecciones concurrentes. Hay una cuestión que no es política, sino operativa, que creo termina de definir, más allá de la conveniencia estratégica: era imposible hacer las elecciones concurrentes en la provincia de Buenos Aires. Dos urnas distintas, dos boletas distintas, dos espacios de votación distintos, dos presidentes de mesa distintos. Es hacer dos elecciones en el mismo día.

Mirá qué claras y transparentes salieron estas elecciones, haciéndolas como siempre. Veremos cuál es el resultado de las próximas. Por lo pronto, en la provincia de Buenos Aires hay mucha gente que no sabe ni lo que es una boleta única ni cómo se vota. Hoy, de hecho, estaba hablando con el gobernador para que coordinemos con la Justicia federal, que es la que está a cargo de las elecciones nacionales en la provincia de Buenos Aires, para hacer instructivos.

¿Va a haber siempre desdoblamiento?

Al menos era imposible con los tiempos que teníamos, porque no es que se definieron cómo eran las elecciones el año pasado y tuvimos tiempo para organizarnos. La definición sobre las elecciones se hizo este año. Suele haber una regla escrita que dice que no se toca el sistema electoral en los años de elecciones, y fue un manoseo. Entonces, el tiempo que quedó para organizar la elección era muy corto. Hubo que trabajar muchísimo para que salga esta elección bien, y hay que trabajar muchísimo para que salga la elección de octubre bien.

¿Cómo queda la relación con La Cámpora, con el presidente formal del PJ bonaerense, que es Máximo Kirchner, que no estuvo en el escenario el día del triunfo?

Nuestra fuerza política está compuesta de distintos sectores. Naturalmente, luego de la derrota en la elección presidencial, hubo muchas visiones distintas, muchas caracterizaciones diferentes de cuáles fueron las razones por las que se perdió. Eso ha sido un debate muy fértil. Obviamente genera tensiones en la discusión, pero hemos hecho un esfuerzo muy grande todos los sectores para poder llegar con listas conjuntas a la elección de septiembre y a la elección de octubre.

La victoria de septiembre suaviza las tensiones y valida la decisión estratégica que tomó el gobernador, que nos permite un escenario más tranquilo para pensar la elección de octubre y para pensar el futuro. Nosotros vamos a seguir trabajando con todos los sectores de nuestra fuerza política. Es lo que hicimos siempre. A nosotros no nos parece mal el debate ni las diferencias, siempre que se cumplan dos condiciones: el debate sea con argumentos y que sea con respeto.

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